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¿Diseñamos calendario 2024?

Qué tipo de carreras queremos hacer o qué distancia van a tener las competiciones principales del año

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Diseñar un calendario, en muchas ocasiones, es tan emocionante e ilusionante como complicado. Tiene su parte de arte y también un aire de carta a los Reyes Magos. Tenemos un papel en blanco plantado sobre la mesa en el que podemos plasmar todos nuestros objetivos y deseos. 

Lo primero que nos tenemos que plantear es qué tipo de carreras queremos hacer o qué distancia van a tener las competiciones principales del año; es decir, aquellas que consideraremos objetivos principales: kilómetros verticales, medias maratones, maratones o ultras – y dentro de las ultras, ¿Qué tipo de ultras?

La decisión que tomemos va a determinar el plan de entrenamientos y el resto de competiciones que conformarán el calendario de toda la temporada para que tenga coherencia y – sobre el papel – un alto grado de éxito.

Cuantos más kilómetros tengan las carreras escogidas, menos competiciones podremos colocar en el calendario y más separadas entre ellas deberán estar; en cambio, si pensamos en carreras más explosivas, este podrá quedar más repleto – pero sin perder el norte.

A la distancia, le añadiremos otros factores personales como: el tiempo del que disponemos tanto para entrenar como para competir, si somos más o menos propensos a las lesiones, las ganas de dorsal que tengamos, etc. y estos serán factores clave que influirán para determinar la cantidad de objetivos que nos marquemos. En el caso de maratones o ultras – sin entrar en las carreras de 100 millas – podemos incluir entre dos y cuatro grandes objetivos. Y para competiciones más cortas, podremos introducir entre cinco y ocho objetivos principales – no aconsejaría muchas más porque podríamos comprometer la preparación y también terminar más fritos que una patata.

Dividiremos la selección entre carreras cortas, largas y 100 millas.

Calendario para carreras cortas (KV y hasta media maratón):

Supondremos que empezamos la pretemporada en diciembre o en enero, sería ideal poner los objetivos principales a partir de marzo y repartirlos en franjas de un mes y medio o dos meses. De tal modo que los objetivos principales podrían quedar así: marzo, mayo, julio, septiembre y octubre.

Antes del primero, sería ideal competir en distancias más cortas, a alta intensidad, o en la misma distancia, pero a menor intesidad después de una semana de carga y que sea como un rodaje intenso del microciclo en cuestión.

Podemos hacer lo mismo entre las competiciones importantes pero sin emborracharnos. Sobretodo deberemos respetar dos premisas: en primer lugar, tras cada objetivo principal, aunque sean carreras cortas, es aconsejable hacer una buena recuperación porque si bien es cierto que estas distancias no son tan exigentes a nivel metabólico, necesitaremos chispa hasta final de temporada y si no se regulan bien los descansos, la iremos perdiendo por el camino. Y, en segundo lugar, previo a la competición es interesante que dejemos dos o tres fines de semana sin competir para respetar la puesta a punto y el tapering.

 

Calendario para carreras largas (de maratón a ultras de menos de 100km):

Volvemos a suponer que empezamos la pretemporada en diciembre o enero y pondremos el primer objetivo, como muy pronto, a finales de abril o principios de mayo y podemos distribuir los siguientes cada dos meses o dos y medio para maratones: abril, junio, agosto y octubre.

Y cada tres o cuatro meses para ultras: abril, julio y octubre.

Del mismo modo que en distancias más cortas, es interesante competir, sin volvernos locos, entre objetivos. Podemos hacer una progresión de kilómetros e ir aumentando hasta el primer objetivo principal y, entre objetivos, es mejor que compitamos el mínimo para poder recuperar bien y para poder preparar de forma adecuada el siguiente.

 

Calendario para 100 millas:

Excepto los corredores de élite que tienen sus propios tempos y características personales, aquellos que os plateéis como objetivo hacer unas 100 millas, vale la pena programar una por temporada y, a poder ser, unos ocho meses tras el inicio de la temporada – siempre que ya se acumule cierta experiencia.

Antes de llegar a la cita, programaremos competiciones con un escalado de kilómetros que nos sirvan tanto para mantener la motivación, como para coger ritmo de carrera y probar alimentación, hidratación y material, como para sumar kilómetros a los entrenamientos. Podemos comenzar con una maratón a los dos meses de haber empezado la programación e ir aumentando progresivamente hasta participar en una de 100 km, como muy tarde un mes y medio antes del día D.

Después de las 100 millas es un “must” – como dicen los ingleses – una buena recuperación y, si quedan ganas, al cabo de un par de meses se puede hacer una última carrera, ya de menos kilómetros, para cerrar la temporada.

Ahora sólo queda escoger qué os sienta mejor: poneros en plan artista o hacer la carta a los Reyes.

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