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La experiencia de comer y beber en Marathon des Sables

Una de las cosas que más me atrae de esta prueba es que no va de únicamente correr...

Anna Comet

Foto Marta Bacardit
Foto Marta Bacardit

Una de las cosas que más me atrae de Marathon des Sables es que no va de únicamente correr. Hay que gestionar muchos otros aspectos que hacen de esta carrera una aventura muy completa, tanto por lo bueno como por lo maloComer en Marathon des Sables es una auténtica odisea porque hay que saber encontrar el equilibrio entre el peso y las kcal que podrás ingerir. La organización obliga a llevar un mínimo de 2.000 kcal por día de competición que si lo multiplicamos por siete, suman 14.000. Este aspecto lo he trabajado con Anna Grífols, mi nutricionista, que tiene una amplia experiencia en diseñar menús para esta competición. Soy una persona que come bastante, con pocas reservas y que gestiono mal la sensación de hambre, de tal modo que os podéis imaginar que este tema me ha llevado bastantes quebraderos de cabeza.

Después de diseñar estos menús con Anna y de escuchar y dejarme asesorar por diferentes corredores que ya han participado en varias ediciones, mi mochila, en cuanto a comida, estará compuesta de lo siguiente:

- Desayunos: en los que combinaré papilla de bebé con cacao y porridge liofilizado de coco.

- Comidas liofilizadas: dos tomas al día de unas 800-1000kcal excepto para la etapa larga que solo llevaré para la cena.

- Barritas, membrillo, dátiles, garrapiñadas y algún gel de emergencia en las etapas.

- Frutos secos y fruta desecada para picar.

- Jamón para alguna tarde.

- Algún mini caprochito para los momentos bajos.

- Isotónico.

Todo ello fuera de su propio envoltorio y envasado al vacío porque los envases originales son enormes y pesan “mucho”. Organizado con bolsas independientes para cada día para no tener que pensar qué como en esos momentos de flaqueza y que tanto cuesta pensar.

A la complicación propia de la logística, cabe sumarle que soy celíaca diagnosticada médicamente, lo cual me ha complicado encontrar alguna de estas comidas que sea apta y segura para mi.

 

En cuanto a la hidratación, que también me preocupaba un poco, todo el mundo coincide en que no se pasa sed, la organización suministra suficiente agua durante toda la carrera y pastillas de sales para las etapas.

Creo que hemos encontrado un buen equilibrio en la planificación de la comida y, de antemano lo que tenemos planeado me parece apetecible, pero que no podré confirmarlo hasta que haya cruzado la línea de meta y haya vivido la experiencia. Está claro que sin esta incertidumbre y este componente de aventura, Marathon des Sables no tendría ni una pequeña parte del encanto y del magnetismo que me genera.

 

Foto: Marta Bacardit

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