Las lesiones por norma general son dolorosas, y además pueden afectarnos impidiéndonos realizar actividad física con normalidad. Cada vez está más extendida la práctica deportiva moderada entre personas que sufren pequeñas lesiones con sesiones de baja intensidad premiando quizás otros aspectos del entrenamiento como sesiones de movilidad articular, fortalecimiento de otras zonas o partes del cuerpo, o sesiones de flexibilidad. Aplicar frío o calor puede importante en el tratamiento y recuperación de esas pequeñas lesiones.
Aplicar frío:
Es recomendable aplicar frío durante las primeras 48 a 72 horas después de la lesión, especialmente si hay hinchazón o inflamación. El frío ayuda a reducir la inflamación y el dolor agudo o punzante al reducir el flujo sanguíneo en la zona lesionada y al aumentar la producción de endorfinas, que son sustancias químicas que ayudan a controlar el dolor.
También es posible que se recomiende aplicar frío a una lesión de corredor en el caso de dolor agudo o punzante. El frío puede ayudar a reducir la sensación de dolor y aumentar la capacidad de moverse y hacer ejercicio de forma más cómoda.
Es importante tener en cuenta que el frío no debe aplicarse directamente sobre la piel, ya que puede dañarla. Se recomienda usar una toalla húmeda fría o una bolsa de hielo envuelta en una toalla para aplicar frío sobre la zona lesionada. También es importante no aplicar frío durante más de 20 minutos a la vez y dar un descanso de al menos 20 minutos entre aplicaciones. Además, es importante no aplicar frío si hay una lesión abierta o si la piel está dañada de alguna otra manera.
Aplicar calor:
Es recomendable aplicar calor a partir de las 72 horas después de la lesión. El calor ayuda a relajar los músculos tensos y doloridos, lo que puede ayudar a reducir el dolor crónico o muscular. También puede ayudar a reducir los espasmos musculares y aumentar la circulación sanguínea en la zona lesionada, lo que puede favorecer la recuperación.
El calor también puede ser beneficioso para aliviar el dolor muscular o espasmos. Puede ayudar a relajar los músculos tensos y doloridos y aumentar la circulación sanguínea en la zona lesionada, lo que puede favorecer la recuperación.
Al igual que pasa con el hielo, no es recomendable aplicarlo directamente sobre la piel o parte dañada y hacerlo más de 20 minutos. Es importante tener en cuenta que estas son recomendaciones generales y que cada persona y cada lesión son únicas, por lo que el principal consejo es que cuando te lesiones acudas al médico y al fisioterapeuta.