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Enfermedad de Lyme

¡Cuidado con las garrapatas!

Enfermedad de Lyme. iStock 1211147695
Enfermedad de Lyme. iStock 1211147695

No nos queremos poner alarmistas ni mucho menos pero sí que nos gustaría crear cierta conciencia con este artículo y, también, acabar con falsos mitos o leyendas urbanas (o rurales más bien) acerca de qué es lo que hay que hacer en caso de encontrarnos en el cuerpo alguna garrapata después de una salida al monte.

La primavera ha sido muy lluviosa en muchos lugares de montaña y con los primeros calores de estos días, la vegetación se ha adueñado de muchas zonas de tránsito habituales. Por otros factores que se comentan en el artículo, la proliferación de garrapatas en el monte, está siendo notable. Nuestra afición, pasión por correr rodeados de naturaleza, a veces puede tener algunos daños colaterales. Hace unas semanas, la gran atleta Sheila Avilés, nos confirmaba en nuestro pódcast de Trail Run que había sido picada por una garrapata durante una carrera y que parecía que ese había sido el motivo de haber estado retirada de la alta competición durante más de un año. Vamos a intentar conocer algo más sobre estos pequeños y dañinos bichitos. Para ello hemos contado con la colaboración de la Diplomada en Salud Pública, Belén de Sancho Marcos, farmacéutica comunitaria en Oseja de Sajambre (Picos de Europa) que ha publicado el trabajo: Borreliosis de Lyme: Estudio y prevención en Parque Natural. 2020

La Enfermedad de Lyme es una infección bacteriana causada por Borrelia burgdorferi, y se transmite a los humanos a través de la mordedura de garrapatas infectadas por dicha bacteria. Conocida como “la gran imitadora”, sus síntomas pueden imitar los de enfermedades reumatológicas y neurológicas, síndrome de fatiga crónica, fibromialgia y muchas enfermedades multisistémicas difíciles de diagnosticar

La enfermedad de Lyme (EL), es la enfermedad zoonótica más común en Europa, con un número estimado de entre 650.000 y 850.000 casos, el contagio se produce durante los meses de primavera y verano (de abril a octubre) y parece que se está extendiendo geográficamente, las posibles causas serían: el cambio del uso de la tierra (agricultura, ganadería), la reforestación de tierras de cultivo abandonadas, el cambio climático, el calentamiento global, la humedad y otros factores relacionados con la actividad humana.

Esta enfermedad es de declaración obligatoria (EDO), es decir, enfermedad transmisible que los médicos están obligados a notificar al centro de Salud Pública correspondiente por ser de especial importancia para la comunidad. 

La infección puede cursar de forma asintomática, no requiriendo tratamiento. En otros casos aparece un cuadro multisistémico que afecta a varios órganos como piel, articulaciones, sistema nervioso central y corazón.

Sus síntomas se presentan en fases:

  • Fase inicial, 3-14 días: inespecíficos. Fiebre, dolor de cabeza, dolores articulares, hinchazón de ganglios, eritema migrans.
  • Fase tardía, semanas-meses: afectación del sistema nervioso, con parálisis facial, pérdida de fuerza en extremidades, confusión mental.

 

Los síntomas son los siguientes:

  • Cutáneos: eritema migratorio (erupción cutánea que se disemina desde el lugar de la picadura por la migración de la bacteria), acrodermatitis crónica atrófica (decoloración de la piel y atrofia gradual de la epidermis), linfocitoma borrelial (infiltrado linfocitario en forma de nódulo, tumor o placa), esclerodermia localizada, lesiones evanescentes en diana.
  • Neurológicos: en estadios tempranos, parálisis facial, parálisis de otros nervios craneales, meningitis aséptica, encefalitis leve y neuritis periférica. En estadios tardíos síndromes neurológicos crónicos con pérdida de memoria, depresión, polineuropatías sensoriales, síndrome de fatiga crónica o fibromialgias.
  • Músculoesqueléticos: cojera.
  • Alteraciones cardíacas con bloqueo aurículo-ventricular, uveítis anterior y posterior, panoftalmitis, hepatitis, miosítis y orquítis, en menor medida.

 

La PREVENCIÓN es la clave mientras no se adopten directrices de normalización en los programas de vigilancia a nivel europeo y nacional, así como la normalización de test de diagnóstico y tratamientos, entre otras medidas.

Toda persona que pueda tener riesgo de contacto con la garrapata debe saber cómo actuar, antes y después de acudir a  zonas con alta probabilidad de hábitat de garrapatas.

Antes: ir correctamente vestido;  ropa de colores claros para  visualizar mejor la garrapata,  zapatillas (no chanclas), camisetas de manga larga y pantalones largos (medias largas o pantorrilleras también valen), gorra o buff en la cabeza. Caminar por el centro de las pistas lejos de la vegetación. Utilizar repelentes químicos que contengan N,N-dietil-m-toluamida (DEET) y permetrina, sobre la piel y  ropa respectivamente.

Después: procederemos a revisar minuciosamente el cuerpo sobre todo en pliegues, cabeza, ingles …...

Una vez que la garrapata nos ha picado se debe proceder a su extracción. Es importante retirarla antes de que pasen más de 24 horas para evitar que se produzca la transmisión de la bacteria al hombre.

Para retirarla se debe aplicar producto antiséptico en la zona y con una pinza (no pinzas de depilar) lo más cerca posible de la piel la extraeremos verticalmente, volvemos a aplicar de nuevo producto antiséptico en la zona y desinfectaremos las pinzas.

Muchos hemos escuchado que se  extraen  con aceites, vaselina o quemando la propia garrapata, pero son métodos erróneos, ya que la garrapata de ese modo se agarra más fuerte y libera los jugos salivares más rápido por lo que en el caso de contener la bacteria el riesgo de transmitirla será superior a si lo hacemos de forma adecuada.

Si no nos vemos capaces de extraerla correctamente hay que acudir a un centro de salud o farmacia próximos, donde le indicarán el procedimiento a seguir, siendo el centro de salud la primera opción ya que no perderemos datos para el estudio de la enfermedad y nos podrán hacer un seguimiento acorde a los tiempos y síntomas con los que acudimos al médico.