La mochila, tu gran compañera de viaje en el sendero: ese componente del equipo que te permite transportar el resto de materiales. Las tienes de diferentes tamaños y volúmenes, dependiendo de las distancia que vayas a correr y el material obligatorio y aconsejable que tienes que llevar. Cada temporada evolucionan más, haciéndose más ergonómicas y adaptables al cuerpo, más mínima les pero con gran capacidad, e incluso los cinturones mochila han sustituido en las distancias más cortas a las mochilas de menor capacidad.
Aquí te mostramos los puntos en los que tienes que fijarte para elegir a tu compañera de camino, si eliges bien no os se pararéis nunca, ¡lo decimos por propia experiencia!
ACCESIBILIDAD. Lograr un acceso fácil y rápido a nuestra carga es imprescindible cuando estamos en carrera. Fíjate en cómo están distribuidos los bolsillos, si estos son con cierre de cremallera o de velero, si son herméticos o con malla de rejilla, así como su ubicación (en la parte delantera, trasera o en los laterales). El objetivo es portar todos los objetos y productos que necesitemos y tener un fácil acceso a ellos para minimizar el tiempo perdido.
COMODIDAD. Sin duda, una absoluta prioridad. Fíjate en su ergonomía, en los lugares en los que están las cinchas, carreras y hebillas, que no interrumpan tu braceo ni molesten. El material de la mochila debe ser suave, que no roce la piel en los hombros ni en las axilas, y que no provoque que se arrugue la ropa que llevamos debajo.
La zona de la espalda y de los hombros es crítica: deben tener un almohadillado que nos aporte comodidad hasta el final.
AJUSTE. Evitar vibraciones, desplazamientos y rebotes es el objetivo de los elementos encarga dos del ajuste. Fíjate en el sistema de cinturones y correas, que sean regulables y tengan un abroche sencillo que nos permita aflojar o apretar en cualquier momento. Este tema es especialmente sensible para las corredoras, ya que muchas mochilas tienen una de las correas a la altura del pecho. La mayoría de las mochilas de hoy en día tienen varias tallas, pregunta por ellas y elige la adecuada a tu altura y volumen.
CAPACIDAD. Hablamos del tamaño de la mochila, que debe ajustarse al espacio que necesitemos para guardar los productos que queremos llevar. La capacidad de las mochilas se mide en litros y las disponibles en el mercado actual suelen bascular entre los 1.5 litros y los 20 litros. Dependiendo de la distancia que vayamos a afrontar, elegiremos una u otra. Si te lo puedes permitir, mete en tu armario dos mochilas de capacidades distintas, para entrenamientos más ligeros y otra para carreras más largas.
HIDRATACIÓN. Una de las principales funciones de estas mochilas es la de ayudarnos a llevar nuestra propia hidratación encima. Algunas incorporan de serie una bolsa de hidratación con un tubo que nos permite hidratarnos en carrera, o bien un par de botellines blandos para insertar en los tirantes.
Si no traen nada de serie, infórmate sobre la posibilidad de adaptar distintos sistemas de hidratación a ellas. En todo caso, tiene que ser ágil y cómodo acceder hasta nuestra bebida, sea como sea el depósito.
DETALLES. La gran mayoría de mochilas actuales cuentan con todo tipo de detalles. Cuando estés en la tienda, investiga a fondo la mochila, sin miedo, descubre cómo son cada uno de los bolsillos, fíjate en si tienen bolsillos estancos, por ejemplo, o un bolsillo adaptado específicamente a llevar el smartphone. También en los clips para sujetar los bastones, o un silbato integrado, los detalles reflectantes, o en si incluye depósitos de hidratación.
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