En el mundo del deporte al igual que en otros aspectos de nuestra sociedad se van dando pasos quizás a veces demasiado lentos hacia la igualdad entre los diferentes géneros. Lo verdaderamente enriquecedor de todo esto esto es que aún caminando hacia un futuro esperemos que igualitario seguiremos teniendo diferencias y eso es lo que vamos a tratar de ver en estas líneas.
Me encanta ver los partidos de mi hijo el pequeño, juega en baloncesto mixto, tiene 11 años. Es el punto más o menos variable en el que las chicas del equipo (más maduras que ellos) marca la diferencia en el equipo; eso es algo que irá cambiando poco a poco a lo largo de la pubertad, esos cambios hormonales que provocan cambios fisiológicos que hacen que en algunas disciplinas deportivas tengan ventaja ellas y en otras ellos. Es cierto también que no todo son hormonas y fisiología, que gracias al cambio en los sistemas de entrenamiento la diferencia entre unos y otra se ha ido acortando sobre todo en las disciplinas en las que la fuerza no es tan determinante; y que la aparición aún en estado germinal de chicos en disciplinas históricamente femeninas com ola gimnasia rítmica por poner un ejemplo hará que con el tiempo también esas distancias disminuyan. Hay que ver por ejemplo el papel que desarrollan en carreras de utrla distancia as chicas que se cuelan entre los mejores puestos absolutos, llegando en algunos casos a ganar competiciones en la clasificación absoluta.
Primeras diferencias
En cuanto a la aparición de estas diferencias, las mujeres alcanzan antes la madurez fisiológica y esquelética, tienen menor cantidad de masa magra (lo cual conlleva una menor fuerza en extremidades superiores y tronco 30/50%, pero sin tanta diferencia a nivel de las extremidades inferiores), más masa grasa, más flexibilidad y menos potencia. En la edad fértil la mujer deportista puede quedar embarazada y en edad postmenopáusica es más tendente a la sarcopenia (perdida de músculo) y osteopenia (pérdida de masa ósea) lo cual influye negativamente en el entrenamiento de la velocidad.
La triada de la atleta
Bajo este nombre que recuerda a una grave lesión de rodilla que incluye ligamentos y meniscos, se esconde algo bastante diferente. ¿De qué hablamos cuando hablamos de la triada de la deportista? Pues nos referimos a tres alteraciones muy habituales que se dan de manera conjunta en muchas atletas:
- Desórdenes alimenticios, que van desde la anorexia y la bulima hasta el simple “mal aprovechamiento” de los nutrientes con un disbalance calórico negativo, llamado este último Síndrome de deficiencia energética de la deportista.
- Este disbalance energético puede llevar a adaptaciones hormonales que nos lleven a los otros dos puntos de esta triada.
- Irregularidades menstruales que pueden llegar incluso a la amenorrea (desaparición del sangrado menstrual), por alteraciones en diferentes ejes hormonales que van desde las hormonas tiroideas, a las hormonas sexuales, la producción del cortisol (hormona de la fatiga) y efectos sobre sustancias anorexigenas.
- Disminución de la densidad ósea por alteraciones en el metabolismo de la vitamina D, que puede provocar un mayor riesgo para sufrir fracturas de estrés por el déficit de estrógenos.
Riesgo de lesiones
Algo muy estudiado sobre todo en el mundo del fútbol, aunque es extensible a otros deportes es la mayor incidencia de lesiones del ligamento cruzado anterior en las mujeres deportistas.
¿A qué es debido esto?
- A un mayor valgo (desviación en “X”) de las rodillas.
- A una mayor hiperextensión (hacia atrás) de las rodillas.
- A un pie pronador más frecuente (tendencia a pisar con el interior).
- A una tibia más rotada para fuera (torsión externa).
- A una debilidad del glúteo medio.
- A un predominio de la fuerza de los músculos de la cara anterior del muslo (cuádriceps) sobre los posteriores (isquios).
- A un ligamento cruzado más pequeño, fino y con menos colágeno, lo cual lo hace menos resistente, unido a las características estructurales de la propia rodilla (surco femoral menos profundo) y más producción de relaxina en la edad de crecimiento y en algunas fases del ciclo.
Tendencia a la anemia
Esta está provocada por dos vías, como son el propio síndrome de deficiencia energética y las perdidas menstruales. Diferencias en el rendimiento físico según las fases del ciclo ovulatorio.
El ciclo menstrual se divide en dos partes; el primer día del ciclo es el primer día de regla y corresponde con el inicio de la fase folicular en la que estos producen más estrógenos; a mitad del ciclo se produce la ovulación con la máxima concentración de estrógenos y con el aumento en la producción de progesterona durante la fase lutea. Al final del ciclo baja la concentración de ambas hormonas y se produce de nuevo la menstruación. Estos cambios hormonales condicionan no sólo la capacidad de rendimiento y de recuperación en diferentes aspectos del entrenamiento sino también en el riesgo de lesiones.
Vamos a intentar resumirlo y simplificarlo:
- En la fase lutea a su inicio (justo tras la ovulación) tenemos altas concentraciones de estrógenos los cuales aumentan la laxitud ligamentosa y articular, provocan también un aumento de la masa magra (libre de grasa) lo cual aumenta el riesgo de lesión articular pero también es el momento ideal para el trabajo de fuerza y es un periodo en el que la recuperación tras una carga de entrenamiento es más eficaz. A mitad de esta fase lutea nos encontramos con los niveles más altos de progesterona lo cual influye en una disminución de la resistencia física, una disminución de la fuerza y de la capacidad de recuperación con aumento de la fatiga y de la temperatura corporal (peor adaptación al ejercicio físico).
- En la fase folicular, que se inicia el primer día de sangrado tenemos niveles bajos de estrógenos y progesterona. Así veis cómo se podría planificar el entrenamiento y la competición, sabiendo que justo tras la ovulación, la capacidad de asimilar cargas de entrenamiento y de realizar mejoría de la fuerza es mayor, aun existiendo más riesgo de lesión articular; aproximadamente tras una semana de ésta es cuando el organismo peor preparado está para rendir y para recuperarse; justo antes del momento de la regla.
Estudios genéticos
Una curiosidad; la aparición del Gen Col 1 A 1 hace que se produzca menos colágeno tipo 1 en el hueso lo cual predispone a las fracturas de estrés pero hace que seamos más resistentes a las lesiones musculares por mayor producción en los tejidos intramusculares lo cual da una mayor elasticidad. Otro dato curioso; según un estudio publicado en la American Journal of Sport Medicine, que la longitud del 2º y el 4º dedo de la mano sea similar estadísticamente está relacionado con unas mejores cualidades físicas de la deportista (velocidad, resistencia, capacidad de decisión…).
Consideraciones especiales del entrenamiento en la mujer deportista
Según muchos estudios, especialmente los realizados en el mundo del fútbol femenino y tanto dentro de los SSMM del FC Barcelona como del Levante CF y expuestos en diferentes reuniones de AEMEF (asociación de Médicos de Fútbol), en el fútbol femenino profesional no se observa la triada de la deportista en su perfil fisiológico, no aparece en líneas generales el síndrome de deficiencia energética, hay buenos niveles de densidad ósea, con unos mayores niveles de testosterona y DHA (androgenización) y unos buenos niveles de hormonas tiroideas. Quizás todo esto provocado por un buen control de la alimentación y un trabajo dirigido hacia la especificidad del entrenamiento de la mujer deportista. También se ha visto una mayor presencia de ovario poliquístico en el deporte de alta competición lo cual está unido a niveles altos de testosterona lo cual supone una clara ventaja fisiológica.
Como veis y os decía al principio tan iguales (esperemos que cada vez más) y tan diferentes.
*Agradezco a la Dra. Diana Guzmán de AEMEF y Clínica CEMTRO todos sus sabios consejos para escribir este artículo (recogido en el número 55 de la revista Trail Run de junio 2023).