Hacerse un reconocimiento médico-deportivo es una excelente manera de prevenir patologías, conocer nuestro organismo mejor y tener unos datos muy útiles para progresar como corredores. En los centros especializados hacen estos exámenes generales a los deportistas, pero nosotros hemos querido que la Doctora María José Nuñez nos haga un reconocimiento más específico como corredores de montaña.
1. Los inicios son los mismos: antes de acudir al centro a realizar la prueba, hay que rellenar un cuestionario bastante completo para valorar nuestro estado de salud actual: nos preguntan sobre nuestros hábitos de nutrición y entrenamiento, si tenemos o hemos tenido enfermedades/lesiones/intervenciones quirúrgicas, si nos medicamos, si hay antecedentes familiares de enfermedades… Toda la información que podamos dar sobre nuestro historial es bienvenida. Así el equipo médico tiene datos previos para hacerse una idea de nuestro perfil. Una vez en consulta se repasa junto con el médico el cuestionario, y nos hacen preguntas más concretas. Es opcional que te realicen un análisis de sangre y de orina (también lo puedes aportar tú).
2.Lo siguiente es medirte, pesarte y averiguar el índice de masa corporal (IMC) y tu porcentaje de grasa corporal con la toma de mediciones en pliegues cutáneos de diferentes zonas del cuerpo: brazo, vientre y muslo.
3. De ahí pasamos a la camilla, donde nos toman la tensión arterial en reposo, y se procede a la auscultación cardíaca y a realizarnos un electrocardiograma. Luego viene la prueba de la espirometría, con la que se valora la capacidad pulmonar.
4. A continuación un reconocimiento del aparato locomotor, con especial atención a las articulaciones más “utilizadas” en el trail: hay que comprobar movilidad y estado de tobillos, rodillas caderas… También comprobar el tono del abdomen, si la columna vertebral está alineada, y también fijarse en el tren superior, como los hombros. “Hay que comprobar que en el aparato locomotor, especialmente la mitad inferior (cadera, rodillas, tobillos…) no hay desequilibrios, que muscularmente estás bien, que mueves perfectamente articulaciones, que no hay lesiones… También comprobar el estado del tren superior, más “descuidado” por los corredores, necesitas fuerza en los brazos para el braceo, tener una musculatura dorsal potente para evitar dolores, etc. Hay que comprobar también el equilibrio -que en la montaña es fundamental- y hacer un test de la fuerza dinámica para ver la fuerza de piernas y brazos…”, nos dice la Dra. Núñez.
5. Test de flexibilidad y fuerza, primero la del tren inferior: levantar pesos implicando a cuádriceps (extensión de piernas en máquina); y luego la del tren superior con un press de banca.
6.Después del completo reconocimiento previo pasamos a la prueba “reina”: la ergoespirometría o prueba de esfuerzo, con la que se valorala respuesta cardiovascular y respiratoria al ejercicio, se realiza unaelectrocardiografía y presión arterial de esfuerzoy se analiza el intercambio gaseoso, con el que se determina la capacidad funcional aeróbica (el consumo máximo de oxígeno y la transición aeróbica-anaeróbica). Aconsejan no tomar estimulantes (café, té, colas), ni fumar al menos 12 h antes de acudir a la prueba, ingerir alimento 2.5 horas antes, y no realizar esfuerzos físicos intensos en las 24 h previas.
La prueba se realiza en un tapiz rodante, una cinta de correr: al ser específica para corredores de montaña, la Dra. Núñez explica, que en la cinta no sólo va a aumentar la velocidad, también la pendiente. “Normalmente a los corredores se les pone un grado de pendiente fija, pero aquí, en esta prueba específica para corredores de montaña, aumentamos pendiente y velocidad, un 1% cada minuto, y eso nos traslada un poco a la montaña, aunque sea ficticio, nos muestra cómo se comporta tu corazón en ese esfuerzo”.