Siempre lamenté que a la zapatilla más amortiguada de Brooks para montaña le faltase un poco de pegada, garra, coraje. La Caldera siempre había sido un modelo con pretensiones y buena disposición. A pesar de su gran comodidad, era un quiero y no puedo. Con el rediseño de la Cascadia 16, Brooks consiguió una de las mejores zapatillas de trail de 2021. Con esa acción, algo me hacía barruntar que la llegada de la Caldera 6 sería sonada. Y efectivamente, la espera ha merecido la pena. La Caldera 6 coge las indirectas.
Quizá el estar siempre a la sombra de la Cascadia ha hecho que esta sexta versión llegue con un puñetazo en la mesa. Una reivindicación al más desinhibido estilo: “no estamos locos, sabemos lo que queremos”. Y llegó el momento de sacar el genio, cargarse de tecnología, emular a las niñas bonitas de la casa que lucían nitrógeno inyectado y la química de fluidos supercríticos en la mediasuela, para presumir, hinchar el pecho y decir aquello de: porque yo lo valgo.
Más capaz
El rediseño de la suela ha facilitado que podamos elevar el nivel de exigencia de la Caldera 6. Una suela con clara inspiración en la Cascadia 16 y algunos trazos de la Catamount. Ya no tenemos aquellos minúsculos tacos (Caldera 5) de diseño casi injustificable, por no hablar de aquella suela que colapsaba con la mínima cantidad de barro de la Caldera 4 y predecesoras. Ahora, el compuesto Trailtack muestra secciones de triflogios en la zona central de metatarsos y discretas flechas en dirección de avance.
Mucho más juntos en la zona de apoyo, y más despejados cuando nos acercamos a la puntera, perdiendo así mismo algo de tamaño. La zona media (arco) queda despoblada de tacos, pero con presencia de caucho, mostrando vaciados en diversos puntos. Tanto para aligerar peso, como para favorecer la flexión.
En el tercio trasero volvemos a encontrar esa mezcla entre flecha y chevron que parecen mirarse en oblicuo (claramente rotados) hacia el interior, para de nuevo, posicionar a 4 solitarios triflogios en el extremo talonar. Con todo esto, muestra un dibujo contundente, que ahora sí, tiene un comportamiento más capaz y resolutivo. Donde la anterior Caldera 5 se quedaba absolutamente limitada, esta sexta versión sale airosa.

Más gorda
La mediasuela crece en medidas y drop. Ahora tenemos 25’5 mm en metatarsos, 31’5 mm en talón. Paradójicamente (según medidas oficiales) inferiores a las de la Caldera 5, pese al menor drop (4 mm), y perfiles visualmente más bajos de esa anterior versión. Por tanto, se ha pasado de drop 4 a drop 6. A pesar de las cifras, visualmente el volumen de la mediasuela es claramente superior, especialmente en la zona trasera, donde la cantidad de espuma es casi exagerada.
Es cierto que la marca da mucha relevancia a que el pie va entre “las paredes de espuma” (sic), pero esa sensación en la práctica no es tan acusada, y personalmente, tengo la sensación de ir algo más alto. Una medida que ha crecido notablemente es la anchura del talón, donde encontramos un aumento de más de 15 mm de base. Evidentemente, el aplomo se nota, la zapatilla tiene mucho más empaque, pero estas amplias medidas la convierten en algo torpe en senderos estrechos, como los que encontré en muchos puntos de Andorra, donde las zapatillas chocaban continuamente, bien sobre los elementos del angosto trazado, o con el pie contrario en el interior. Este punto lo he notado especialmente en el roce que ha aparecido en el collarín junto al ojal adicional. Prueba irrefutable de que la mayor anchura también tiene alguna consecuencia negativa.
La estabilidad percibida es buena, pero en senderos accidentados, no es desde luego, la zapatilla más ágil. Posiblemente tampoco lo pretenda. De hecho, si queremos una zapatilla más ágil, ya la tenemos (Catamount), y si necesitamos mayor tecnicidad, también (Cascadia).
El tacto del compuesto de esta nueva versión, el DNA Loft 3, es extraordinario. Es una de las zapatillas con mayor recorrido de amortiguación que he probado. Quien necesite una zapatilla de gran suavidad, es posiblemente la mejor versión en un ratio más que razonable entre recorrido/retorno.
Las aventuras de Brooks en el campo de la química, experimentado con compuestos supercríticos, está dando buenos resultados, ofreciendo modelos con respuesta (la propia Catamount, o las Hyperion de asfalto) u orientadas al confort, como la Caldera 6. En esta (y al igual que en sus predecesoras), tampoco encontraremos placa anti-rocas, pero tampoco es necesaria. Tiene una altura y recorrido de amortiguación que no la hace ni siquiera recomendable. Esta falta de flexibilidad no es del todo incómoda en ascensos pronunciados, donde tendemos a subir “de puntillas”, ya que hace que podamos apuntalar la zapatilla e ir subiendo.
La buena sujeción colabora, ya que no percibimos oscilación ni molestos movimientos en la zona del calcáneo, con lo que el ascenso se hace a ritmo y cómodamente.

Algo más pesada
La actual Caldera penaliza frente a la báscula entre 20 y 24 g (pie derecho e izquierdo, respectivamente), teniendo como referencia el modelo anterior. El upper recibe también una profunda revisión, siendo ahora un punto más adaptable, huyendo de los plásticos con aspecto satinado de la Caldera 5, y adopta una personalidad propia. Hace un guiño a la Catamount al utilizar una pequeña inserción triangular en TPU en la parte interior del talón (en ambos pies) donde podemos leer “My crew” y que se puede rellenar a rotulador.
Por lo demás, lleva una cordonera particular, la lengüeta es muy envolvente y ofrece buena sujeción, sin mostrarse excesivamente calurosa, al incluir un acolchado con generosas perforaciones. El tejido del collarín me gusta, ya que me parece algo más resistente que el de su predecesora.
En cuanto al tallaje, lo encuentro más justo que el de la anterior Caldera, por lo que necesitaría medio número más. Por otro lado, también me parece algo baja de techo, dando en conjunto, una sensación de mayor estrechez generalizada.
Correr largo, lejos y por donde sea
La mayor alegría de esta zapatilla es la sensación de poder pisar sin preocuparme, notar una más que aceptable estabilidad, y una capacidad de tracción desconocida hasta la fecha dentro de la familia Caldera. Sea sobre roca, sea sobre terreno deteriorado, la agresividad de la suela hace muestra de su valía recién adquirida, y encuentras solución en prácticamente cualquier entuerto.
Lamentablemente, las semanas que duró la prueba de la zapatilla han discurrido sin la más mínima lluvia, con lo que no he podido experimentar el comportamiento en barro y humedad absoluta.
Sí es cierto que el compuesto Trailtack de la Catamount y Cascadia 16 me gustó bastante (comparándolo con anteriores modelos de Brooks) habiendo utilizado esa suela en anteriores ocasiones en terrenos embarrados y húmedos. Con esta Caldera 6 los entrenos de volumen son una delicia. El gran recorrido y prácticamente nula fatiga del compuesto nos ofrece un extraordinario tacto, a pesar de las horas. No la noto tan dinámica como la Cascadia, pero ese aspecto, en ciertas situaciones pasa a un segundo término, si lo que busco son horas de montaña. Además, como he mencionado más arriba, hay otras opciones dentro del catálogo de Brooks si buscamos ese tipo de sensaciones.

En resumen
Es una extraordinaria opción para carreras de ultratrail, no dudaría en utilizarla en UTMB e incluso para Tor des Gèants, pues obtenemos una (muy) buena protección si el terreno se complica, y una amortiguación a la que no parece afectar la fatiga. Para los corredores ligeros no se hace “rebotona”. Tampoco se hunde en estático, cuando estamos parados. Creo que para un corredor de peso alto, la estabilidad no va a verse comprometida ni el hundimiento va a ser preocupante. La composición y densidad de la mediasuela tiene la capacidad suficiente para ofrecer un inagotable rendimiento.
LO B+ :
- El cambio le ha sentado fenomenal.
- La radicalización de la suela: la mejor decisión. El taco más capaz y colaborativo posiciona unos puntos más arriba a esta Caldera en cuanto a tecnicidad.
- El tacto de la amortiguación, suave, casi infinito, pero sin flaneo ni inercias negativas es una delicia.
- La protección que ofrece el upper es buena, especialmente en puntera. Una mayor presencia en los flancos elevaría la nota final, aunque reconozco que sería una decisión cuestionable. Primero por la protección que ofrece “per se” la altura de la zapatilla, y segundo porque tampoco es un modelo con orientación -deliberadamentetécnica.
LO B– :
- La anchura en la parte trasera le resta agilidad en senderos estrechos y técnicos.
- El tallaje algo más justo que en la anterior versión ha causado que al escoger el mismo número, note el pie más aprisionado, haciendo que el techo me toque en el dedo gordo, y que en las bajadas el pie me toque en la parte delantera. Por ese detalle, en el apartado “confort”, no obtiene una nota más alta de la que en realidad, sería merecedora.
- Confort: 8/10
- Amortiguación: 10/10
- Sujeción: 9/10
- Estabilidad: 9/10
- Protección: 9/10
- Ligereza: 8/10
DROP: 6 mm
PVP: 150 €