La primavera es una de las estaciones más cambiantes. Llena de contrastes el rango de temperaturas en casi toda la península es muy amplio, pasando en muchas ocasiones de temperaturas de –1ºC ó –2ºc grados en algunos sitios hasta los 20ºC en cuestión de horas.
Es por ello qué debemos de ser muy cuidadosos con las capas de ropa que elijamos para entrenar y competir, ya que un exceso de ropa o la falta de la misma puede desembocar con cierta facilidad en resfriados, deshidratación, hipotermia o incluso en infecciones respiratorias.
La primera capa, lo esencial
Es muy importante que sepamos escoger muy bien esa primera capa, ya que es la que está en contacto con nuestra piel. La primera capa debe ser ligera y cómoda, pero también ha de garantizar que nuestro cuerpo se mantenga lo más seco posible a la vez que fresco. Estas prendas suelen estar confeccionadas con tejidos sintéticos, aunque ahora mismo es fácil encontrar prendas con tejidos naturales e incluso tejidos confeccionados a partir materiales reciclados que son capaces de mantener nuestra piel seca y expulsar fácilmente el sudor.
La industria textil en nuestro deporte avanza a pasos agigantados, y es bastante común encontrar prendas con propiedades bactericidas o protección contra los rayos ultravioletas, esto último es especialmente recomendable por el medio en el que se práctica nuestro deporte y la cantidad de horas que dedica a practicarlo.
La segunda capa
La misión de la segunda capa es la de mantener tu temperatura corporal durante la actividad. No tiene que darte calor, su objetivo es aislarte térmicamente reteniendo el calor que tu propio cuerpo expulsa favoreciendo eso sí la expulsión del sudor y evitando el enfriamiento. Esta segunda capa suele utilizarse en los meses de más frio.
La tercera capa, la de la protección
Esta va a ser tu segunda capa en la época primaveral, de vez en cuando la utilizaras en verano, e intensamente en otoño. Su cometido principal es la de protegernos frente a la lluvia, el viento o la nieve. Pero también ha de ser capaz de expulsar el sudor para mantenernos secos protegiéndonos del frio. Entre las terceras capas nos encontramos con prendas cortavientos que nos protegen básicamente del viento incluso de lluvia fina o prendas impermeables, que son capaces de protegernos de una lluvia intensa a la vez que ofrecen transpirabilidad con columnas de agua de 10K/10K o 20K/20K.