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Cómo y por qué trabajar la propiocepción

Enseña a tu cuerpo a manejarse en situaciones de desequilibrio

Redacción Trail Run

Cómo y por qué trabajar la propiocepción
Cómo y por qué trabajar la propiocepción

Para empezar deberíamos definir la propiocepción, un término con el que muchos corredores aún no están familiarizados: es la capacidad del cuerpo de detectar el movimiento y la posición de las articulaciones. Esto es muy importante en los movimientos diarios, pero aún más en los movimientos que en nuestra práctica requieren de una buena coordinación y más aún cuando la fatiga en una prueba nos lleva a ir perdiéndola poco a poco. Este sistema propioceptivo está formado por una serie de receptores nerviosos que detectan la tensión y el estiramiento muscular y mandan toda esta información a la médula espinal y al encéfalo, que la procesa y manda la respuesta adecuada a los músculos para que realicen los ajustes necesarios en tensión y estiramiento para realizar el movimiento deseado; fácil ¿no? Todo este proceso no es voluntario, sino reflejo, y se realiza muy rápido.

¿Por qué es importante el entrenamiento propioceptivo?

Nos ayuda a mejorar la fuerza, la coordinación, el equilibrio y el tiempo de reacción ante situaciones imprevistas, y nos ayuda a recuperar este sistema que se daña y se pierde en las lesiones articulares. Ante una situación inesperada (un desequilibrio en una bajada) nuestros músculos pueden responder de manera correcta corrigiéndola o de manera incorrecta aumentándola; pues el entrenamiento propioceptivo consigue aumentar las respuestas correctas y disminuir las incorrectas.

¿Cómo lo trabajamos?

Es fácil y divertido: tenemos que generar situaciones de desequilibrio. Comenzaremos siempre por ejercicios sencillos e iremos poco a poco aumentando la dificultad de los mismos. Para empezar, apoyos a una pierna, calzados y con un punto de apoyo cercano a la altura de las manos para evitar la caída. Seguidamente pasaremos a ejercicios similares descalzos, y poco a poco avanzaremos a saltos sobre un cojín o mantenerse en el bosu sobre una pierna, a jugar con un skate y todo aquello que se nos ocurra, tanto solos como con nuestros compañeros de entrenamiento. Es fácil pasarse una pelota mientras aguantamos a la pata coja.

La propiocepción deberíamos trabajarla en todas las sesiones de entrenamiento, debería formar parte de nuestra rutina diaria como el calentamiento y la sesión de estiramientos.