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Claves de la Propiocepción

¿Qué es? ¿Por qué es importante? ¿Cómo se trabaja?

JAVI BARRIO

Claves de la Propiocepción
Claves de la Propiocepción

¿Qué es?

Muy sencillo, es la capacidad del cuerpo de detectar el movimiento y la posición de las articulaciones. Esto es muy importante en los movimientos diarios, pero aún más en los movimientos que hacemos corriendo en montaña y que requieren de una buena coordinación, y más aún cuando la fatiga en una prueba nos lleva a ir perdiendo ésta. ”Tropezón que no cae adelanta”, que decía mi abuela.

Este sistema propioceptivo está formado por una serie de receptores nerviosos (husos musculares, órganos tendinosos de Golgi, receptores capsulares y ligamentosos y receptores de la piel) que detectan la tensión y el estiramiento muscular y mandan toda esta información a la médula espinal y al encéfalo, que la procesa y manda la respuesta adecuada a los músculos para que realicen los ajustes necesarios en tensión y estiramiento para realizar el movimiento deseado. ¿Fácil, no? Todo este proceso no es voluntario sino reflejo y se realiza muy rápido.

¿Por qué es importante el entrenamiento propioceptivo?

Nos ayuda a mejorar la fuerza, la coordinación, el equilibrio y el tiempo de reacción ante situaciones imprevistas, y nos ayuda a recuperar este sistema que se daña y se pierde en las lesiones articulares.

Ante una situación inesperada (un desequilibrio en una bajada) nuestros músculos pueden responder de manera correcta corrigiéndola o de manera incorrecta aumentándola; pues el entrenamiento propioceptivo consigue aumentar las respuestas correctas y disminuir las incorrectas.

¿Cómo lo trabajamos?

Es fácil y divertido: tenemos que generar situaciones de desequilibrio. Comenzaremos siempre por ejercicios sencillos e iremos poco a poco aumentando la dificultad de los mismos.

Para empezar, apoyos a una pierna, calzados y con un punto de apoyo cercano a la altura de las manos para evitar la caída. Seguidamente pasaremos a ejercicios similares a pie descalzo y poco a poco avanzaremos a saltos sobre un cojín o un bosu a una pierna, a jugar con un skate y todo aquello que se nos ocurra, tanto solos como con nuestros compañeros de entrenamiento. Es fácil pasarse una pelota mientras aguantamos a la pata coja o, en esta posición, echar un pulso. La propiocepción la trabajaremos en todas las sesiones de entrenamiento, debería formar parte de nuestra rutina diaria, como el calentamiento y la sesión de estiramientos.

¡Ah! Y un último apunte. Si disponéis de un aparatito de esos de corrientes, si aplicamos la electroestimulación en la fase excéntrica de un ejercicio (por ejemplo una sentadilla en plano inclinado) conseguiremos una mayor estimulación del huso muscular y gracias a ello un aumento de fuerza en la fase concéntrica. ¿Rizamos el rizo? Si hacemos esto sobre una base inestable (cojín, bosu, skate) estaremos trabajando nuestro sistema propioceptivo al máximo.