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Ca-Co, cuando correr no es la mejor opción

A veces caminando se avanza más que corriendo

Cuando correr no es siempre la mejor elección
Cuando correr no es siempre la mejor elección

Si llevas tiempo corriendo por la montaña y te has documentado con revistas y libros que explican cómo entrenar y prepararse, seguramente en alguna ocasión te hayas encontrado con el término CaCo. ¿Qué significa? Es bien sencillo: caminar-correr. Se trata de una técnica que defiende una carrera basada en el equilibrio entre caminar y correr.

Si eres corredor de asfalto y compites en pruebas en ruta, seguramente solo te hayas visto obligado a andar en alguna carrera en la que te hayas pasado de ritmo o en algún momento en el que te vaciaste por completo, pero en la montaña descubrirás que correr no es siempre posible y, a veces, voluntariamente andar es la mejor decisión. Las fuertes pendientes que a veces encontramos en nuestro camino nos obligan a detenernos y caminar en lugar de correr.

En muchas ocasiones incluso somos capaces de avanzar más rápido caminando que corriendo, tenemos que aprender a valorar esa situación en cada momento ya sea en competición o en un entrenamiento programado, ya que ejecutar el Ca-co puede ayudarnos a avanzar mejor, a recuperarnos o sencillamente a regular nuestras fuerzas. Todo ello analizando a que tipo de pendiente nos enfrentamos y la distancia de la misma, por ello también se vuelve indispensable conocer de antemano el perfil de donde lo vamos a llevar a cabo.

Si estamos por ejemplo en los primeros kilómetros de un ultra y nos encontramos ante una fuerte pendiente, lo ideal es afrontarla caminando, con tranquilidad, sin hacer excesivos esfuerzos. Con todavía docenas de kilómetros por delante, la mejor opción es guardar energía y no desgastar más de lo necesario. Ya tendremos tiempo en los tramos finales del recorrido de subir cuestas corriendo y derrochar la energía que nos pueda quedar dentro.

Si en una prueba prima la velocidad y la pendiente es propicia a un Ca-Co ágil, podremos alternar sin miedo el caminar con zancada larga ayudándonos con las manos justo por encima de nuestras rodillas para impulsarnos levemente, sin hacer demasiada fuerza, alternado ese avanzar ligero con pequeños tramos en los que podremos correr intentando marcar los 180 pasos por minuto, que garantizan una buena economía de carrera.