comitium

La unidad de medida en el monte es el disfrute

Artículo de opinión

Roberto Palomar

Corredores disfrutando
Corredores disfrutando

A menos que tus padres sean guardas y hayas pasado tu infancia en un refugio de montaña -esto ya lo he leído yo antes- la gran mayoría de corredores de trail venimos del asfalto, del entorno urbano. A veces me pregunto por qué diablos no se nos ocurrió en los 80 salir a correr a la montaña si las montañas ya estaban ahí antes que las carreteras, las calles y los parques. Pero esa es la realidad. […]

Hubo un día en que yo también di el paso. “Este año no corro el Mapoma, este año corro en Andorra”. Y aquello me enganchó. Pero el shock fue considerable. Me costó entender que era imposible cubrir un kilómetro en cinco minutos, que pasaba hambre en carrera, que me costaba casi el doble hacer una media maratón por el monte, que la tortura no eran las subidas sino las bajadas, que debía “contar” lo que me faltaba en metros de desnivel y no en kilómetros, que en una misma carrera de trail te puedes encontrar bien, mal, regular, muy mal y luego muy bien, que los plátanos que nunca he comido en la vida civil son un manjar en la montaña, que la carrera es muchísimo más dura de lo que ves en el reportaje del año anterior, que esas tomas del helicóptero, con los primeros deslizándose como bailarinas y bajando como kamikazes son de otro mundo, que son “mentira” para los corredores normales, que caminar y correr –los famosos “cacos”– son una especialidad en sí misma, que pasas calor, luego frío y luego calor otra vez, que después de correr 30 km puedes salir a correr al día siguiente, que no es ninguna tontería correr con guantes cortos para agarrarse a las piedras, que eso de los bastones de carbono no es ninguna extravagancia, que no hay dos zancadas iguales... En definitiva, que me presenté en una carrera de montaña con la mentalidad de una carrera de asfalto y la cosa no funciona así. Nada de lo que hemos venido haciendo durante años sirve para el trail. Y cuanto antes lo asimilemos, antes disfrutaremos del primitivo instinto de correr por el monte. Olvídense los debutantes del “a cinco el kilómetro” o “vamos, que ahora viene la bajada”. Olvídense, cambien el sistema métrico decimal y transfórmenlo en la única unidad de medida que existe en la montaña: el disfrute.