comitium

La huella de… Pau Bartoló

En toda vida deportiva hay unas etapas en las que hay que respetar el desarrollo deportivo

Pau Bartoló.

La huella de... Pablo Bartoló. Fotografía Oriol Batista
La huella de... Pablo Bartoló. Fotografía Oriol Batista

Ya hace unos 5 años tuve la oportunidad de escribir mi primera huella en la revista Trail Run. En aquel entonces me encontraba inmerso en un deporte fascinante como lo sigue siendo ahora mismo, pero visto desde otra perspectiva que seguramente me ha dado la experiencia ,y cómo no decirlo, la edad y todo lo que viene implícito con ella.

Vamos al grano: estos cinco años he dedicado buena parte de mi energía, mi tiempo y el de mi familia al deporte, por suerte he podido ganarme la vida con lo que más me gusta: las carreras de montaña, ya sea como deportista activo o como entrenador, y es por eso que con el paso de los años las vivencias se suman, se toman decisiones y vamos conduciendo nuestras acciones hacia donde nos interesa para poder mantener un equilibrio entre la familia, los amigos, el trabajo, el deporte… con el objetivo final de ser felices y disfrutar en todo momento.

Una de las experiencias más enriquecedoras que he podido vivir en estos años ha sido la coordinación de la Escola Trail de los Mountain Runners del Berguedà, intentando transmitir a los niños y también a los padres todo lo que he podido aprender a lo largo de mi vida deportiva. Digo a los padres con especial énfasis, porque en toda vida deportiva hay unas etapas en las que hay que respetar el desarrollo deportivo, tanto para la salud física como mental del deportista, para poder mantener la ilusión y la motivación durante muchos años, y todo esto pasa por no quemar etapas precozmente.

Como padres no podemos ni debemos buscar en nuestros hijos lo que nosotros no hemos podido conseguir en el deporte. En estos casos es el entrenador quien debe tener el conocimiento necesario para intervenir. Estas etapas del desarrollo deportivo en nuestro deporte son sagradas, intocables bajo mi punto de vista, es decir, no podemos exigir ni buscar resultados a un niño, el deporte debe ser diversión, a la pubertad se empieza a enseñar a entrenar y hasta la edad adulta no podemos entrenar para competir.

Todos conocemos múltiples casos de corredores muy jóvenes que se lanzan a las carreras ultras sin pasar por las demás distancias. El resultado va a ser que su vida deportiva sea muy corta y que dichas etapas se quemen rápidamente sin poder disfrutar en cada momento de lo que toca.

Como padres no debemos buscar en nuestros hijos lo que nosotros no hemos podido conseguir en el deporte

Así mismo en el otro extremo del ciclo deportivo debemos saber cuándo es la hora de no entrenar ya para competir, sino entrenar por mero placer, buscar en el deporte un medio de hacer salud, vivir experiencias y convivir, mantenernos sanos y activos, con la mente fresca el resto de nuestra vida.

Muchos se empeñan en seguir buscando resultados cuando fisiológicamente ya es imposible tener el mismo rendimiento que unos años más joven. Tanto en un extremo como en el otro de las etapas del desarrollo deportivo, ya sea como padres, entrenadores o deportistas en general debemos hacer una reflexión, saber dónde se encuentra nuestro hijo o nosotros mismos.

Sólo de esta manera podremos disfrutar, gozar y ser felices practicando con un objetivo u otro nuestro fascinante deporte. Por muchos años más… Larga vida al “trailrunning".