Solo voy a poder escribir en esta página, aunque si por mí fuera, lo haría en toda la revista. El primer motivo por el que no lo hago es evidente, porque creo que no me dejarían, pero el segundo, es que ya me ha costado sacar tiempo para escribir esto poco, como para escribir más… Ahí está el problema de la sociedad de hoy en día, nos quejamos de que no tenemos tiempo, pero, ¿de verdad hemos pensado en qué lo gastamos y si merece la pena? Yo soy el primero que se queja a menudo de que no tiene tiempo: entrenamientos, carreras, redes sociales, nuevas tecnologías, clases, escuela de idiomas, arbitraje de fútbol, vivir en una isla y tener que viajar mucho... Esas son las cosas que me “quitan” el tiempo. Pero de lo que debería darme cuenta es de que el tiempo que me falta lo estoy invirtiendo en mi felicidad, bienestar, y disfrute, como es en el caso del trail o el arbitraje. Y por otro lado, lo gasto en el desarrollo de mi persona, en mi formación (las clases en el Instituto, la Escuela de Idiomas), con el fin de tener un mejor futuro. Así que ahora es cuando me pregunto... ¿de verdad no tenemos tiempo? ¿De verdad gastamos el tiempo?
Soy afortunado de poder practicar este deporte que a todos nos tiene absolutamente enganchados, un deporte sano, bello, e inigualable
En mi opinión, estamos usando el tiempo para algo que de verdad necesitamos y nos gusta, así que esta supuesta pérdida de tiempo para mí se convierte en un aprovechamiento del mismo. En este caso, podríamos decir que “perdiendo se gana”. Y como creo que el tiempo que estoy invirtiendo aquí, dirigiéndome a ustedes a través de la palabra, es de provecho, podré invertir un poquito más. Un día iba corriendo y después de unos buenos y gozosos kilómetros, llegando a la Hoya de Fireba, uno de los mágicos lugares de mi isla, El Hierro, me di cuenta de repente de que soy afortunado, soy afortunado de poder practicar este deporte que a todos nos tiene absolutamente enganchados, un deporte sano, bello, e inigualable. Cuando empecé en este mundo, en el año 2017, sin conocimiento alguno de competición, entrenamientos, y del trail en general, me enganché, corriendo con la única idea de “disfrutar” la Maratón del Meridiano de 7km, como era en aquel momento esta prueba, disfrutando muchísimo durante el recorrido y pasándolo en grande. Al llegar a meta, me encontré con un tal Depa, del que no tenía ni idea de su existencia hasta ese momento, pero que me ayudó, desde entonces y aún hoy, a amar y seguir disfrutando de este deporte.
Empecé poco a poco y fui descubriendo que el ambiente de cada carrera, las sensaciones mientras entrenas, y esos nervios y ganas de competición son experiencias inigualables, y que a día de hoy son imprescindibles en mi vida. Así que, definitivamente, el tiempo, o más bien la falta de tiempo, me persigue, pero procuro hacerlo lo más rentable posible porque en clase me dijeron que “tempus fugit” y yo no quiero perderme nada en esta vida.
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