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Así empezaron los elite. Segunda parte

Algunos de los mejores corredores de montaña nos cuentan cómo fueron sus inicios en el trail running.

REDACCIÓN TRAIL RUN

Cristofer Clemente Penyagolosa 2019. José Miguel Muñoz
Cristofer Clemente Penyagolosa 2019. José Miguel Muñoz

Cristofer Clemente

“HICE MI PRIMERA CARRERA DE MONTAÑA CON UNAS ZAPATILLAS DE ASFALTO" 

Mis primeros pasos fueron en el año 2009 en una carrera de 19 kilómetros en el Maratón del Meridiano, en la isla de El Hierro. Recuerdo que corrí con unas zapatillas de asfalto y llevé una mochila de 5 otros que compré en el Decathlon. ¡No tenía ni idea de donde me estaba metiendo! Yo empecé a correr en septiembre de ese año en un parque de mi pueblo, en La Gomera. Después de aquella carrera en la isla vecina empecé a entrenar en la montaña. Recuerdo que llevaba siempre mucho peso, unos dos litros de agua y varias barritas, y lo malo es que lo paseaba, porque luego comía y bebía poco. Vamos, hacía expediciones, no entrenamientos, jajaja. Ya a finales del año 2010 me puse en manos de mi entrenador actual, David Alcón, y mejoré mucho. Eso sí, desde que probé en El Hierro me enamoré del trail y sólo he corrido en montaña hasta la fecha actual. 

 

Maite Maiora UTMB 2019. José Miguel Muñoz

Maite Maiora UTMB 2019. José Miguel Muñoz

Maite Maiora 

“MI PRIMERA CARRERA FUE UN KILÓMETROS VERTICAL Y FUI ACOJONADA"

En el 2010 yo me estaba preparando carreras de asfalto, por tanto entrenaba en asfalto y luego en invierno esquiaba o hacía snowboard. Y en verano iba al monte a andar, con mochila y bastones, o a escalar. Para entonces cada vez eran más sonadas las carreras de montaña y tenía amigos que corrían también en el monte. Éstos me animaban, pero yo les decía que para mí era muy difícil correr cuesta arriba. Iosu, mi pareja, también me animaba para que probase. 

Hasta que Iosu habló con mi preparador sin yo enterarme, y él, como plan de entrenamiento, me metió un kilómetro vertical. Allí fue a Azpeitia (Guipuzcoa), a Zuzenien, acojonada. Recuerdo que era un 2 de julio. Pero me encontré un problema: obligatoriamente tenía que llegar a meta porque toda mi familia me estaba esperando arriba en el monte y para volver a casa tenía que llegar arriba. Ellos subieron por la otra cara del monte, dejando el coche en el aparcamiento. Tengo muy buen recuerdo de ese día. Aquel año hice otra media maratón de montaña y otra vertical más. En 2011 las carreras objetivo pasaron a ser de montaña. 

 

Aritz Egea

“EN CASI TODAS LAS CARRERAS TERMINABA CON UNA LESIÓN”

Todos hemos sido principiantes. En mi caso llegué rebotado del ciclismo y triatlón, con lo que tenía una base donde apoyarme, ¿pero fue realmente útil? 

Recuerdo que la transición fue muscularmente dura, estaba acostumbrado a correr, pero no en el monte. En prácticamente todas las carreras acababa con una lesión. Con esto quiero resaltar que desde mi punto de vista el primer año hay que tomárselo con paciencia y tranquilidad. Simplemente salir al monte a disfrutar, haciendo entrenamientos que nos van apeteciendo, básicamente rodajes, más o menos rápidos, y carreras que nos llamen la atención, pero sin volverse loco y con expectativas moderadas. 

Creo que la bici es un aliado perfecto, tanto en los comienzos como cuando vamos progresando. De hecho, recuerdo que uno de mis primeros pensamientos al empezar fue: “coño (considerando al esfuerzo físico), esto del correr por el monte es más parecido a la bicicleta que a correr por asfalto”. Resumiendo, tranquilidad y sobre todo que todo gire en torno a disfrutar y no al rendimiento, esto último ya llegará si tiene que llegar.

Fernanda Maciel El Reventón 2018

Fernanda Maciel El Reventón 2018

Fernanda Maciel 

“MIS PRIMERAS ZAPATILLAS DE MONTAÑA FUERON DE SEGUNDA MANO. SE LAS COMPRÉ A UNA AMIGA DEL COLEGIO”

Empecé a caminar y correr por senderos cuando tenía 8 años, pero tan sólo hasta que cumplí 10, porque durante 2 años mis padres tuvieron una casa de campo en Sabará (Brasil). Recuerdo que allí teníamos una cascada. En la ciudad donde siempre he vivido, Belo Horizonte, con 6 millones de habitantes, no teníamos cerca la naturaleza y para mí ir a la montaña era como un premio.

A los 16 años empecé a correr por asfalto, pero a los 21 ya tenía ganas de tener unas zapatillas de correr por montaña, porque me dijeron que cerca de Belo Horizonte había una cascada. Para mí era la mejor manera de disfrutar de un domingo de sol en Brasil, salir a correr por la montaña en este lugar, bañarme allí y después volver corriendo a casa. Pero no tenía zapatillas de correr por montaña. Así, hice unos cuantos chocolates para vender en mi colegio y con el dinero (50 cruzados) pude comprarme unas zapatillas de color gris de la marca Adidas. Las zapatillas me las vendió de segunda mano mi amiga de clase, Dulce, porque las deseaba con fuerza. Siempre que venía con ellas le decía “‘Por favor, vendederas!”. Y así las conseguí. Recuerdo mi felicidad. Tenía muchos agarres en la suela y para mí era un sueño correr con ellas, aunque fueran muy pesadas. Así empecé a correr por el monte, después a hacer carreras de Raids de Aventura, de esas de 500 km no-stop. Me encantaba correr por la noche también. Pero fue en Nueva Zelanda en 2006 cuando hice mi primer maratón, el Routeburn Track, y mi primer medio maratón en montaña, el Half Marathon Wakatipu, donde también estaba Anna Frosty. Hice un tiempazo: 1h 28', y quedé tercera. Anna ganó la carrera, no recuerdo su tiempo, pero recuerdo que fuimos a muerte de rápidas.

Después de vivir casi un año en Nueva Zelanda volví a Brasil y así The North Face me invitó a correr las 50 Miles Endurance Challenge Championship de California en 2008. Fue mi primer ultra y acabé muy contenta con la experiencia. Fui la mejor brasileña, cuarta de la general y primera de mi categoría. Ya no paré. 

 

Gemma Arenas

“NUNCA PENSÉ QUE ESTO QUE ESTOY VIVIENDO ME PUDIERA PASAR A MÍ”

Yo empecé porque hacía maratones de asfalto y me gustaba esa distancia. Me sentía cómoda y quise probar algo más largo y elegí los 101 de Ronda. Tanto me gustó que me enganché a la larga distancia, y sobre todo, a las carreras de montaña. Descubrí un mundo maravilloso, el contacto con la naturaleza, además de competir, lo tenía todo y sobre todo, muchos valores como la disciplina, el esfuerzo, la perseverancia, la amistad, etc. 

Siempre hay miedos de si serás capaz, si podrás, si tu cabeza te jugará una mala pasada, pero no, al final siempre podemos. El secreto está en la mente. Y en entrenar mucho, jijiji. Tengo recuerdos maravillosos, carreras inolvidables y muchas alegrías. Nunca pensé que esto que estoy viviendo me pudiera pasara a mí. A veces los sueños se cumplen.