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Dani García: “Mi semana de carga es casi como la de descanso de Miguel Heras o Luis Alberto”

Entrevistamos al atleta del equipo New Balance

Daniel Sanabria

Dani García: “Mi semana de carga es casi como la de descanso de Miguel Heras o Luis Alberto”
Dani García: “Mi semana de carga es casi como la de descanso de Miguel Heras o Luis Alberto”

Bombero de 33 años y afincado en El Rincón de la Victoria (Málaga), Dani García ha sido una de las sensaciones de la temporada en materia de trail running. Sin embargo, sus raíces deportivas están muy lejos de la montaña. Hizo boxeo, después triatlón y finalmente se calzó las zapatillas para subir y bajar cumbres. No le ha ido mal, es realista en sus objetivos y mantiene la cabeza serena tras los éxitos cosechados este año en carreras tan importantes como Transvulcania o la CCC del Mont Blanc.

¿Cómo llega un boxeador a convertirse en corredor de montaña?

Siempre he hecho deportes de contacto como boxeo o full contact a buen nivel, compitiendo con la Selección Española, pero nunca había corrido. Hace cinco años por influencia de mi mujer me pasé al triatlón. Ella venía de estar en la Blume y tenía un nivel muy alto, entrenando cada día y haciendo muchas competiciones. Empecé a salir con ella a entrenar y me enganché al triatlón durante dos años, así que corriendo por montaña realmente solo llevo tres temporadas, pero le he echado tiempo y ganas y parece que se me está dando bien jajaja.

Eres bombero, marido y padre de dos hijos. ¿Cómo encajas las piezas del puzzle para salir a entrenar?

Pues mira, ¡ahora estoy paseando a los perros mientras hablo contigo y los niños durmiendo! En serio, la verdad creo que es una cuestión más de ganas que de tiempo. Si te gusta y estás motivado, siempre tienes tiempo para entrenar.

¿Cómo es Dani García como corredor de montaña?

Creo que eso lo deberían decir otros corredores, pero me encantan los tramos técnicos, aunque en realidad prefiero los caminos rápidos donde poder correr fácil porque yo vengo de hacer triatlón. También prefiero bajar que subir, en los descensos sientes esa adrenalina y puedes manejar tu agilidad, y subiendo hay que tirar más del esfuerzo. Aunque lo cierto es que me guío mucho por sensaciones, soy bastante impulsivo y no preparo estratégicamente las carreras. Decido en función de la situación de cada carrera, pero no soy ni reservón ni atrevido.

Eres otro de los miles de admiradores de Kilian. Pasaste de ver sus vídeos por internet a casi competir de tú a tú contra él.

Sí, todos hemos visto los videos de Kilian en el Mont Blanc y te motiva mucho, y yo pensaba “¡qué lejos estoy de esto!” y luego cuando me he visto cerca de alguno de esos corredores que ves en Youtube no te lo terminas de creer.

¿Te ves en un futuro a ese nivel en el que están Kilian, Luis Alberto o Miguel Heras?

Me lo intento imaginar, pero los veo lejos. En algunos momentos de forma en los que estoy fuerte sí que podría ser asequible, pero mi forma de vida y mi dedicación me lo impiden. No me tomo el deporte tan en serio como ellos. Hablando con Luis Alberto me di cuenta de que sus semanas de descanso son como mis semanas de carga. Yo no puedo echarle a esto 40 horas semanales porque no me lo permite ni el trabajo, ni la familia, ni mis piernas.

¿Qué se siente al entrar en segunda posición en la meta de Transvulcania?

Hasta que no faltaban dos kilómetros para la meta fui pensando que me iban a adelantar. Antes de la carrera yo firmaba entrar entre los diez primeros, hubiera sido un éxito inmenso para mí, así que luego verme en un segundo puesto fue una alegría inmensa, y también una sorpresa. La llegada a meta es increíble, con todo el mundo animando y chocándote las manos… Es una experiencia que debería sentir todo el mundo. Seguramente es mi mayor éxito hasta ahora como corredor de montaña.

Este año fuiste al Mundial de Annecy en sustitución de Miguel Heras. ¿Cómo fue la experiencia?

La verdad es que tuve sensaciones encontradas. Pensaron que Miguel Heras iba a ir seguro y me avisaron con una semana de antelación. Por un lado sentí una alegría enorme por ir con la Selección Española y estar entre los mejores, pero por otro me dio un poco de rabia no haber preparado la carrera específicamente y haberlo hecho mejor. Dos semanas antes había hecho una media maratón de asfalto, pero allí no puedes llegar y decir “oye estoy mal”, así que alegría y rabia a partes iguales.

¿Ha subido este año tu popularidad en este mundillo del trail running?

Sí, sobre todo lo noto a raíz de acabar carreras de ultradistancia. Me suben los amigos del Facebook y se nota que tiene más repercusión que una carrera corta. Yo he ganado un maratón a un tío que ha estado en la Copa del Mundo y nadie se entera, pero luego hago un ultra y si tengo un buen puesto me felicitan todos.

¿Están en España infravaloradas las carreras que no son ultras?

Yo creo que sí, y además tienes que estar más fuerte para ganar una carrera corta que una larga. En los ultras dependes de más cosas, de los rivales y de muchos detalles, pero en las cortas es más un trabajo tuyo.

Tu patrocinador es New Balance. ¿Qué ayudas te da esta marca?

Llevo dos años con New Balance y esta temporada me han ayudado en los viajes al Mont Blanc y Transvulcania, además de unas primas según resultado. También me ayudan con material, que es importante, pero no me exigen ninguna competición concreta. Lo que me ayudan es a ahorrar costes y eso está de lujo.

¿Qué harás el año que viene?

Estoy esperando a que salgan los calendarios de la ISF, FEDME, IAAF y todos los organismos que marcan las competiciones e intentar hacerlo mejor que esta temporada. La verdad es que el Mundial es una ilusión que tengo para quitarme la espinita de Annecy. Suelo correr al año unas veinte carreras cortas y uno o dos ultras, porque yo entiendo que un ultra es una aventura que hay que afrontar cada cierto tiempo, un reto grande y diferente que supone estar corriendo más de veinte horas, algo extraordinario, no algo para hacer cada semana.