1. Busca metas pequeñas, realistas y próximas en el tiempo en lugar de objetivos grandilocuentes y a largo plazo.
2. Trata de positivizar hasta los malos momentos. Si estás en un día flojo, piensa en el último bueno que tuviste.
3. No pienses en lo que te queda por hacer. Huye de esa ansiedad por el trabajo que falta y piensa en todo lo que ya has hecho. Incluso, disfruta y saborea del camino hacia el objetivo final.
4. Los días que no tengas ganas de correr o cumplir con la sesión de entrenamiento planificada, sal a descubrir nuevos paisajes y caminos, a tu aire.
5. Si algún día el cuerpo no te responde como debe, olvida el ritmo, relájate y simplemente corre o intercala el rodaje con ejercicios.
6. Si un día te sientes cansado y dudas entre salir a correr o no y finalmente lo haces, piensa que ese ha sido tu mejor triunfo. No importa si luego el entrenamiento no sale como querías.
7. Salir a entrenar acompañado de vez en cuando te servirá para intercambiar opiniones, mantener la motivación o contaros batallitas ‘runners’. ¡Se te pasará el entrenamiento volando!
8. Date un capricho de vez en cuando: un accesorio, alguna camiseta… Si no tienes otros malos vicios (¡que esperemos que no!), perfectamente tu vicio puede ser este.
9. Repasa vídeos en internet de carreras con las que sueñas, de tus atletas preferidos o de grandes momentos del trail. ¡Te entrarán mil ganas de correr!
10. Apúntate a alguna carrera de vez en cuando, y disfruta corriendo junto a los tuyos. Estar en competición no es sinónimo de tener que ir a muerte. Puedes apuntarte a una prueba y correr relajado y disfrutando del ambiente.
11. Si llevas un tiempo estancado, cambia de métodos de entrenamiento y de escenarios. Incluso de material. Intenta “romper" todas las dinámicas.
12. Recuerda por qué empezaste a correr y por qué sigues haciéndolo. No te lo impongas, no es una obligación, es una elección personal, una afición.
13. Cuando termines un entrenamiento complicado, dáte un premio. La mejor manera suele ser en forma de “capricho gastronómico".
14. Recuerda que eres corredor amateur y no tienes nada que demostrar a nadie. No hay nadie esperando resultados ni marcas. Tú eres tu propio objetivo y no tienes que rendir cuentas a nadie.