Allá por el mes de junio, Manu Vilaseca comenzaba el reto mayúsculo de intentar completar el Triple Crown, que consiste en completar en el plazo de 5 meses -de junio a octubre- tres pruebas de 200 millas o más.
La corredora brasileña comenzaba en junio con la Tahoe 200 con un excelente resultado. Siendo la encargada de cerrar el podio tras 2 días, 18 horas, y 23 minutos de carrera.
En el mes de agosto la atleta de Mount to Coast se enfrentaba a la más dura de las tres pruebas que conforman la Triple Crown, la Bigfoot 200, con un trazado de 200,1 millas y un desnivel positivo de 13.411 metros recorriendo tierras volcánicas e impresionantes montañas a través de la Cordillera Cascade. Manu lograba la segunda posición con una diferencia de solo 50 minutos frente a la vencedora Ashley Paulson.
El pasado viernes, Manu comenzaba la tercera y última prueba de la Triple Crown, la Moab 240, con una distancia de 240 millas a través del desierto. Esta es la más larga de las tres carreras y en la que la gestión del descanso es más importante.

Con una climatología cambiante y en algunos momentos dificil, Manu ha sabido avanzar y adaptarse a esos cambios disputando la victoria de la prueba casi hasta la misma línea de meta. Finalmente ha sido Rebecca Rick la que ha logrado imponerse en la Moab 240. Manu lograba la segunda posición y con ello ser la vencedora del circuito Triple Crown, estableciendo un récord de 201 horas, 2 minutos, 06 segundos, y ser segunda en clasificación general. 29 horas menos que el récord establecido por Jessica Pekari en 2018.
Me siento la persona más afortunada del mundo ahora mismo
"Estoy muy muy contenta. El año pasado fue duro, ya que pasé por una cirugía de menisco y pensaba que no volvería a correr más. Di una vuelta a todo y he podido hacer un proyecto que para mí era un sueño muy ambicioso, quizás porque me desafiaba de una manera muy 'heavy'. Ha sido mi manera de motivarme. Hacer tres carreras de doscientas millas o más en cuatro meses de distancia entre la primera y la última era algo que yo pensaba que no sería capaz de hacerlo y era algo que no me podía imaginar.
No puedo poner en palabras lo que siento ahora mismo, es muy difícil. Es muchísima felicidad por lo que he vivido. Al final los resultados no deja de ser uno pero toda la historia que hay por detrás, los momentos malos sobre todo, quizás son los que más recordaré porque estos son los momentos que te hacen una persona más fuerte, te hacen crecer. Acabar ha sido lo mejor, las condiciones que nos tocaron este año fueron muy duras, mucho frío, lluvia, mucho barro y esto te pone a prueba. Me siento la persona más afortunada del mundo ahora mismo".
