Como una partida de ajedrez con un fallo irreversible. Con estas simples palabras podríamos resumir la competición que hoy ha coronado a Marcin Swierc como campeón de la TDS. El deporte de alto nivel no entiende de justicias y desde hoy bien lo sabe Pablo Villa, quien ha liderado el ultramaratón francés durante gran parte del recorrido. Pero todo cambió tras extraviarse del camino junto a Dylan Bowman, con quien compartía hasta entonces la cabeza de carrera. Ambos habían abierto una brecha que parecía insalvable de casi diez minutos en el punto de control de La Gittaz (kilómetro 80), pero el tiempo perdido por esa confusión sobre el trazado les costó la carrera a ambos.
Pablo ni siquiera pudo llegar a la meta. El golpe psicólogico, el cansancio físico y el frío se aliaron para sacarle de carrera. Y abandonó tras 100 kilómetros de dominio. Una injusticia, pero el deporte es así. “No ha podido ser. Tras perderme con Dylan Bowman he apostado por intentar coger la cabeza de carrera y me ha pasado factura. Aún así, muy contento con mi rendimiento hoy. Muchas gracias por los ánimos y el apoyo", escribió el propio corredor leonés en su cuenta de Twitter. Mejor suerte tuvo el norteamericano, que alcanzó en Chamonix una medalla de plata con sabor a oro dadas las circunstancias.
Así ha sido una de las ediciones más emocionantes y competidas que se recuerdan de Les Traces des Ducs de Savoie (TDS), la modalidad de mayor exigencia técnica de cuantas pruebas integran el UTMB, con 120 kilómetros de distancia y 7.200 metros de desnivel positivo. Por amenaza de tormenta la salida, en Courmayeur, se retrasó hasta las 8:00 de la mañana. En ese instante más de 1.500 participantes se lanzaron a por un circuito que guardaba varios pasos por encima de los 2.500 metros de altitud. Se ponía en marcha la novena edición de una modalidad que cada temporada gana prestigio dentro del programa de UTMB.
Inesperado descenso final de la Flegérè
Venció Swierc pero la carrera fue una partida de ajedrez hasta el final. Se rompió todo demasiado tarde. Porque durante el primer tercio de recorrido hubo respeto colectivo y nadie lanzó ataque alguno. No era el momento. Por delante restaban aún una centena de kilómetros. En esa grupeta inicial estaban corredores como Zaid Ait Malek, que se retiró poco después del ecuador, o el norteamericano Hayden Hawks, que renunció a la modalidad UTMB y optó finalmente por la TDS pero tampoco le aguantaron las molestias. No llegó al kilómetro 50.
Así, con el principal favorito fuera de carrera, las opciones de victoria y podio ganaban enteros para los atletas que ya se habían destacado para entonces. Eran Pablo, Dimitry, Dylan, Tofol y el polaco Swierc, que iba de tapado. Un grupo de cinco que, sobre el papel, se jugarían los tres cajones del podio. Pero con el paso de los kilómetros Pablo Villa y Dylan Bowman se despegaron del grupo y llegaron a obtener un colchón de casi diez minutos cuando restaba un tercio del circuito. Por entonces, parecía que la pelea se reduciría a un pulso entre el español y el americano. Y eso pensamos durante toda la tarde.
Pero el escenario de la partida dio un vuelco inesperado cuando Pablo y Dylan equivocaron el trazado oficial. Se perdieron. Lo hicieron durante suficiente tiempo como para que Mityaev y Swierc se reengancharan a la lucha. Empezaba entonces otra carrera distinta, con el ruso y el polaco tan motivados como sorprendidos por el nuevo escenario. Llevaban un par de kilómetros de menos en las piernas. Y se notó.
Primero fue Mityaev quien lideró la carrera a falta de 15 kilómetros para el final. Nada ni nadie podía frenar al ruso, uno de los mejores corredores de resistencia del mundo. Parecía imposible que Swierc, con gestos de agotamiento en Les Contamines, pudiera alcanzarle. Pero lo hizo. Y además en el momento preciso, cuando apenas restaban unos minutos para llegar a la ansiada meta de Chamonix, cuando ya no había tiempo ni espacio de darle un giro más a este thriller.
Final tan inesperado como emocionante, con los tres primeros hombres entrando en apenas minuto y medio: Marcin Swierc (13:24:00), Dylan Bowman (13:25:02) y Dimitry Mityaev (13:25:43). Tres tipos que, igual que Pablo Villa, también merecieron ganar por distintos motivos.
Sufrida cuarta posición de Tofol
Con los cajones del podio ya asignados, Chamonix y los aficionados españoles se preparaban para recibir en meta a Tofol Castanyer, uno de los corredores que más ha dignificado este deporte y campeón de la CCC en 2012 protagonizando una fotografía histórica al retrasar la salida del UTMB por llegar antes de lo previsto por la organización.
Hoy, tras sufrir problemas respiratorios en los últimos kilómetros, el mallorquín demostró su calidad defendiendo su cuarta plaza (13:58:25) y logrando una medalla de chocolate que, a sus 46 años, ya firmarían a su edad todos los que esta mañana salieron junto a él en Courmayeur. "Debo ser el único loco que ha corrido hoy sin palos", espetó en la entrevista de meta. Tofol también ha aprovechado para recordar la figura de Iker Karrera, compañero y amigo que esta semana corría en la PTL su última prueba como profesional. Un genio.