Frederic Laureau llegó como tapado. No entraba en ninguna de las listas de favoritos y mucho menos nadie podía imaginar que pudiera firmar el carrerón de su vida. Pero así fue. El galo dejó a cuadros a todos los presentes marcando un crono de 16h 39’ que supuso además el récord histórico de la carrera. Además, este año el recorrido se había modificado endureciendo algunos tramos, lo que aumenta el valor del tiempo registrado por Frederic. Para más épica, en la noche del viernes al sábado una cortina de agua se presentó durante buena parte del trazado.
Así, Laureau fue el gran protagonista del fin de semana viviendo el momento más emotivo cuando los corredores del Maratón, en la avenida de los Tilos de Benasque, preparando su salida, hicieron un impresionante pasillo para rendir homenaje al galo, quien tras rodear el pico Aneto se dirigía al de Posets. Eran poco menos de las 9.00 de la mañana. En ese momento la carrera iba muy viva. Tres españoles –Jaime Bordera, José Manuel Gasca y Julián Morcillo– iban a la caza del galo y también recibieron el calor de los otros participantes.
Laureau sintió en Benasque la emoción y metió gas a sus piernas. Voló. Sin duda arruinó cualquier esperanza a sus perseguidores y, poco a poco, fue ampliando su ventaja. En meta, cada vez que se conocían sus tiempos por los controles de paso, surgían caras de asombro. Y también cierta melancolía porque quien había sido el dominador de las tres últimas ediciones del Gran Trail, Dani Amat, no se presentó en la salida. Había un cierto run-run desde hace un par de días que el de Elda podría orillar de su calendario el Gran Trail de Benasque y finalmente así fue. Siempre quedará la incógnita de lo que hubiera pasado con el valenciano en carrera.
La entrada de Frederic Laureau en meta fue, sencillamente, espectacular. Los trucos, en un canto de esta carrera por conectar tradición con modernidad, sonaron en su honor. El propio corredor francés no solo grabó su entrada sino que nada más cruzarla volvió sobre sus pasos para agradecer con el pulgar de su mano derecha al cielo, los aplausos de los aficionados. Fue el primero de los 300 corredores que salieron a las 00.00 del viernes para firmar un circuito espectacular. Minutos antes de que firmara el récord de la prueba, hubo corremontes que cruzaban de forma paralela en dirección al Posets en un bucle espectacular. Muy emotivo. Los familiares y amigos dando ánimos… cuando te quedan aún 48 kilómetros de montaña para acabar.
Y es que Benasque vivió un fin de semana intenso de trail running con la participación de 3.500 corredores en las cinco carreras que engloba el Trail Aneto. Por eso, la cascada de imágenes emotivas es continua. Como la vivida en la llegada de La Vuelta al Aneto, la segunda carrera más exigente. El primer puesto fue compartido entre el catalán Toni Calderón y el asturiano Víctor Fernández. Entraron juntos en meta. Empezaron a forjar su ‘amistad’ en uno de los sitios más técnicos, el collado de Salenques. Eso sí, “nos hemos ido probando”, suelta Calderón en un entrecomillado que certifica su compañero. Una tensión que les llevó a abrir hueco con sus perseguidores y a 10 kilómetros decidieron entrar juntos. “Me llevo una victoria y un amigo”, acota el de Cangas de Onís.