comitium

Me gusta competir, por Anna Comet

La competición me regala momentos emotivos y emocionantes

Me gusta competir, por Anna Comet. Fotografía ©️OCC FotoPostigo
Me gusta competir, por Anna Comet. Fotografía ©️OCC FotoPostigo

Hace unas semanas os hablaba de la necesidad imperiosa que tenía de descansar después de unos meses frenéticos y un poco locos de competición, viajes y entrenamientos. También os comentaba lo tanto que me gusta entrenar, que aunque no compitiera, seguiría entrenándome, pero lo cierto es que me chifla competir.

Competir me mantiene muy viva. Me encanta plantearme retos, organizarlos, planificarlos y luchas para alcanzar mis objetivos. Hace que me levante cada mañana con una energía especial. Con ganas de comerme mi pequeño mundo a mordisquitos pero sin cesar.

Aquella adrenalina de colgarme un dorsal. Aunque me haya colgado infinidad de ellos, cada uno tiene un sabor especial

Estos objetivos son los que me mantienen la intensidad para poder caer y levantarme tantas veces como sea necesario. Son los que me permiten sufrir sin desfallecer, los que hacen que me rehaga tras algún estremecimiento.

La competición me regala momentos emotivos y emocionantes. Aquella adrenalina de colgarme un dorsal. Aunque me haya colgado infinidad de ellos, cada uno tiene un sabor especial, tanto el de la carrera de la Fiestas del pueblo como el del Campeonato del Mundo. Aquel cosquilleo los instantes antes de dar la salida, aquella sensación de no controlar la situación o, al menos, no de forma consciente.

Poderme medir conmigo misma a nivel físico pero también psicológico para superar momentos bajos, aquellos instantes en que todo va mal y lo que me gustaría es abandonar, teletransportarme a la ducha del hotel o al sofá de casa. Pero no lo hago, y más tarde, me siento orgullosa de ello. Y aunque me gusta hacerlo de la forma más saludable y noble posible, también medirme con los demás, porque esto es la competición, ¿no?

Permitidme que haga un pequeño inciso… suena muy bonito e idílico que nos guste compararnos y superarnos a nosotros mismos… pero no nos engañemos, esto lo podemos hacer cada día en cada entrenamiento, si nos colgamos un dorsal, entre muchas otras cosas, es para “competir" (cada cual a su nivel) con los demás.

¡Vuelvo al tema! Si os decía que competir supone superar momentos bajos, también implica gozar de momentos eufóricos que quedan impregnados en la memoria para siempre.

Otra de las cosas que me encantan de la competición son los viajes y los lugares que me permite visitar. Tanto aquellos que son a pueblos vecinos –siempre descubro alguna cosa nueva y que consigue sorprenderme- como los viajes lejanos y exóticos.

No sé concebir la competición de otra manera que como deporte limpio en todos los sentidos

En las competiciones compartes, compartes emociones, momentos y situaciones de todo tipo. Adoro este sentimiento de compartir con personas que conozco de hace tiempo y que me encuentro en estas ocasiones y otras que acabo de conocer y es el dorsal lo que nos une.

No sé concebir la competición de otra manera que como deporte limpio en todos los sentidos, en el humano y en el de rendimiento, así que no tengo claro porque en muchas ocasiones se le atribuye un significado peyorativo a la palabra competencia o competición. Para mi es una actividad preciosa de la que me siento afortunada poder gozar.

Próximo dorsal, viaje, cosquilleo en el estómago, objetivo y reto: Desert Run!