La historia de la carrera de El Reventón empezó ya el año pasado cuando pude disfrutar de un fin de semana corriendo en El Paso. La verdad que a principios de temporada no tenía en mente correr el campeonato de España de la RFEA, pero tras hablar con los organizadores y ver lo minuciosamente que el Ayuntamiento, con Omar y su equipo, estaba organizando la carrera hizo que terminara entusiasmándome volver a la isla de La Palma para correr por los senderos de El Paso.
El fin de semana anterior estuve corriendo en casa, en Gran Canaria, compitiendo en la Circular Extrema Villa de Moya (40 km) e inmediatamente, el lunes volaba hacia La Palma. Llegaba con la mochila cargada de ilusión para entrenar con un poco de solecito, pero parece que el “mal” tiempo me persigue en este inicio de año… Salgo del pirineo para entrenar Transgrancanaria y nieva en Canarias; voy a La Palma para entrenar para el Reventón y me encuentro con el “fresquito” y la bruma… ¿Qué han hecho con mi solecito canario?
Durante la semana pude entrenar algunos tramos de la carrera y compartir un rato de oficina viendo cómo trabajaba el equipo del Reventón. Impresionantes las ganas y el empeño que le ponían para dar lo mejor a todos los corredores.
Se pasaron los días volando y cuando me di cuenta ya estábamos en la recogida de dorsales. Gran ambiente en El Paso.
Llegó el día de la carrera y me sorprendió gratamente el horario de salida ya que no estamos acostumbrados a empezar a correr al mediodía (15:30h) lo cual hizo que tuviéramos que adaptar algunos hábitos, ya que normalmente estamos acostumbrados a desayunar e ir para la salida y aquí había que desayunar y hacer un medio almuerzo bastante temprano, sobre las 13h, para dar tiempo a hacer la digestión.
Llegamos a la salida de la carrera donde pasamos un control de material por los jueces de la RFEA (manta térmica, frontal, deposito agua 1 litro, teléfono) y por sorpresa y desconocimiento mío tuvieron que taparme los logos de la camiseta con cinta americana, ya que según el reglamento de la RFEA no puedes correr con publicidad en la camiseta que no sea la correspondiente a la de tu club de atletismo.
La carrera empezó con un ritmo rápido en la primera subida donde íbamos en un grupo de cabeza con Tofol, Merillas, Pablo Villa y Dani García, pero en el kilómetro 4 me quedé sin fuerzas... Azara venía pisándonos los talones. ¡Vaya ritmo llevaba! En ese momento pasó por mi cabeza: “Yeray, aún no te has recuperado físicamente de la gripe post-Transgracanaria”, pero por otro lado pensé: “tienes que sufrir un poco y aprender a salir de estos malos momentos para así ir trabajando la cabeza de cara a las ultras que te esperan esta temporada”. Así que decido comerme los dátiles que llevo encima, un gel y un buen trago de agua e intentar pillar lo que yo llamo “mi ritmito de ultras, pasito corto y constante”… y poco a poco voy teniendo mejores sensaciones.
Como no tenía referencia del grupo de cabeza pensaba que cada vez se me estaban distanciando más, pero en el paso por la Cumbrecita, Fernando González que me estaba haciendo la asistencia junto a mis padres que habían venido a pasar unos días conmigo, me dice que los tengo a 2 minutos. Y como consejo me dice “sigue haciendo la carrera con cabeza y tranquilo. Vas a buen ritmo”. Esto me dio un extra de motivación para seguir con el ritmo que llevaba por un sendero estrecho que no paraba de hacer subes y bajas y llegar al cruce donde comenzaba la dura rampa hasta El Reventón. Poco a poco fui recortando tiempo a los 4 corredores que tenía por delante (Tofol, Manuel, Pablo, y Dani) y antes de llegar al avituallamiento de la subida al Reventón paso a Pablo. En nada me pongo en el avituallamiento donde cojo un poco de agua para continuar por la pista dirección al refugio del Pilar (24 km) donde poco antes de llegar alcanzo a Dani. Allí me paro en el avituallamiento más de la cuenta y Dani hace una parada más propia de una entrada en boxes de un Fórmula1, saliendo antes que yo. Ahora me toca volver a esforzarme para intentar recortarle ese tiempo perdido. Vamos dirección a las Deseadas cuando por sorpresa mía veo a Manu Merillas que anda tocado con problemas físicos y un poquito más adelante veo a Dani. Paso por el avituallamiento de las Deseadas (31 km) parando lo indispensable y al salir, soy consciente de que empezamos a bajar por un sendero estrecho y que Dani baja muy bien y me va a ser difícil recortarle tiempo.
Sigo por una pista interminable que me tiene aburrido de lo corredora y rápida que es, pero no hay otra... al final de la pista ya estoy casi junto a Dani. El pobre anda vomitando el agua y le pregunto como está, pero me dice que siga.
En nada estamos en el Llano de Jable (49 km) donde hay un punto de asistencia externa, Fernando me da bebida de cola y decido no repostar agua para salir más rápido ya que con lo que me queda calculo que me da para llegar a meta. Sigo pero Dani no se despega. Aprieto más y consigo distanciarme un poco. En el sendero estrecho voy encontrándome a corredores de las otras distancias más cortas y les pido paso ya que estoy con las fuerzas muy justas y un cambio de ritmo puede suponerme un problema en forma de contractura.
Finalmente entro en las calles de El Paso donde ya se palpa el ambiente de meta que me da el último empujón para cruzar el arco de llegada en segunda posición por detrás de Tofol Castanyer.
Para ser honesto, tengo que deciros que este fin de semana no salí a correr un campeonato de España sino a dar lo mejor de mí mismo, ya que era consciente de que no llegaba del todo fino después de la recuperación de la Transgrancanaria y una gripe. Tras cruzar la meta fue cuando me di cuenta de lo que significaba el subcampeonato de España: el pasaporte para el Mundial que se celebrará el próximo 29 de octubre en Braga, Portugal, en la Transpeneda-Gerês.
Así que… ¡Nos veremos en Portugal!