Pudiera tratarse de la famosa película de Almodóvar pero no, aunque a decir verdad el tema está en cierto modo relacionado y no es más que la defensa a ultranza, cómo no, del tratamiento de la mujer en el deporte. De hace muchos años acá han cambiado las cosas, pero quizá no a la velocidad que quisiéramos.
En lo que al deporte de las carreras por montaña se refiere, sigo viendo publicaciones y carreras donde la mujer desapareció por arte de magia, es decir, parece ser que no existe. Es un mal endémico que viene de lejos ya que seguimos en una sociedad heteropatriarcal donde la mujer sigue ocupando un papel por debajo de lo que debería. Deportes mayoritarios con escasa participación femenina y con un tratamiento mediático lamentable en la mayoría de los casos.
Desde aquí y en la práctica del Trail Running o como coño queráis llamar el correr por nuestras montañas reclamo una igualdad en el tratamiento en prensa y un trato igual en la comunicación de las pruebas al respecto. Una carrera no puede ser grande si no tenemos esto en cuenta. A veces hay casos que sobrepasan los límites de lo racional y no hacen ni una sola mención a la ganadora o incluso primeras clasificadas y cuanto menos me parece triste.
Vale que en el 99% de los casos los hombres son más rápidos pero eso no quita para que no tengan la mención que les corresponde. Los directos de una carrera deberían llevar el mismo tratamiento a pesar de que el número de mujeres es infinitamente mejor pero también suben al podio. ¿Verdad?
No deberíamos caer en esa mediocridad de pensar que aquello que tiene poco mérito se queda a la mitad. El mérito es el mismo aunque entres en meta 3 horas después. Como decía antes, la batalla por la victoria se da en las primeras posiciones, casi siempre dominadas por los hombres, ¿pero acaso la victoria femenina no cuenta?
Últimamente la aparición de corredoras más mediáticas parece que nos esté llevando a tenerlas “más en cuenta". Podría citar algunas de las carreras donde la batalla femenina por la victoria le ha puesto el picante a dicha carrera, sin más, el último campeonato del mundo celebrado en Portugal.
Me fijo mucho en esas cosas y casi nadie está libre de pecado. Periódicos generalistas, prensa especializada y organizaciones de carreras incurren demasiadas veces en el garrafal error de obviar qué está pasando en la lucha por la victoria femenina. Hay casos últimamente que son hasta grotescos, pero bueno, quiero pensar que son "descuidos" que para el año que viene estarán subsanados. Quiero pensar que hay finales que fueron principios mal asfaltados.
Recientemente en Asturias tuve un interesante debate sobre la cuantía a repartir en una carrera celebrada recientemente donde había equidad de premios para ambas categorías. Había alguno que no estaba de acuerdo porque se repartía el mismo premio para los tres primeros que para las tres primeras y defendía que porqué el 3º de la general tenía que cobrar lo mismo que la 73ª de la general de dicha carrera. Quizá mirándolo sola y únicamente de ese modo podría tener su porqué, pero acaso, ¿el tercero o la tercera de cada categoría no se han vaciado para tal proeza? ¿Cuánto cuesta el esfuerzo? ¿Qué sacrificio es mayor, el masculino o el femenino? ¿Ser más rápido quiere decir que se es mejor? Está claro que todas las opiniones "son respetables”, pero qué poquita cosa somos todos y qué necesidad más absurda tienen algunos de sentirse la poquita cosa más grande.
A todo esto recuerdo uno de los párrafos de -si mal no recuerdo- el primer libro de Killian Jornet donde decía que muchas veces le gustaría sentir la sensación que sentían muchos corredores simplemente por entrar en meta emocionándose.
Seamos justos y empecemos a llamar a las cosas por su nombre y demos el trato que se han ganado y, por lo tanto, se merecen. Me parece muy bien que publiquemos en redes sociales quiénes son los primeros pero también las primeras. Como leí por ahí últimamente, hace 544 años, en 1473, nació Nicolás Copérnico; hombre que nos enseñó que la tierra gira alrededor del sol y no de ti.
Con lo que me gustan a mi les muyeres…