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Muchos huevos para tan poca gallina

Sobre la 'burbuja' del trail running

Gobitu.

Muchos huevos para tan poca gallina
Muchos huevos para tan poca gallina

Acercándonos casi al final de la temporada, este año hemos visto como ha habido un incremento descomunal de carreras por montaña. Demasiadas diría yo. Hoy en día tenemos carreras todos los fines de semana desde Galicia hasta Pernambuco con lo que eso conlleva. Carreras modélicas y bien organizadas que sufren lo indecible para apenas completar inscripciones y, otras sin embargo, que pasándose por el forro los límites atraen a miles de incautos, sin ningún control ni rigor y después pasa lo que pasa.

Me sorprende la similitud que existe entre los comportamientos de algunos organizadores  actuales y aquellos otros que, para los pioneros de este circo de la época, recomendaba, hace cuatrocientos años, el cínico Cardenal Mazarino. Es mejor prometer que dar, les recomendaba él, porque así se mantendrá el deseo. Y expresaba consejos como estos: intercede por aquellos que tienen influencias; no te dediques a justificar las difamaciones, porque sólo harás que multiplicar las dudas, así que guarda silencio; glorifica tus errores y recuerda que las palabras mueren en quien las pronuncia; promulga las leyes que te parezca y haz correr el rumor de que has consultado a los expertos; haz que se pierdan documentos comprometedores y échale la culpa al mensajero; si te demandan, sostén que a quienes lo hacen no les mueve ni el buen juicio ni el afán de concordia.

Esto ocurre hoy en día. Hay tantísima oferta que es inevitable caer en las redes. Lo hemos visto en casos como el de el organizador de una pretenciosa carrera por etapas anunciada con todo el boato del mundo donde el tipo en cuestión hizo mutis por el foro y desaparició con el dinero y las ilusiones frustradas de unas decenas de corredores. A algunos se la suda todo. Pájaro en mano y ciento volando.

Habrá quién piense y con razón que a más pruebas más oferta, por lo tanto, más lugares por donde correr pero a ¿Dónde queremos llegar? ¿Qué es lo que buscamos?. Estamos ante una respuesta difícil porque en la variedad está el gusto. Es imposible llegar a un patrón que regule un poco este jaleo porque lo que a mi me gusta a otros no y viceversa. Largas, cortas, alpinas, correderas, técnicas, verticales, ultras, nocturnas.......

Es inevitable la deriva que pueda coger esto, tanto para lo bueno como lo malo porque hay demanda, de momento. Pero ¿Quién le pone el cascabel al gato? Las federaciones están más preocupadas de hinchar sus papos que de intentar poner un poco de cordura. Yo no sé la solución pero si veo como un Cmpeonato de Asturias esta año apenas tenía 113 corredores. Las Copas de España no atraen lo suficiente y otros circuitos importantes tampoco. ¿Qué nos está pasando?.

Cuando yo empecé a interesarme por las carreras apenas había en Asturias una docena de carreras, hoy ya hay más de 60. Sigo manteniendo la misma ilusión por este deporte frente al vértigo de lo diferente. Afortunadamente somos muchos más los que empujamos hacia la montaña frente a los que prefieren denostarlas por una frustración personal de no querer llegar a conocer sus propios límites o simplemente mezquindad disfrazada.

Entiendo que a veces nos cabreamos, yo también por supuesto, cuando sufrimos las injusticias y las malas artes de los crápulas que utilizan todos los recursos posibles para jodernos un fin de semana pero me niego a creer que la deriva que pueda tomar el trail sea esta. 

Ojalá no acabemos como aquel balneario de la decadencia, con sus sesenta y nueve puertas sin cerrar y al lado de unos seres cansados que practicaban el sacramento de la eutanasia para hacerle una putada a sus semejantes. Esperemos que nuestras gallinas puedan incubar solo los huevos que tengan que subsistir y no se convierta este deporte en una crónica de una lengua arrebatada.