Quién no se acuerda de esos instantes finales de la mítica película de Ridley Scott y su famosa frase: "Yo he visto cosas que vosotros no creeríais, atacar naves en llamas más allá de Orión, he visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tanhauser, todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia...es hora de morir...".
Con el tiempo, dentro de muuuuchos años, cuando el trail pase a otras dimensiones, estaré en condiciones de decir algo parecido, ya que esto a veces me supera. Tenemos mucha suerte del buen rollo generalizado que tenemos en esta disciplina salvo los 4 gilipollas envidiosos que solo ven el rencor y la competencia mal entendida como su única razón de ser.
Cabemus totus. Afortunadamente, son pocos, aunque hagan algo de ruido, pero ¿quién no se ha echado alguna vez unas risas con sus compañeros de entreno o de carrera y que hoy son sus amigos? En clave de humor voy a escribir sobre todos nosotros y nuestras peculiaridades.
Cuando yo empecé a interesarme en esto, no hace más de 6-7 años, alucinaba con todo. Ya veía a algunos conocidos correr la Travesera y se me caían los ojos de envidia sana. Toda mi vida en Picos de Europa y eran como héroes. Así fue, mi primera carrera fue la Travesera, y para eso me equipé como si fuese al Himalaya un mes entero. La frontal era como una linterna de carburo de minero, la chaqueta impermeable era eso, impermeable, no entraba ahí ni una ola de 7 metros… Han pasado 5 años ya y sigo viendo con cierta gracia muchos otros como yo. No puedo dejar de tener pesadillas de vez en cuando. A veces pienso que nos han escogido para dar la nota. Hay muchos que esto se lo toman demasiado a pecho. "Yo he visto cosas que vosotros no creeríais", he visto a alguno salir en carrera como si le hubieran metido una guindilla en el orificio rectal y petar a los dos kilómetros igual que he visto entrar en meta a alguno después de 12 horas arrasando como un tsunami llevando por delante todo el tenderete. Hubo que ir a recogerle en el pueblo de al lado.
Y esto es lo grande. Los que se emocionan, ya lleguen los primeros o los últimos, pero que irremediablemente encuentran en una meta la superación personal y esa no entiende de posiciones en carrera. Me merecen el mayor de los respetos todos aquellos que son capaces de sentir esas sensaciones y que entienden el trail como algo más que una competición.
¿Y qué me decís del festival multicolor? Las equipaciones. ¡Ay las equipaciones! Dan para un libro entero. Muchos parecemos que venimos de Tanhause y da la impresión de que, efectivamente, hay un décimo planeta. A veces he tenido que esprintarle a alguno por no tenerlo delante y viceversa. Nos tomamos muy a pecho el dar la nota, es la única forma de que se fijen en nosotros.
Historias de petazos en carrera las tenemos a diario, de los que más andan y de los que piensan que andan mucho y la realidad supera la ficción. Desde el estómago hasta los tirones, de la kryptonita a la aurora boreal y del "es que" hasta el "pero", el caso es que no hay excusa que satisfaga nuestros egos de una manera creíble a ojos de los demás. Yo esto lo he visto con mis propios ojos. Ir en primeras posiciones y retirarte para no reconocer que estás donde tienes que estar en vez de donde quieres estar. Eso a veces duele.
Y no quiero obviar los minimalismos. Hemos visto en los últimos años algunos corredores que son minimalistas pero sólo para pensar. No tenemos una orografía que nos facilite las cosas en ese sentido. Hay carreras que lo permiten pero otras… ¿De verdad pensamos correr en la alta montaña con calzado minimalista? Los tarahumaras que nacen ya con las suelas de serie todavía pero ¿nosotros?
En fin, que pasen muchos años más y que sigamos disfrutando de esta variedad de bípedos con cerebros distintos que somos. Nos daremos muchas alegrías y alguna que otra tristeza.