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Así debemos tratarnos las ampollas

¿Es mejor pincharlas? ¿Arrancamos la piel muerta?

Redacción Trai Run

Disfruta de unos pies sanos
Disfruta de unos pies sanos

Las ampollas es un mal común entre los corredores de montaña y prácticamente ninguno estamos a salvo de padecerlas en algún momento de la temporada. Una ampolla no es más que una reacción de la piel a una confluencia en la que influyen tres factores: temperatura calurosa, humedad y rozamiento. Son los tres ingredientes para que la ampolla aparezca. La recomendación es que si no nos molesta en exceso al correr, no la pinchemos; pero si está en un lugar donde nos impide correr (por ejemplo en las zonas de apoyo del mediopie o el talón), debemos proceder a su curación.

La aparición de ampollas depende, como decíamos, de varios factores. Hay personas que tienen los poros muy sudorosos en determinadas zonas del pie y eso estimula que pronto sufran estas molestias. Las ampollas que además se presentan con sangre es porque se han visto afectadas más capas de la piel. En cualquier caso, una vez tomamos la decisión de curar una ampolla, debemos proceder así:

• Hacernos con un alfiler limpio y desinfectarlo con agua oxigenada o alcohol.

• Con el máximo cuidado, hacer un pequeño orificio en la ampolla hasta que empiece a salir el líquido.

• Apretar la ampolla suavemente por todas las zonas hasta que se vacíe por completo. Si es una ampolla grande, podemos hacer dos orificios con la aguja y ayudar al drenaje.

• Si la ampolla está infectada, desinfectarla.

• No arrancar la piel muerta y seca. Es mejor dejarla ya que actúa de manera protectora sobre la siguiente capa.

• Aplicar un apósito antiampollas para que no vuelva a aparecer y se proceda a su curación.