El Trail está de enhorabuena. Este pasado fin de semana Oihana Kortazar volvió a colgarse un dorsal tras un parón de dos años debido a una lesión de tobillo que le ha mantenido apartada. Oihana es y ha sido una de las mejores corredoras por montaña a nivel mundial, pues en su palmarés figuran -entre otras muchas victorias- los campeonatos del mundo y de Europa de las Skyrunning World Series conquistados en 2011 en modalidad Skyrace y Vertical, título que volvería a conseguir en 2012, siendo también la vencedora de la Zegama-Aizkorri en 2011 y 2012, año en el que también conquistó el asfalto al dejar su nombre inscrito como la vencedora de la Behobia-San Sebastián, con un tiempo de 1 horas, 14 minutos y 45 segundos. Pero Oihana no solo es atleta, también es madre por partida doble, compagina el trabajo, los entrenamientos y la pasión por la montaña con los suyos. Quien le siga la pista se da cuenta enseguida de que es algo que toda su familia lleva grabado a fuego en el ADN: amor y respeto por la naturaleza.
Buenos días, Oihana. ¿Que tal te sentó el reencuentro con la competición?
Bien, porque lo más importante era que no me doliese el tobillo y no me ha dolido nada ni durante la carrera ni después.
¿Qué sensación has tenido al competir de nuevo?
Las sensaciones han sido buenas, aunque he notado una falta de entrenamientos terrible. Hasta el kilómetro 10 de carrera me sentí bastante bien, yo soy mucho como Aritz Egea, empiezo muy fuerte y tiro hasta donde aguante. En carrera era consciente de que no iba a poder con ese ritmo durante 25 kilómetros, así que poco a poco fui bajando el pistón y adaptando el ritmo, lo importante aquí era ver que no había dolor, llevaba unas unas cuantas semanas entrenando bien, con lo que hemos cumplido con el principal objetivo. Es curioso pero en carrera un chico me preguntaba ¿Oihana que te pasa? Pues no me pasa nada, me falta entrenamiento. Muchas veces se da por hecho que por ser una persona en concreto tienes que hacerlo súper bien y eso no tiene porqué ser así, de hecho no lo es, a muchos corredores les cuesta asimilar esas nuevas situaciones, pero una vez que lo asimilas te da un poco igual ese tipo de situaciones y es más fácil. Es importantísimo no basar todo en los resultados, para mi perdería la esencia de por que empecé a correr.
¿Cómo han sido estos últimos meses de entrenamiento?
Han sido meses de trabajo progresivo en los que he realizado mucho trabajo de fuerza, TRX, con mucha bicicleta y en los que he caminado muchísimo. Ha habido semanas en las que he podido correr solo un día entre semana y otro en fin de semana. Intentando perjudicar lo mínimo el pie.
¿Te marcas un calendario para lo que resta de temporada?
No tengo un calendario marcado, lo que sé es que, por ahora, no voy a hacer carreras de Copa de España, o Copa del Mundo. Ahora mismo quiero disfrutar y reencontrarme con mis sensaciones, volver a ser competitiva. El 3 de junio correré en el pueblo, que es Mutriku. Me conozco bien el recorrido, así que ese día me podré exigir un poco más que en un entrenamiento normal. Después, a la semana siguiente, hay una carrera de montaña en Oiartzun a la que llevan años invitándome y nunca he podido ir hasta ahora, con lo que voy muy ilusionada. Y ya después Zumaia, en la que haré la media maratón. Por recorrido me encantaría hacer la maratón, pero a estas alturas se me haría eterno, así que lo lógico es que haga la media. En julio correré en Babia-Ubiña, la carrera vertical y la de 15 kilómetros, y a finales una prueba de 31 kilómetros en Francia, en el Valle de Astún.
¿Volverás a correr en pruebas muy técnicas?
Normalmente los organizadores siempre quieren que hagas la carrera más larga y la más técnica, y ahora tengo que ir poco a poco afianzando la recuperación de este tobillo, porque si recaigo en la lesión fastidio a todos los de mi alrededor. Todos se han volcado en que me recupere de la mejor manera posible, buscando los mejores especialistas. No me disgustan las carreras técnicas, pero ahora debemos tener un poco de cabeza y no hacer las cosas que más me pueden perjudicar al pie, no tengo que pensar solo en mi, todos formamos un equipo y lo que a mi me pase repercute en todos.