Rescatamos un viejo debate del que os hemos hablado en la revista en alguna ocasión: los tiempos de corte en las carreras de montaña, especialmente en los ultra-trail. ¿Son demasiados generosos los plazos para llegar a los controles y a la meta? ¿Habría que ser más exigentes? ¿Si se limita el tiempo dejaríamos fuera al grupo de corredores de atrás? Hablamos con tres expertos que arrojan su opinión sobre el tema.
Felipe Trepariscos, organizador del Gran Trail Peñalara
En el Gran Trail de Peñalara partimos de la idea de que las pruebas de ultradistancia en montaña son competiciones que mezclan la carrera a pie con el senderismo más extremo. Pocos corredores o casi ninguno son capaces de realizar estas pruebas sin andar en algún momento, bien por la dificultad del terreno en los ascensos o por la fatiga acumulada después de tantos Kilómetros. Deben ser pruebas abiertas a todo tipo de corredores, desde elites a populares, con unas condiciones mínimas (la velocidad media no debe ser inferior a 4km/hora) para diferenciarlas de marchas senderistas.
Los tiempos de corte para la primera edición del Gran Trail de Peñalara los calculamos sin datos reales de anteriores ediciones. Para ello en primer lugar elegimos los lugares donde estableceríamos los tiempos de corte que obviamente debían ser lugares de acceso con vehículo para facilitar la evacuación de los corredores que no superaran los cortes. Una vez establecidos los puntos de retirada hicimos un cálculo de punto de corte a punto de corte basándonos en la distancia parcial y en la acumulada, en el desnivel y en la dificultad de la sección. Como corredores que somos sabemos que no es el mismo ritmo de carrera en los primeros kilómetros que una vez superado el ecuador, tampoco es el mismo ritmo por el día que por la noche, ni tampoco es el mismo ritmo transitar por pistas forestales que hacerlo por la cresta de Claveles. A medida que se acumulan kilómetros y horas de carrera los tiempos de corte se van alargando más, pues los corredores en los puestos de avituallamiento cada vez se toman más tiempo para recuperar fuerzas. El tiempo final máximo vino dado por la suma de todos los parciales ajustándolo para que fuera una cifra redonda.
En años posteriores y ya con datos reales fuimos adaptando los tiempos de corte, el cambio más importante lo realizamos en 2015 basándonos en las clasificaciones de las anteriores ediciones, cuando rebajamos el tiempo máximo de carrera pasando de 30 horas a 28 horas, ya que en esa franja el número de corredores en meta no llegaba al 2% de los que terminaban la prueba. Evidentemente para reducir esas 2 horas rebajamos los tiempos de corte proporcionalmente en cada punto, 30 min en el Km.40; 1 Hora en el Km.80; 1h 30 min en el Km 102 y las 2 horas en meta. También en la edición del 2015 establecimos unas carreras clasificatorias para poder inscribirse en el GTP con lo que se supone que los corredores cuentan con mayor experiencia para afrontar la prueba con más garantías.
No pretendemos que nuestra prueba sea elitista pero tampoco queremos que la gente crea que está al alcance de cualquiera. Hay que estar bien entrenado y con suficiente experiencia para afrontarlo en buenas condiciones y disfrutar de la prueba.
Alberto Aierbe, Director Técnico de la maratón Zegama-Aizkorri
El caso de Zegama, como supongo que el de otras muchas carreras, es bien particular y nos basamos en dos aspectos fundamentales a la hora de fijar los tiempos de corte en los diferentes puntos de control durante todo el recorrido.
Uno de los aspectos que valoramos es el genérico, el maratón de Zegama-Aizkorri es una prueba deportiva, se trata de una carrera, y como tal tiene que existir una competencia, una competitividad entre los participantes, a los que se les presupone preparados para afrontar un esfuerzo de 42 kilómetros por un terreno técnico y en algunos tramos comprometido. Nunca hemos pensado hacer de Zegama-Aizkorri una marcha de montaña para caminantes.
El otro aspecto que tenemos en cuenta al establecer los tiempos de corte es el específico, el propio de “La Zegama”. El punto más riguroso y en el que más corredores se ven obligados a abandonar la carrera es el de Sancti Spíritu, aproximadamente en la mitad del recorrido del maratón y un lugar en el que la logística del entorno permite a los corredores regresar de forma sencilla y rápida a Zegama.
El establecer un tiempo concreto no es algo que hayamos hecho a capricho. Se ha estudiado a lo largo de todas las ediciones el tiempo de los últimos corredores en llegar a la meta de Zegama en menos de 8 horas (tiempo máximo) y se ha determinado que el paso por Sancti Spíritu ha de cumplir con un horario para asegurar –si no existen otros contratiempos– que se puede completar la prueba. Aquel o aquellos corredores que no pasaran en tiempo ese control tendrían muy complicado llegar a la meta y la verdad es que en cualquier otra de las partes del trazado nos resultaría verdaderamente complicado afrontar con seguridad retiradas de forma masiva.
Quiero dejar claro que todo esto se hace pensando en el corredor y es muy probable que de no cumplir con el horario de corte intermedio sea porque no va bien o tal vez porque no esté preparado para afrontar una carrera como Zegama en menos de 8 horas.
Nuria Burgada Burón, corredora popular y amante de las montañas
Llega la Zegama, carrera deseada por todo corredor de montaña. Después de tantos años siguiéndola y animando, este último año me decido a correrla. Ya tengo una edad y pienso que si no lo hago ahora, con el tiempo que hay de margen para el primer corte de control no la haré ya nunca.
Y fueron cinco minutos los que me separaron de poder continuar y acabar la carrera. Podía echarle la culpa al mal tiempo que hacía, al viento, a la nieve..., pero al final las condiciones son las mismas para todos y la realidad es que yo no estaba suficientemente preparada para pasar ese corte con esas condiciones, o quizá tampoco con buen tiempo. Me resigné porque el espíritu competitivo ya hace tiempo que lo perdí y siempre me ha gustado más disfrutar en la montaña que competir en ella. Y eso que competir conmigo misma es un clásico en mí.
Ahora me preguntan mi opinión sobre los cortes de las carreras y os diré que creo que son necesarios, especialmente ahora que las carreras son tan numerosas en corredor@s y se desarrollan en un medio cambiante como es la montaña.
Sinceramente creo que puede haber trazados de carreras más populares en las cuales debido a su recorrido y dificultad (tanto para corredor@s como para organizador@s) no haga falta hacer cortes y con una “escoba” que anime a los más lentos pueda hacer que sea una carrera más inclusiva (estoy pensando en personas de más edad, o más jóvenes, o incluso personas con distintas capacidades). En otras carreras, más comprometidas debido a su recorrido, a su larga distancia, a su difícil accesibilidad por parte de la organización es del todo necesario poner unos cortes. Son las normas del juego y las conoces de antemano. Podrás estar más de acuerdo o no en si el corte es demasiado exigente o no y hacérselo saber a la organización. Y creo que tod@s hemos de ser más humildes y ver dónde están nuestras posibilidades. Yo, en la Zegama, cuando me cortaron podía haber optado por seguir por mi cuenta y riesgo porque no estaba cansada, sólo era que mi ritmo resultaba más lento pero opté por bajar al pueblo. Más tarde reflexioné sobre el hecho de si hubiera sido más consciente de que mi ritmo no era el adecuado para esta carrera, mi plaza habría podido ocuparla una persona que sí podría haber terminado la maratón y la verdad es que me sentí un poco mal conmigo misma.