Aneto siempre especial para ti, ¿verdad Ana? Pero este año tenías una dura piedra y muchas horas por delante.
Sí así es, es especial. Carrera de casi 110km y 7000+con largas subidas y bajadas, zonas muy técnicas y un escenario único del Pirineo aragonés con un ambiente espectacular tanto en carrera como fuera de ella.
Háblanos de tu respeto a la distancia de los 100 km y de la ilusión que tenías de realizar la carrera.
Siempre le he tenido respeto a la larga distancia y admiraba a la gente que hacía este tipo de pruebas. Tenía ilusión de hacer un ultra, siempre lo he dicho, pero había que dedicarle mucho tiempo y nunca veía el momento. Este año tocaba dar el paso y motivarse tras el parón de carreras por el covid y lo complicado que ha estado todo. La verdad que la experiencia no ha podido resultar mejor.
Aprendiendo, viendo de cerca a las que saben, como gestionar las horas, los kilómetros…
La carrera era muy larga, muchas horas por la montaña. Toda una noche y casi un día dan para mucho. Tocaba regular más que nunca, dosificar fuerzas y tirar de mente, algo fundamental. Sensaciones de todo tipo, más buenas al principio y peores a medida que pasaban las horas y se iba acumulando el cansancio. Alguna molestia que otra en la rodilla que me dificultaba correr con normalidad pero que entre el paisaje que estaba viendo y las ganas que tenía de esta carrera me motivaban para seguir.
Cada vez más cerca la victoria y cada vez menos kilómetros, esa sensación de no poder más y de continuar visualizando la llegada.
Siempre lo digo, hasta que no se llega a meta, no hay victoria que valga. Y es que puede pasar de todo.
Se agradece cuando la gente te anima y te dicen "venga que ya lo tienes", pero sabes que no es así. Lo cierto que a medida que va quedando menos, gasto todos los cartuchos que me puedan quedar para terminar con la sensación de haberlo dado todo.
Una vez estás a 100 metros de la meta, ¿Qué se siente?
¡Ahí ya se me van todos los dolores, aunque luego vuelven enseguida!, Pero la animación y entrega de la gente con el recibimiento, junto con la voz del speaker que pone la moral por las nubes, te dan un plus de energía y satisfacción.
Ya en meta, te nombran ganadora del GTAP y con récord. Reto conseguido.
Reto conseguido, sí. Ser finisher de este ultra tan cañero y especial para mí, con la grata sorpresa de conseguir la victoria y récord de la prueba. Algo que nunca olvidaré... Muy agradecida a la organización por el trato y apoyo recibido, al pueblo de Benasque y a toda la gente que cada año viene y hace que este evento sea una fiesta para el corredor. Agradecer también a mi entrenador Eusebio Faus por guiarme en el camino para poder conseguir sueños así, a mi club Lurbel y a todos mis compañeros (se que estuvieron siguiéndome durante la carrera desde la aplicación de seguimiento) y a Biofrutal por ayudarme, a mi familia, a toda la gente que ha estado pendiente de mí (miles de gracias), y sobretodo a mi pareja Javi, que, junto con mi perra Maya, han sido mi gran apoyo en toda la carrera.
