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Camino a la WAA 360º The Challenge

Juan González nos cuenta cómo prepararse y el equipo que va a llevar en este gran reto de 7 días en autosuficiencia

Por Juan González

Foto: JCDFotografia
Foto: JCDFotografia

Estrenamos un nuevo HUB en trailrun.es en el que nuestro colaborador experto en material Juan González se va a enfrentar a una de las carreras de ultradistancia más duras del mundo: la WWA 360 The Challenge, una carrera de ultradistancia en autosuficiencia en la que los osados participantes tendrán que recorrer más de 270 kilómetros y afrontar 25.000 metros de desnivel acumulado por parajes inigualables. El recorrido no se dará a conocer hasta diez días antes de la carrera. Un recorrido sin balizar, con la única ayuda de la cartografía y el track, con bases de vida a lo largo del mismo, con la gestión del sueño y el cansancio como elemento diferenciador. En una prueba de varios días de aventura como es la WWA 360 THE CHALLENGE, es fundamental además de la preparación física y mental, llevar un buen equipo que responda a las dificultades que nos vamos a encontrar en el camino. Es muy importante elegir cuidadosamente el material y haberlo probado bien, y eso es lo que ha hecho nuestro colaborador Juan González los meses previos a este gran reto, su segunda vez. En este HUB nos contará por qué elige uno u otro material, y el equipo que finalmente va a acompañarle y protegerle en esos siete días dando la vuelta a la isla de Gran canaria en autosuficiencia. 

QUÉ ES PARA MÍ WWA 360º THE CHALLENGE 

Por Juan González 

Siete son los días de la semana. Siete son los cuerpos celestes conocidos en la antigüedad, y que inspiran esos mismos nombres. Siete es el número que se asocia a la perfección, y por tanto, a los dioses. Siete será el número que se le otorgue a la edición de 2022 de la WWA 360 The Challenge. El Olimpo, según la organización, donde habitan los dioses y donde se puede encontrar a los protagonistas de 360 The Challenge.

Después de 5 años en Gran Canaria y una edición 2021 en La Gomera, este 2022, la carrera vuelve a celebrarse en el lugar que la vio nacer, la localidad de Tejeda. Por otro lado, la organización muy valientemente supo ver más allá, y entendió que “la 360” (como la conocemos en el argot ultrero), tenía -es más, debía- volar sola. Era necesario que la 360 tuviese un espacio exclusivo, por su singularidad. Su propio evento. Un altavoz potente y único donde unos pocos elegidos, serían los protagonistas. Un evento con nombre e identidad propia: WAA 360 The Challenge.

 

 

LA 360 ES SENTIMIENTO (DE PROPIOS Y EXTRAÑOS)

Este 2022, la encantadora localidad de Tejeda, a los pies del mágico Roque Nublo, será la anfitriona que lleve en volandas este singular evento. Carrera larga, muy larga, que situará de nuevo, la isla en los medios. También los amantes de esas largas distancias estarán pendientes del evento, muchos fantaseando con mayor o menor acierto, en qué momento futuro participarán en la 360.

Únicamente 100 dorsales son los que se adjudican, previa revisión de los currículums deportivos recibidos. Meticulosidad.

Los participantes han de acreditar la participación en carreras de larga distancia (¿qué carrera larga has hecho? ¿UTMB?…venga, ahora en serio, ¿qué carrera larga has hecho?), su capacidad de navegación, por GPS y mediante mapa y brújula.

 

LA 360 ES SABER DÓNDE ESTÁS Y HACIA DÓNDE IR

La 360 tiene particularidades. Muchas. Pero una de ellas, es no saber el recorrido hasta pocos días antes de la prueba. Es en ese momento, cuando los participantes han de introducir en sus dispositivos GPS los tracks para poder realizar el recorrido, ya que la carrera carece de marcaje. La navegación es uno de los factores que endurecen la carrera, pues sumado a la enorme distancia de aproximadamente 250 kms., y posiblemente, alrededor de 12000 metros de desnivel positivo, los participantes han de prestar atención a las pantallas de sus pequeños dispositivos GPS durante la progresión. No es extraño, avanzar por el sendero que parece “lógico-barra-intuitivo”, y advertir -muchos- minutos más tarde, que la dirección de avance, es errónea. Mal desgaste de energía, donde precisamente, es en ese sentido, en el que hay que economizar.

O por lo menos, desgastarse lo menos posible. A medida que avanza la carrera y por tanto, el cansancio, las decisiones son menos meditadas, todo es dubitativo. Los movimientos, la capacidad de razonar, de reaccionar, los reflejos. En estas circunstancias, se perciben los movimientos propios, pausados. Como si no fuese con nosotros. ¿Hay retardo entre el cerebro y los músculos? Todo es lento. Sacar unos guantes, o algo de comer, a menudo se descarta, por el ingente esfuerzo que representa.

Tengo hambre. Sí, luego. Tengo frío. Sí, después.

Calma. ¿Por qué?

No pienses, avanza. ¿Será luego (¡luego!) tarde?

 

LA 360 ES CONOCERSE, Y GESTIONAR EL CANSANCIO

Recuerdo mi participación en la 360 en La Gomera. Las noches en el fondo de los barrancos, en completa y absoluta soledad. Recuerdo el dolor de cabeza. Recuerdo mis soliloquios, argumentar sin razón, o pensar que lo hacía. Recuerdo dormirme de pie. Dormir mientras tropezaba. Sensación de mal beber, y peor despertar. Recuerdo ver y jusificar cosas que no existen, mientras la mente empecinada, trataba con malas artes, convencerme de mi error. Su error. ¿A quién se lo dice, a mí, o a mi yo que me ve desde fuera? Pura locura. Negación del sueño, una noche, y otra, y otra...

 

LA 360 ES AUTOSUFICIENCIA, Y DEPENDER DE TI

La organización provee bases de vida, aproximadamente cada 50 kms. Una distancia que en cualquier carrera podría considerarse asumible, pero que acumulando noches, kilómetros, y fijando la vista en el pequeño dispositivo electrónico que nos  indica el rumbo, hace que la energía se desparrame.

Me viene a la mente aquel regalo que recuerdo en tonos salmón; era un pececito dorado dentro de una bolsa. Una bolsa con un agujero, y por él se marchaba la vida, mientras boqueaba por unos segundos más.

Es imprescindible avituallarse bien, para retener algo de esa energía viscosa que se nos escurre.

Recuerdo las bases de vida en La Gomera. Llegabas, y eras el rey.

Los voluntarios nos trataban con un tacto y cariño exquisito. Decir que nos tenían entre algodones, me parecería incluso despectivo. Daban ganas de abrazarlos. Hacían lo posible para que nuestra “estancia” en la base, fuese la mejor que pudiesen ofrecer. Empatía. Por y para corredores.

Era momento de comer, comer bien. Cosa fácil, por otro lado, por la calidad de las viandas.

Según a qué horas de la noche, o madrugada, era difícil salir de tan acogedoras zonas, para adentrarse -de nuevo- en la lúgubre soledad, en la noche (las más oscuras que recuerdo), con la única compañía del frontal, y del tic,tac, de los bastones golpeando el suelo.

Ah, y de la omnipresente pantalla iluminada en la muñeca. Maldita línea azul. Maldita flecha.

La gestión de la autosuficiencia, no es fácil. Se pueden utilizar los establecimientos por donde pasa la carrera, pero hay que tener la capacidad de poder prescindir de ellos, si nuestro horario de paso, no es compatible con las costumbres de la gente, pues mientras dura nuestra aventura, a pesar de todo, ellos llevan una vida “normal”. Eso a lo que llaman horarios (normales).

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LA 360 ES PRESCINDIR DEL SUEÑO

Nosotros pasamos una noche, un amanecer, y otra noche, seguido de su amanecer.

Pero mientras, el mundo continúa, y la gente sigue a lo suyo, en su trabajo, en sus labores, un día tras otro, mientras nosotros sumamos (o descontamos) horas para llegar a meta.

Es un paralelismo que me fascina en las carreras largas. Porque, en esencia, es una abstracción de la rutina.

Hemos escogido un universo que existe PARA nosotros, durante unas horas, o días.

Cuando acabemos, “eso”, no existirá. Volveremos donde pertenecemos. Nada quedará tras nuestros pasos.

La ultradistancia, es una especie de mutación en el marco temporal en el que creamos precisamente, esa actividad efímera.

 

LA 360 ES EXCLUSIVIDAD, LA SENSACIÓN DE SENTIRSE ÚNICO

Serán 100 horas. 100 horas sobre las que se deciden cuándo y desde dónde empiezan a contabilizarse.

En ese transcurso, 100 almas ilusionadas, tendrán como objetivo salir y  llegar a Tejeda.

Tan solo 100 participantes mostrarán su capacidad para soportar la climatología que toque, y auto-pactar cuánto y dónde dormirán, comerán, o maldecirán.

Foto JCD Fotografia
Foto: JCD Fotografia

 

 

LA 360 ES NON-STOP

El formato Non-Stop, es incluso, despiadado. La 360, exige de forma desproporcionada. El peso de la mochila.

Tener consciencia del material obligatorio, y del que creamos (sí, creamos) necesario.

La ultradistancia es así de demencial. Así de satisfactoria. Así de incongruente.

 

LA 360 ES RECOMPENSA

Es curiosa la sabiduría con la que actúa el cuerpo. Cuando kilómetros antes pensabas que no podías dar un paso más, con decenas de horas en carrera, vapuleado por el terreno, posiblemente la lluvia, el frío o el calor, te acercas a meta, y experimentas las reacciones químicas que tu cerebro es capaz de segregar, para espolear al resto de actores que intervienen en nuestro avance, y hacerles entender por la vía directa, que nuestra aventura está llegando a su fin. Han pasado días. Hemos pasado penalidades (tal cual), algunos menos que otros, cierto. Pero al final, en los últimos metros de trayecto, sea cual sea la altura en la tabla que dice quién es quién (además del más rápido), eres consciente de lo que acabas de hacer. Y no porque lo diga tu reloj, sino por lo que te transmite ese actual despojo llamado cuerpo. Porque sabes que no te queda nada que ofrecer, o dar en el ámbito cinético. Porque has llegado, y tu mente dice: hasta aquí.

Todo pasa rápido, pero la percepción es de extraña lentitud.

La meta, la fanfarria, la medalla, los golpecito en el hombro.

Recibes tu galardón. Tu satisfacción. Tampoco necesitas más.

Pruébalo.

 

 

 

 

 

 

 

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