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Verdades y mentiras de los frutos secos

Un excelente tentempié para el corredor

Redacción Trail Run. Fotografía Mikael Helsing

Verdades y mentiras de los frutos secos
Verdades y mentiras de los frutos secos

Sabrosos, nutritivos y apetecibles casi a cualquier momento del día. Son las tres cualidades que podrían definir perfectamente a los frutos secos, alimentos de los que mucho se habla en las tertulias deportivo-alimentarias y no siempre con conocimiento de causa. Sin duda alguna, los frutos secos aportan calorías, es cierto, pero tomados en pequeñas dosis tienen una gran cantidad de beneficios para nuestro organismo. Es uno de los alimentos perfectos y más recomendados para tener a mano e ingerirlos entre horas a modo de tentempié.

Aunque aportan calorías, como decíamos, diversos estudios han demostrado que las personas que comen frutos secos en cantidades razonables no engordan, e incluso pueden ayudar a adelgazar si están incluidos en una dieta específica para perder peso. El secreto es tomarlos con moderación y optar por los más adecuados. Almendras, avellanas, nueces o pistachos tienen ventaja sobre otros frutos secos bañados en sal como los cacahuetes pelados o las pipas.

En carreras de larga distancia son habituales verlos en los avituallamientos, precisamente porque nos aportan un extra de energía y ayudan a la absorción de los carbohidratos. Contienen principalmente grasas saludables y proteínas de origen vegetal, por lo que un puñado de frutos secos antes de entrenar nos ayudará a evitar una fatiga prematura. También podemos tomarlos después de entrenar y aprovechar sus efectos antioxidantes y antiinflamatorios. Incluso en algunas recetas de cocina tienen cabida o a la hora de elaborar salsas por ejemplo para pastas.

En resumen, ¡no te sientas mal por comer frutos secos y disfrútalos! Somos deportistas de resistencia, necesitamos energía, y esta es una de las mejores maneras de conseguirla.