El año pasado, durante la ceremonia de clausura de la gran fiesta del outdoor en el Pirineo catalán pensaba que el Buff Mountain Festival había tocado techo, mantener ese mismo nivel en ediciones sucesivas sería todo un éxito, ya que aumentar el grado de participación, la variedad de las actividades, conseguir ese mismo ambiente, manteniendo la calidad organizativa del evento parecía algo prácticamente imposible.
Pero lo imposible también sucede, y el Buff Mountain Festival de este año con cerca de tres mil inscritos ha sido superior en todos los aspectos. Con más actividades familiares, más espacios para los parques infantiles y nuevas citas deportivas, lo que resume el Buff Mountain Festival como un premio para los habitantes y los visitantes de Vall de Boí, tres días repletos de competiciones y diversión con una gran oferta cultural en el precioso valle situado en las montañas de Lérida.
El origen del Buff Mountain Festival fue la Buff Epic Trail celebrada en 2014, cuando poco más de un centenar de corredores vivieron una experiencia realmente épica en el entorno del Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici. Los días 29 y 30 de junio y el 1 de julio de este año se ha celebrado la quinta edición de la mítica carrera de trail, con nuevos recorridos y distancias por la zona periférica del parque nacional. Y también el célebre maratón, que por segundo año está incluido en las Migu Run Skyrunner World Series. Un momento muy emotivo para los viejos amigos de Buff fue la salida de la Epic Trail, a las seis de la mañana en Barruera, dedicada a la memoria de Joan Rojas, fallecido hace unos meses. Joan fue fundador de la marca Buff y creador del tubular más famoso de la historia a principios de los años noventa.
Una de las novedades este año en el programa de competiciones era el duatlón de montaña, un recorrido duro, técnico y exigente en los valles y cumbres de la estación de Boí-Taüll. Decidí probar pese que hace tiempo que dejé las competiciones de trail. Fueron un total de 39 kilómetros en los que se superaban los dos mil metros de desnivel positivo. El trazado seguía una espectacular cresta entre las cimas del Cerví de Durro y El Muntanyó, que coincidía con algunos tramos de varios recorridos de trail y tenía un descenso directo hasta la transición de bici que me dejó las patas tiesas varios días. El próximo año repito de nuevo. El domingo fue la Marathon de BTT, con dos recorridos, otra de las competiciones estelares para todos los aficionados al buen ciclismo de montaña.
La fiesta deportiva del Buff Mountain Festival no se resumía solo en las pruebas deportivas, desde la salida del sol hasta el anochecer el valle era un bullicio constante de actividades. Los parques infantiles ocupaban las praderas de los alrededores de Barruera en las orillas del Noguera de Tor, con hinchables, circuitos dinámicos, pedalada familiar, carreras Mini Skyrace, conferencias, música en vivo, zonas chill out y la llamativa instalación donde se celebró el Campionat de Cataluya de Escalada en Bloque. Las actividades de ocio y cultura completaban una oferta muy variada y sugerente de; vías ferratas, descenso de barrancos, yoga, marcha nórdica, rafting, orientación, senderismo y paseos de interpretación por la ruta del románico de la Vall de Boí, una de las joyas del patrimonio artístico, histórico y monumental en los pueblos del valle.
El Buff Mountain Festival se han resumido en tres días fantásticos en las montañas de los Pirineos disfrutando nuevos desafíos deportivos, charlando con los viejos y nuevos amigos, compartiendo emociones y experiencias, sueños y pasiones. La mejor sensación del Buff Mountain Festival, el motivo por el que estoy deseando que llegue la próxima edición, es que la organización crea un ambiente muy especial, acogedor. Para que todo el mundo sienta que forma parte de la gran fiesta del ocio activo en los Pirineos, no solo los corredores y los inscritos en las actividades cuando se quitan el dorsal, también los acompañantes y los familiares, que van paseando durante los tres días por las calles de los pueblos, las zonas de acampada, se toman un baño en las aguas heladas de los torrentes de montaña, con la música de fondo que llega desde el centro neurálgico de la competición en Barruera, y con el sonido de los ánimos del speaker, dando aliento constante a los corredores que van llegando a meta después de varias horas corriendo por la montaña. Hasta el año próximo amigos del Buff Mountain Festival, una cita que no me pienso perder.