Entrenamiento

Retomar los entrenamientos tras las vacaciones o un pequeño parón

Motivación, planificación y una buena nutrición son algunos de los pasos clave

Antonio Madriñan

2 minutos

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El mes de septiembre está a la vuelta de la esquina, y muchos corredores aprovechan el periodo estival para descansar. Es esencial otorgar un merecido respiro al cuerpo, y optar por hacerlo durante las semanas de mayor calor resulta aconsejable. De un lado, tenemos las vacaciones en familia; por otro, ganando cada día más importancia, las elevadas temperaturas exacerbadas por las olas de calor y el cambio climático, lo que convierte incluso el entrenamiento más ligero en una tarea ardua.

Sin embargo, una vez culminado este período de descanso, llega el momento de retomar gradualmente la rutina de entrenamiento.

Para lograrlo, debemos ser plenamente conscientes de los efectos que este paréntesis ha ejercido tanto en nuestra forma física como mental. Para muchos, ha implicado un descanso total, lo que significa que el retorno al entrenamiento debe llevarse a cabo de manera pausada, estableciendo expectativas realistas para evitar la frustración. El cuerpo no tardará en readaptarse a la actividad física, pero es fundamental permitirle hacerlo a su propio ritmo.

Es crucial planificar nuestros objetivos a corto y mediano plazo, lo cual nos ayudará a mantener la motivación. Sin embargo, es recomendable no ser demasiado exigentes con estos objetivos. Lo más adecuado es crear un calendario de entrenamiento gradual para las próximas semanas, incorporando distintos tipos de terreno, ritmos variados, nuevas rutas y entrenamientos cruzados con otras actividades afines que no representen un riesgo para nuestro progreso.

Es necesario reconstruir la base cardiovascular y la fuerza muscular mediante sesiones de entrenamiento más breves y de menor intensidad durante las primeras semanas. Al mismo tiempo, es importante integrar ejercicios de fortalecimiento y estiramiento que contribuyan a prevenir lesiones. Esto debe hacerse con una atención constante a las señales de fatiga o dolor que pudiéramos experimentar, ajustando el plan de entrenamiento según corresponda.

Centrémonos en los pequeños avances que logremos, evitando comparar nuestra situación actual con la condición en la que nos encontrábamos antes del receso.

Un factor adicional a considerar es la hidratación y nutrición. Mantener una hidratación adecuada durante el entrenamiento y la recuperación es esencial. En cuanto a la nutrición, lo ideal es mantener una dieta equilibrada, rica en nutrientes esenciales.

El descanso y la recuperación cobran mayor relevancia que nunca. Ayudarán a asimilar el entrenamiento y contribuirán a que alcancemos nuestras metas en las mejores condiciones posibles.