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¿A qué intensidad estoy corriendo?

Diferencia las 5 zonas de entrenamiento de tu GPS

Redacción Trail Run

¿A qué intensidad estoy corriendo?
¿A qué intensidad estoy corriendo?

A los relojes-GPS, que además tienen la interesante y desgraciadamente olvidada función de pulsómetro, podemos sacarle mucho partido a la hora de saber cómo entrenar. Antes debemos calibrarlo con nuestro ritmo cardíaco para conocer las zonas de entrenamiento en las que nos moveremos según nuestra frecuencia cardíaca máxima. Una vez calibrado, puedes observar según tus pulsaciones el tipo de trabajo que estás haciendo, que puede clasificarse en cinco grupos (y se expresa en porcentaje respecto a la FCmax) de los que hablamos de manera sencilla y sin entrar en tecnicismos:

Zona 1, baja intensidad (50-65%). Es la utilizada para perder peso, ya que a este ritmo nuestro organismo tira de grasas mucho más que de carbohidratos. Así, es muy buena opción para perder peso, o también para personas que regresan a la actividad tras una lesión o parón, incluso como rodaje muy suave de regeneración.

Zona 2, intensidad moderada (65-75%). Estamos entrenando en el umbral aeróbico, aunque la pérdida de grasas sigue siendo importante. El trote no es exigente, y nos permite mantener una conversación sin ahogarnos. Nuestro corazón trabaja lo suficiente como para acostumbrarlo a este tipo de ejercicio sin exigirle.

Zona 3, intensidad alta (75-85%). El ritmo ya es más exigente y entran en juego los hidratos de carbono, de los que el cuerpo va tirando hasta agotarlos y llegar a las reservas de grasa. Nos sirve también para aumentar nuestra potencia aeróbica y nuestra fuerza.

Zona 4, intensidad muy alta (85-95%). Entramos en la zona anaeróbica, lo que significa que entrenando a estos ritmos enseñamos a nuestro organismo a metabolizar el ácido láctico, permitiéndole entrenar más duro a estas velocidades. La fatiga muscular va a ser importante, es una zona habitual de series medias.

Zona 5, al máximo de nuestras posibilidades (95-100%). Es el ritmo más rápido que podemos alcanzar gracias a la oxigenación máxima de nuestro corazón por instantes. No podemos mantener este ritmo mucho más allá de unos metros, ya que sería algo similar a un sprint. Se alcanza en los entrenamientos de series cortas.