Me lo han preguntado muchas veces…En caliente podría dar una docena de razones y todas ellas aceptables. Pero creo que ninguna sería la verdadera razón. Medrano Trail Race nace desde la parte más vulnerable pero a la vez más sincera y real del ser humano, la emoción. Yo me muevo por lo que siento. Para entregarme a algo, ese algo tiene que hacerme sentir, tiene que emocionarme.
Los grandes cambios de mi vida han venido siempre acompañados y anunciados por enormes cargas emocionales. Y Medrano Trail Race no ha sido la excepción. Un gallego en un pueblo de La Rioja en el que no conoce a nadie y nadie le conoce. Un corredor del montón que no tiene ni idea de lo que implica organizar ni gestionar un evento deportivo. Un pueblo en el que nadie sabe que son las Carreras de Montaña. Todo esto fue el caldo de cultivo de Medrano Trail Race. Después de cada entrenamiento por la Sierra del Moncalvillo, después de observar y participar en Carreras de Montaña de distinto pelaje que se celebraban por toda la geografía peninsular en pueblos como Medrano (pero desconocedor de las dificultades y por menores de la organización de un evento deportivo de tal magnitud), la idea que transmitía a mis allegados era que "en esta sierra saldría una carrera espectacular".
El compañerismo, el esfuerzo, la humildad, la sencillez, la cooperación, la solidaridad, el respeto a la naturaleza… son parte esencial en un deporte que recupera valores que la sociedad urbanita, acelerada y competitiva en la que vivimos ha dejado arrinconados. Tanto entrenar como competir en montaña se convierte es una experiencia única y muy personal cada vez que se practica.
Pero además de aportaciones personales, creo que una de las aportaciones más importantes de las carreras por montaña es el de hacernos volver la mirada de nuevo a los pueblos, la vida del campo, a la de los oficios artesanales, de mirar de frente a la gente que vive en ellos y ver en sus ojos el reflejo de nuestro pasado y, quién sabe, si de nuestro futuro. Las carreras que se organizan en pueblos como Medrano son un grito más de eso que ahora se da en llamar “La España Vaciada". La lucha por la supervivencia de zonas y pueblos prácticamente despoblados, con escasos recursos y pocos servicios.
Todos estos principios, valores y anhelos fueron los que me motivaron para lanzarme a la aventura de Medrano Trail Race. Muy poca gente creía que se pudiera hacer pero logré tocar con personas dispuestas a ayudar y arriesgarse conmigo. Encontré a muchos amigos y desconocidos que respondieron a mis educadas pero soñadoras peticiones sin preguntar que recibirían a cambio. Enseñar y explicar a unos vecinos lo que era y lo que les esperaba, emocionarme al ver sus caras de atención y ver como respondían y creían en cada idea que les trasmitía, me hicieron seguir trabajando hasta lo enfermizo para sacar la primera edición. Medrano Trail Race, desde su nacimiento en el año 2017, ha sido para mí un tobogán de emociones. Luché contra las malas agarrándome a las buenas, recordando las caras ilusionadas de las personas que creían en el proyecto.
Desde el primer momento, Medrano Trail Race ha sido una carrera hecha desde la emoción y para emocionar a nuestros corredores y corredoras. Sin pretenciosidad y desde la sencillez, con recorridos agradables, divertidos, desafiantes, unos bosques y senderos llenos de los colores y fragancias otoñales, acompañados por arroyos cantarines, con vecinos y amigos voluntarios esforzados y entregados, con unos avituallamientos completos y pensados, el recibimiento del pueblo, la comida de hermandad entre lugareños y corredores, las duchas de las casas del pueblo abiertas a los corredores, el apoyo y la buena opinión de corredores venidos de toda la península…han hecho que sigamos peleando por algo que, una vez, solo era el sueño de un soñador.
Las gentes de Medrano, amparados por el Otoño riojano y por la hermosa Sierra del Moncalvillo, se han convertido en expertas en hacer que los corredores y sus familias se sientan por unos días parte de su pueblo y han conseguido que su carrera sea una herramienta más para seguir creciendo. A veces los sueños se cumplen. Gracias por hacerlos posibles.