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Pioneros del Trail (V): Marino Giacometti

El padre del Skyrunning moderno

José Antonio De Pablo 'Depa'. Fotos: archivo personal Marino Giacometti

Pioneros del Trail (V): Marino Giacometti
Pioneros del Trail (V): Marino Giacometti

En el actual escenario de las carreras de montaña, Marino Giacometti es conocido por todos como el presidente de la ISF (International Skyrunning Federation) pero la piel bien curtida de su afilado rostro y una tipología atlética bien conservada aún a sus 51 años de edad delatan que no nos encontramos frente al clásico directivo deportivo criado a los pechos de tecnócratas, economistas, abogados y otros animales de despacho, fríos analizadores de cifras que no levantan la vista ni un palmo del estudio de viabilidad de turno. Más bien todo lo contrario. La mirada de Marino se pierde mucho más arriba, allá donde se terminan las nubes y las altas cumbres delimitan el comienzo del cielo.

Hace más de 50 años dudamos que ni en Corteno Golgi, localidad natal de Marino Giacometti, ni en ningún otro rincón de la Lombardía se valorara el hecho de correr por la montaña como una forma entretenida de ocupar el tiempo y mucho nos tememos que tampoco hubiera sido demasiado bien visto. “De ninguna manera, la montaña sólo era un lugar por el que salir a caminar y a trabajar en busca de hongos y flores para luego venderlas, si acaso hacía algo corriendo era porque quería llegar antes a casa. Mi abuelo era guarda forestal de alta montaña y gracias a él pude conocer todos los caminos y senderos, aunque el descubrimiento de la montaña y sus posibilidades llegaría mucho tiempo después cuando durante el servicio militar fui reclutado como explorador de montaña”. Eran los años 70 y mientras en Estados Unidos las carreras de montaña superaban los límites de la ultra distancia y lo llamaban Western States Endurance Run, en Europa algunas clásicas alpinas de hoy en día como Giir di Mont o Sierre Zinal daban sus primeros pasos, y un italiano con su amigo austriaco, Messner y Habeler, batían todos los récords de ascensión a algunas de las cimas más imponentes del planeta: la norte del Eiger, el Hidden Peak o el Everest.

Habría que esperar una década más para que el veneno de las montañas y la velocidad prendiera definitivamente en el espíritu de Marino Giacometti. “En los años 80 estuve haciendo alpinismo con mayor dedicación, en el 1981 subí al Nanga Parbat y a mediados de la década conseguí hacer cumbre en el Cho-Oyu. Por aquellos años trabajaba a tiempo parcial como corredor de seguros, una ocupación que me permitía tener suficiente tiempo libre para entrenar y organizar mis viajes y expediciones a las montañas”.

La primera carrera de Skyrunning

No creemos en casualidades, por eso pensamos que un encuentro fortuito entre dos personas bajo la atenta mirada de la diosa madre de la tierra fue lo que el destino le tenía preparado al futuro del trail running. “Fue en el año 1989, durante una expedición al Everest. En el campo base me encontré con el que en aquellos momentos era el jefe de la marca deportiva italiana Fila, un amante de las montañas. Estuvimos mucho tiempo hablando y compartiendo visiones del deporte y de la montaña. Me dijo que a mi vuelta a casa pasara a visitarle para ver si podíamos trabajar juntos”.

Se despedía ya el decenio de los 80 y Giacometti lo hizo a lo grande: en 1989 batió el récord de subida al Monte Rosa partiendo desde el pequeño pueblo de Alagna. Le bastaron 3h 54’ para subir hasta la segunda cima más elevada de los Alpes, 4.554 m. “Sí, y ese mismo año también pude establecer el récord de ascenso al Pumori en el Himalaya, casi 7.200 metros de altitud, 9 horas en subir hasta la cima y 14 en total para completar el recorrido de ida y vuelta. Éramos más jóvenes, era un juego en el que salíamos de abajo, en algunos casos del mismo centro de la ciudad, subíamos y bajábamos. Ahora sé que ya nunca volveré a hacer lo mismo”.

Toda aquella adrenalina se había adueñado del espíritu aventurero de Marino Giacometti, pero no podía, no debía quedarse ahí, esa pasión merecía ser compartida. En el año 1991 organizamos la primera carrera de skyrunning, la primera prueba en altitud, que consistía en salir desde Courmayeur (Italia) y ascender al Mont Blanc (4.810 m). Aquel día corrimos tan sólo 5 personas, la victoria fue para la pareja formada por Fabio Meraldi y Adriano Greco. Aquella experiencia, la primera ascensión con un dorsal (un peto más bien) de la historia fue algo que a todos nosotros nos marcó de manera muy especial”.

Un año más tarde, en plena vorágine olímpica en España, Marino vuelve a Alagna para marcar un nuevo récord de ascenso al Monte Rosa, pero lo más importante de ese año no fue ese registro puntual. “En el 1992 nace por fin el Fila Skyrunning Team. Con el apoyo de la marca todo empieza a resultar más fácil. A nivel material empezamos a desarrollar productos especialmente pensados para correr por las montañas. Todo era experimentar y en algunos casos hasta hacíamos de artesanos. Testábamos todo el material nuevo que llegaba de Japón y hacíamos nuestros propios experimentos, utilizábamos también materiales que venían de otros deportes como por ejemplo las mallas y las camisetas de ciclismo especialmente pensadas para la práctica de este deporte en invierno o las zapatillas de clavos del campo a través en atletismo, intercambiando conceptos con las botas ligeras de esquí de montaña o con los modelos de asfalto. Llegamos a crear una línea especializada de skyrunner, en el año 1998 salieron las primeras zapatillas exclusivas, esta cooperación se mantuvo vigente hasta el año 2000. El principal centro de operaciones lo teníamos en Boulder, Colorado (USA)”.

Fila fue la primera marca en subirse al carro del trail running y lo hizo a la grande, con un equipo profesional, un “Dream Team” formado por algunos de los mejores alpinistas de velocidad del momento como Bruno Brunod, Fabio Meraldi, Danelle Balengee, Matt Carpenter, Ricardo Mejía, Marino Giacometti o Ettore Champretavi. “Los años 90 fueron muy importantes  para la marca, Bruno bate el récord del Cervino, Ettore el del Gran Paradiso y Fabio Meraldi el del Aconcagua y el del Monte Bianco desde Courmayeur, este último, por cierto, permanece aún vigente e imbatido”.

El embrión de la ISF

En aquellos años la marca italiana detentaba una posición dominante en el mundo del atletismo. El maratón de Nueva York, el más famoso y popular de cuántos se celebran en el planeta, fue ganado dos años consecutivos por Germán Silva, el atleta mexicano que defendía los colores de la marca venció en las ediciones de 1994 y de 1995. “Estuve en aquel maratón del 1995 en el que ganó Silva, lo corrí con el dorsal de otro, por lo que mi nombre no aparece en ninguna clasificación. Al año siguiente también corrí otro maratón en Estados Unidos, esta vez fue el de Boston, mi marca de 2h57’ dejaba bien claro que lo mío no era el asfalto”.

Poco a poco Marino se va alejando de la práctica activa y de alta competición para centrarse más en su sueño de dar forma a una asociación que aporte algo a este nuevo deporte, minoritario por el momento, que está dando sus primeros pasos, normas que regulen el crecimiento del mismo y la participación en las diferentes pruebas del calendario. Es así como en el año 1995 nace la FSA (Federation for Sport at Altitude) En el año 1998 se organiza el primer Campeonato del Mundo, en Cervinia, el vencedor es Bruno Brunod. En el año 2000, también en Cervinia, ve la luz el proyecto de los Sky Games, con cinco especialidades diferentes de deportes relacionados con la montaña y con el atletismo que también vence Bruno”.

Del embrión de aquella FSA nació en el año 2008 la actual International Skyrunning Federation (ISF) que ahora mismo se encarga de la dirección, promoción, organización y desarrollo futuro del skyrunning. El futuro de este deporte lo está marcando claramente Kilian Jornet con sus últimos retos. Con su proyecto Summits of My Life se está evidenciando un regreso a los orígenes de este deporte, a esa mezcla entre el atletismo y el alpinismo, a los retos en las grandes montañas. Se trata de un viaje hacia el pasado desde la visión de un genio con el que tenemos la fortuna de compartir un tiempo y una pasión”.