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La Huella de Luis Alberto Hernando

“No es este el mejor momento para hacerme pensar"

Luis Alberto Hernando

La Huella de Luis Alberto Hernando
La Huella de Luis Alberto Hernando

“Aquí estoy yo, cansado de ir todo el día de aquí para allá y caliente, muy caliente… Con algún grado de más. Fuera, sonaba una versión del Yesterday de los Beatles a través de la megafonía del cotarro que se monta en las salidas y metas de las diferentes purebas de Transvulcania. Puerto de Tazacorte es el lugar y ahí que me da por dedicarme a pensar un poco… mala señal.

Estoy inmerso en pleno día de la marmota, bueno, no exactamente, lo estaría si no fuera porque hay algo que últimamente tiene el poder de cambiarlo todo, es algo gordito, blandito y rosita que me mira con cara de poca preocupación, bastante ajeno a todo el universo que se fabrica en torno a él y que hace que el resto de cosas carezcan de importancia. Ganar, ganar, ganar… Siempre lo mismo, parece que no existiera ningún otro mensaje.

Me obligo a mí mismo a pensar en algo que resulte interesante para dejar mi huella en este encargo que me ha pedido Depa para las páginas de Trail Run y caigo en la cuenta de la suerte que tengo de estar tan vacío de filosofías, así que puedo disparar casi en cualquier dirección sin contradecirme. Me pongo a ello aunque no sé muy bien qué es lo que quiero decir.

Querido hijo:

Después de 38,4 años de vida dando tumbos y perdiendo-gastando-usando-aprovechando el tiempo de casi todas las maneras posibles, no sé cómo me gustaría que tú ocuparas el tuyo. No tengo ni idea de cuál será la mejor manera, pero sí que sé que me gustaría que no tuvieras tiempo para perder el tiempo y, si tuvieras que escribir algo como esto, tampoco supieras por dónde empezar, como ahora le está pasando a tu padre. No te quedes ahí mirándome con esa cara, yo también estoy confundido como tú. ¿Cambiamos de tercio?

Depa, tío, no es este el mejor momento para hacerme pensar. ¡Yo no sé pensar! Además tengo fiebre, llevo 50 horas sudando y pensando en el carril pintado de color azul en Los Llanos de Aridane que aún no sé si llegaré a ver durante el próximo sábado, si esta fiebre no desaparece.

Por otro lado, me siento muy dichoso porque se me están ocurriendo mil cosas que pueden sustituir a ese condenado carril azul, y en esta noche de jueves día 5 de mayo, tampoco sé si es del todo bueno tener tantas opciones… ¡Vaya lío!

Depa, te dejo un hueco en mi huella para que me eches un cable… ¿Qué hago?”