Suena el despertador, me cuesta levantarme, normalmente me levanto de un salto, pero hoy me cuesta más. Doy los buenos días a los compañeros de Haima en Sables 2012 (forma parte del ritual) y me pongo al día con los mails. Correo basura la mayoría, pero hay uno que despierta mi interés: mi buen amigo Depa me manda un mail para preguntarme si quiero colaborar con Trail Run. “Escribe algo, puedes hablar de lo que te apetezca”, y me pone como ejemplos a Luis, Kilian, Heras… naaaaa, fácil (ironía).
Así que aquí estoy yo. Hubiera preferido que me hiciera algunas preguntas, sería más fácil, aunque justo este fin de semana me ha pasado algo que quizás os parezca interesante, así que aprovecho y lo comparto con vosotros. Va relacionado con la amistad.
El sábado salí a correr con mi buen amigo Toni y con mi pareja, Manu. Los fines de semana que no compito ni trabajo me gusta hacer un día corriendo y otro bici, así que por regla de tres el domingo me tocaba bici, pero Lluís, Carme y Manu se ponen de acuerdo para sacarme a correr. Bueno venga, me parece bien, mi hermana Cristina me llama el día antes y nos pide que cuidemos de mi sobrino Denís de 9 a 10. Acepto, aunque le digo que sea puntual, que a las 10 he quedado para correr. Al final, de cuatro que íbamos a ser, me quedo sólo con Lluís, el hippie. Me aprovecho de que la noche anterior estuvo de fiestas en La Patum de Berga y salgo a darlo todo. Aguanta por los pelos, incluso en algún momento se para con evidentes intenciones de caminar y no se libra de mis gritos de ánimo.
Habíamos quedado en vernos en la hípica después con mi hermana, Carme y Manu… Pero antes de llegar noto algo raro, me encuentro con mi primo Dani que anda por allí con una bocina que no para de tocar y le pregunto que qué hace por allí. Me contesta que su pareja está “observando pájaros”, en fin… Seguimos corriendo hacia el interior y sigo viendo gente conocida: Anna Comet, mis amigos de Sables (Mep, Albert y Flip), Toni, Jordi y Bel, Manel Gil, Gemma, Mani… Recibo vídeos en el móvil de Zaid y de Xell, una llamada de Depa… No entiendo nada, se me queda cara de tonto, de muy tonto más bien. Veo a Borja Valdés, un gran amigo que vive en Pamplona, me acerco a todos ellos y les pregunto si se puede saber qué hacen aquí… ¿Qué celebramos? Entonces caigo, torpe de mí. Celebramos que somos amigos, que no sólo competimos, que hay algo más en las carreras de montaña. Siempre he dicho que disfruto como el que más corriendo, me encanta competir, pero si hay algo que me fascina de todo esto es lo que viene después. Puedo decir que he hecho grandes amigos y creo que es el mejor trofeo que uno puede ganar, gracias a todos por ser como sois (eso sí, si os puedo apretar corriendo, no dudéis de que lo haré).
Un abrazo y hasta pronto.
Nos vemos en las montañas.