No han sido pocas las veces que a Nuria Domínguez (Palencia, 1974) se le han acercado por ser “la hermana de”. Lo reconoce y le resta importancia. Lo lleva con orgullo, pero también reivindica su trayectoria deportiva, donde no faltan disciplinas tan diferentes como el mediofondo en pista, los raids de aventura o el fútbol. Ama el deporte por encima de todo, y por eso se dedica a enseñárselo a los más pequeños. Es profesora de Educación Física y una de las mejores corredoras nacionales de montaña. Así transcurrió nuestra charla con ella.
Te proclamaste Campeona de España Ultra en la Blue Trail Tenerife tras suspenderse la carrera. ¿Cómo fue aquello?
Era la tercera carrera de la Copa pero ya desde el viernes a primera hora se venía especulando con la posibilidad de que el recorrido se cambiara y se hiciera más corto por las previsiones meteorológicas. Se reunieron los miembros de la organización y a las 19:00 nos dieron una respuesta definitiva: se cancelaba. La FEDME decidió entonces que se computaban los dos resultados que había hasta entonces y así quedó la cosa.
Llevas el deporte en la sangre. Desde niña ya corrías y no se te daba nada mal…
Empecé a los 9 años a correr, hacía crosses cuando era joven y poco a poco fui especializándome en distancias de mediofondo, sobre todo 800 metros en pista cubierta y 400 metros valla. A los 23 años dejé el atletismo e hice deportes de modalidades combinadas. Incluso jugué al fútbol tres años mientras preparaba las oposiciones. En ese momento ya decidí que no quería volver al tartán y así poco a poco acabé haciendo carreras de montaña.
No es muy habitual encontrar corredores de montaña de alto nivel con un pequeño pasado futbolero.
Sí, empecé a jugar en un equipo de Palencia y después me fichó el Club Deportivo Nuestra Señora de Belén, de Burgos. Con ellos jugué tres años en Primera División Femenina y me enfrenté a equipos grandes como el Barcelona, Sevilla o Espanyol. Siempre tuve la espinita de jugar al fútbol y fueron años muy buenos. Jugaba de carrilera, en la banda, disfrutaba mucho y me vino muy bien para preparar las oposiciones.
Tu hermana Marta Domínguez es una de las mejores atletas de la historia de España. ¿Entrenabais juntas?
De pequeñas siempre entrenábamos juntas hasta que a los 18 años yo me marché a León y ahí empezamos a hacerlo por separado. Ella es un año y medio más pequeña que yo y empezó un poco más tarde en esto del atletismo, pero la primera vez que echamos una carrera, me ganó. Pensé “esto es imposible, ¡pues sí que corre mi hermana!”, pero lo asimilé bien. La verdad es que siempre me ganaba, pero hasta los 17 entrenábamos juntas.
¿Alguna vez te has sentido “la hermana de”?
Sí, muchísima gente me ha dicho “la hermana de”, pero a mí nunca me ha importado, al revés, me he sentido orgullosa. Yo lo he llevado siempre muy bien y me he alegrado mucho de sus éxitos. Estaba claro que ella era mejor corredora. Aunque a veces también da un poco de rabia que se acercaran a hablar contigo porque eres “la hermana de” y no para preguntarte por tus cosas.
Eres profesora de Educación Física. ¿Exigente con tus alumnos o bondadosa?
No soy especialmente exigente. A lo mejor por hacer deporte de alto nivel puedo dar la sensación de ser una profesora dura, pero la verdad es que yo solo pido a mis alumnos que hagan lo que sean capaces de hacer, según sus posibilidades. Me fijo mucho en la actitud y la predisposición a la hora de evaluar.
Hay atletas profesionales, triatletas profesionales, pero apenas hay trailrunners profesionales, todos tenéis un trabajo como cualquier persona. ¿Alguna vez conseguiremos vivir de esto como hacen otros deportistas de resistencia?
Yo creo que sí, pero dependerá de la popularidad que consiga el trail running. Si las carreras por montaña evolucionan como deben y continúan con este auge, yo creo que sí se logrará. Hay que hacer las cosas bien, apostar por este deporte y lograr un salto de calidad, es algo difícil de saber a día de hoy.
Aunque este año has ganado la Copa Ultra de la FEDME, siempre te has sentido más cómoda en carreras de distancia media o maratón.
Sí, la verdad es que sí, pero hace unos tres años por la moda de los ultras quise probar esta distancia y desde entonces combino todo. Este año he conseguido ser campeona de España, pero si soy sincera, me quedo con la distancia de maratón. Las carreras de distancia más corta creo que son más agónicas y para mi edad me viene mejor una distancia de 30 o 40 kilómetros.
¿Se nos ha ido de las manos el tema de la ultradistancia?
Sí, yo creo que sí. No entiendo por qué se relaciona la distancia con la dureza. Una prueba de 20 kilómetros puede ser más dura que un ultra de 100, porque al final la intensidad es lo que te marca la fatiga. Carreras tan largas como esas que hay de 150 o 200 kilómetros…son una locura. Te machaca las rodillas y el cuerpo. Yo creo que no es necesario correr 200 kilómetros.
¿Se disfruta igual corriendo para subir al podio que corriendo por simple ocio?
Si te digo la verdad, los ritmos al final marcan la cantidad de veces que puedes ver el paisaje. Yo siempre salgo a hacerlo lo mejor posible, y si llevo ritmos intensos y voy rápido, no me da tiempo a percibir los paisajes. Esto ha cambiado desde hace unos años. Ahora ni siquiera en los avituallamientos puedes parar demasiado. Intento alguna vez hacer una foto mental cuando miro al frente porque si no…es difícil.
¿De qué victoria te sientes más orgullosa?
Curiosamente, no es una victoria, es un tercer puesto. Fue hace tres años en Valmalenco, en el Campeonato de Europa, en mi primer viaje con la Selección Española. No me esperaba hacer podio y me llegó un bronce por sorpresa.
¿Cuáles son las rivales más duras a las que te has enfrentado?
Hay muchas, Oihana Kortazar, Maite Maiora, Nuria Picas, Uxue Fraile, Emelie Forsberg, Stevie Kremer… La verdad es que en España el nivel de corredoras es altísimo, somos una de las grandes potencias.
