Si Don King fuera organizador de carreras de montaña en lugar de promotor de los combates de boxeo mas apoteósicos de los últimos tiempos, ya tendríamos fecha y hora para la "pelea del siglo". "¡A mi derecha, Kilian Jornet!", diría el speaker. "¡El extraterrestre, el hombre que tumba las carreras y las cumbres por K.O. técnico!". Le megafonía retumbaría en el valle de Chamonix como un trueno. "A la izquierda, recién llegado de Ecuador... ¡Karl Egloff, el ciclista volador, la nueva sensación surgida de Sudamérica, el trailrunner que le ha quitado a Kilian los récords del Aconcagua y del Kilimanjaro!".
Sí, amigos, en la montaña también vamos a terminar asistiendo a "combates del siglo", a "partidos del año", a nuestro particular "Messi vs Cristiano Ronaldo". Se viene un Paquiao-Mayweather de las cumbres. No seamos fariseos. Tras las asombrosas noticias que llegaban del Aconcagua en febrero, con Karl Egloff pulverizando todos los tiempos de paso de Kilian y, finalmente, batiendo el récord de ascenso y descenso al Centinela de Piedra, ¿quién no ha soñado con una carrera entre los dos fenómenos del momento? ¿Cómo es que los organizadores no se han movilizado ya para buscar fecha, carrera y modalidad en la que enfrentar a ambos?
No nos pongamos el cartel de puristas porque, tras ver cómo Karl rompía el crono en Kenia y en Argentina, el mundo del trail necesita saber dónde estamos, quién es el mejor, quién sube más rápido, quién arriesga más en la bajada o quién llega más lejos. El trail, como todos los deportes, tiene su parte lúdica, que hace disfrutar a los aficionados y a los practicantes de todos los niveles, pero también su parte profesional y competitiva, donde el rendimiento de los trail runners de élite lleva a nuestra especialidad a los mismos parámetros -buenos y malos- que el resto de los deportes: la victoria como único objetivo, los intereses de las marcas, la atención de los grandes medios y, en definitiva, el espectáculo.
La irrupción de Karl Egloff, ante el dominio pocas veces contestado de Kilian Jornet, propicia el duelo. El ecuatoriano lo tiene todo para poner pimienta al enfrentamiento: viene del anonimato y de una trayectoria tan extraña como curiosa. Futbolista de crío, ciclista semiprofesional, guía de montaña y, de repente, trailrunner y "batidor" de récords casi por casualidad. El tipo pasaba por allí... y le sopla dos marcas de otra época nada más y nada menos que al gran Kilian.
Chamonix, con su kilómetro vertical, podría ser un buen punto de encuentro. Don King ya lo tendría anotado en su agenda. Kilian es actual campeón del mundo de la especialidad y Karl asegura que le gustan la distancia y el sitio. Si uno se pone a fantasear, se podría hasta televisar...
Seguro que hay quien piensa que sería pervertir la montaña, ir demasiado lejos en un deporte "distinto", con esas líneas de meta en las que se ha visto entrar a corredores de la mano, carreras donde uno se para a echar un cable al rival si se cae o le pasas un gel en caso de pájara. Pero el trail evoluciona, mejora, la calidad de los corredores se eleva y es inevitable que el veneno de la máxima competitividad invada también las montañas. Uno bate un récord pero llega otro por detrás y se lo arrebata. Es tan viejo como el propio deporte. ¿Por qué no aporvecharlo?
