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A las 8:00 en punto se dio la salida a la tercera edición de la Mariren Kobak Trail desde el parking del monasterio navarro de Irantzu. Este año la climatología no fue excusa para nada, salió un tiempo magnifico con sol y la nieve caída la semana pasada durante toda la jornada que unió la aventura con la mitología vasca y el misticismo.
Los 21 participantes que tomaron la salida llegaron en grupos al ojo de Iruaitzeta, situada en el parque natural de Urbasa, donde les esperaban encima de un mar de nubes, los Gentiles con las piedras de esa cueva y el mapa en el que aparecía el camino a la siguiente. De ahí, cada uno de las y los participantes eligió una diferente vía para ir al primer punto de asistencia permitida, situado en las inmediaciones del centro de atención al visitante del Parque Natural de Urbasa y Andía. Por debajo de las tres horas pasaron un grupo de cinco participantes que iban en cabeza, donde se encontraban excelentes corredores como el ganador del año pasado, Ángel García, el vizcaíno Hanot Echeverria y el corredor Rubén Marc Cano, que ha participado en las tres ediciones. En apenas 5 minutos llegó otro grupo formado por tres jóvenes corredores vascos, el legorretarra Aitor Zunzunegi, y los irundarras Erik Arozena y Beñat Aizpuru.
Desde allí, los participantes se dirigieron directamente al puerto de Andoin, paso obligado en el camino hacia la segunda cueva. Si el año pasado sólo dos llegaron a la cueva de La Leze, en la sierra de Altzania, este año 13 participantes visitaron esta segunda cueva que se cerró a las 14:30 horas. Allí les esperaban la diosa Mari y Basajaun con la preciada segunda piedra y los galtzagorris les dieron el mapa necesario para llegar a la tercera cueva. Los participantes trataron a Mari como es debido, sin mirarla nunca a los ojos y sin darle la espalda al caminar. En el aparcamiento que hay junto a la cueva estaba el segundo y último punto de asistencia y por allí pasaron en cuatro horas y media Ángel García y Hanot Echeverria. Y a los 15 minutos venía Aritz Ugarte, de Idiazabal, con la esperanza de pillar a los de delante.
A pesar de que alguno se había perdido por el camino, todos tenían bastante claro que la tercera y última cueva estaba en la zona de Aratz. Viendo antes de subir la cantidad de nieve que había en el camino tuvieron que coger el casco en el punto de asistencia anterior y tomar el camino hacia la cueva de Elurzulo. Allí, por razones de seguridad, Akerbeltz y Galtzagorri se encontraban a la entrada de la cueva y entregaban la última piedra a los participantes después de que les dijeran el trabalenguas en vasco: "Akerrak adarrak okerrak ditu".
Angel García, el ganador de la pasada edición, especialista en raids (ganador de la World Cup 2012 en California, Top10 mundial Isla Reunión en 2019 y 11 veces campeón de España en Raids) y en BTT de orientación (3ro en el campeonato de Europa del 2020), necesitó 6 horas y 57 minutos para hacer un recorrido de 61km para llegar victorioso a la plaza de Zegama. Punto en la que había gran expectación por ver quien sería el que cruzará la línea de meta hecha con los fuets, que ya es emblema de la carrera junto con las camisas que deben llevar los participantes.
A los 12 minutos entró el vizcaíno Hanot Echeverria, quien participaba por primera vez; el corredor guipuzcoano Aritz Ugarte llegó cuando se disponían a superar las 7 horas y media de tiempo máximo exigido por la organización. Otros 8 corredores pasaron la línea de llegada, pero estos ya fuera del límite de tiempo.
Una vez en meta el ganador comentó que tenía en la cabeza bajar de 7 horas y con el objetivo cumplido estaba muy a gusto, “he centrado más la preparación en intentar ser un corredor más rápido que este año se veía que iba a ser una carrera más explosiva". Reconoció que era una carrera especial "realmente es una aventura, nunca sabes lo que te vas a encontrar. Por mucho que pienses, por mucho que mires, cada año los de la organización consiguen sorprender y ser más espectaculares". También ha destacado el gran ambiente que se vivió en la carrera en el grupo de unos 8 corredores que compartieron muchos kilómetros juntos.
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