Lo ha vuelto a hacer. Era la primera carrera de la temporada y tras su aventura en el Everest muchos aficionados tenían dudas sobre cómo respondería de nuevo con las zapatillas de correr. Y ha sido como siempre: ganando. El escenario acompañaba, el Mont-Blanc, en lo que fue el patio de su casa durante muchos años, un rincón de los Alpes que conoce al milímetro. En la línea de salida el nivel de los favoritos estaba a la altura de los mejores maratones del mundo. Junto a Kilian, una pléyade de nombres de primer nivel internacional: Max King, Sage Canaday, Stian Angermund, Marc Lauenstein… Tipos que no necesitan presentación.
La prueba empezó esta mañana a las 7:00 en el mítico pueblo de Chamonix. Por delante 42 kilómetros y casi 4.500 metros de desniveles. Desde el principio ya destacó el grupo de favoritos que se controlaban unos a otros. En medio de una espesa niebla que apenas dejaba ver el paisaje más allá de unos metros, avanzaban juntos Sage Canaday, Kilian, Stian y Max King. No fue hasta el último cuarto de trazado cuando la selección natural dejó la victoria en un apasionante duelo entre Kilian y Stian. En el famoso refugio de La Flégère (1.877 m.) ambos pasaban sobre la alfombra de control en el mismo instante. Solo quedaba un vertiginoso descenso hasta Chamonix. No sabemos de qué hablarían, si se dijeron algo, si se les pasó por la cabeza pactar la victoria… Pero salimos de dudas solo unos minutos después.
Con un tiempo de 3h 45’, apareciendo como un espectro entre la niebla, Kilian llegaba a meta con los brazos en alto y el rostro de quien ha tenido que exprimirse al máximo para conseguir la victoria. En pocas carreras le han apretado tanto como hoy en el Mont-Blanc. Apenas minuto y medio más tarde entraba Stian Angermund, el atleta de moda, quien hace solo unas semanas le arrebató el récord de Zegama al propio Kilian. Ambos se fundieron en un abrazo y se felicitaron por el carrerón que habían vivido juntos. En tercer lugar, cinco minutos más tarde que Kilian, llegaba Max King completando el podio masculino.
Así, el atleta que cambió la historia de este deporte, el corredor con el que todos nos hemos inspirado muchas veces, volvía a la competición como siempre lo ha hecho, ganando, haciendo gala de ese cetro mundial que le pertenece desde hace casi una década. Kilian es al trail lo que Nadal al tenis, un mito irrepetible, un tipo que siempre será el rival a batir, corra donde corra, esté como esté, haya venido de escalar el Everest o del sofá de su casa.