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El colon irritable o síndrome del intestino irritable es un trastorno gastrointestinal crónico que afecta el intestino grueso (colon) que provoca dolor abdominal debido a cambios en el ritmo del propio intestino. Puede ir acompañado de otros síntomas o problemas, como la diarrea, el estreñimiento o la hinchazón.
Es importante destacar que los síntomas del SII pueden variar de una persona a otra y pueden cambiar con el tiempo. Además, los síntomas del SII pueden superponerse con los de otros trastornos gastrointestinales, por lo que es importante consultar a un médico para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado.
Los síntomas del SII pueden variar en gravedad y pueden incluir:
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Dolor abdominal: Es uno de los síntomas más comunes y puede variar en intensidad y ubicación, pero generalmente se describe como cólicos o calambres abdominales. El dolor a menudo se alivia después de la evacuación intestinal.
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Cambios en los hábitos intestinales: Se pueden experimentar cambios en la frecuencia y la consistencia de las deposiciones. Esto puede incluir diarrea, estreñimiento o una combinación de ambos. Algunas personas pueden alternar entre períodos de estreñimiento y diarrea.
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Distensión abdominal: O sensación de hinchazón o inflamación en el abdomen, puede ocurrir debido a la acumulación de gas en el tracto digestivo.
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Gases: El exceso de gases y la flatulencia son síntomas frecuentes del SII.
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Moco en las heces: Algunas personas pueden notar la presencia de moco en las heces, especialmente durante los episodios de diarrea.
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Sensación de evacuación incompleta: A pesar de evacuar el intestino, algunas personas pueden sentir que no han vaciado completamente el recto, lo que puede provocar la necesidad de volver al baño poco después de una evacuación.
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Malestar intestinal después de comer: Después de comer, especialmente después de comer ciertos alimentos, puede aparecer malestar abdominal, distensión y cambios en los movimientos intestinales.
¿Cuáles son las causas que pueden provocar síndrome del intestino irritable?
Aunque se desconoce la causa exacta del síndrome del intestino irritable (SII), los estudios han sugerido que el SII podría estar relacionado con algunos cambios específicos en el cuerpo.
Algunos síntomas pueden ser causados por espasmos, contracciones incontroladas en los músculos del colon. Las terminaciones nerviosas en los intestinos también pueden volverse inusualmente sensibles, lo que aumenta el dolor.
Las razones de estos cambios no siempre se conocen, pero los factores que se han relacionado con el SII son según los expertos en salud de la Universidad de Harvard:
1/ Factores psicológicos.
El cerebro y el intestino están íntimamente conectados. Los pensamientos y emociones pueden desencadenar síntomas en el intestino, y la salud de su intestino puede dar forma a su bienestar mental. El estrés puede causar más contracciones en los intestinos y aumentar la sensibilidad.
No está claro si el estrés u otros factores psicológicos pueden ser una causa del SII o viceversa. Sin embargo, sabemos que las personas con SII a menudo tienen niveles más altos de estrés y ansiedad y que esta angustia también puede empeorar los síntomas del SII.
Un estudio de 2017 en el Journal of Neurogastroenterology and Motility encontró que las personas con SII tienen niveles más altos de depresión y ansiedad en comparación con aquellos que no tienen el trastorno. El síndrome del intestino irritable también es más común entre las personas que experimentaron traumas psicológicos cuando eran niños.
2/ Antibióticos.
El tracto digestivo humano contiene billones de bacterias, virus y hongos conocidos colectivamente como microbiota intestinal o flora intestinal. Estos microorganismos desempeñan varias funciones fundamentales en nuestra salud, incluida la digestión y la función del sistema inmunológico.
Cuando tomamos antibióticos para combatir las infecciones bacterianas, los medicamentos también matan las bacterias útiles en el intestino. Los tratamientos repetidos o el uso prolongado de antibióticos pueden alterar la flora intestinal de una manera que interrumpe la función normal del colon.
Algunas investigaciones en animales y humanos sugieren que esta alteración puede conducir al SII en algunos casos. Sin embargo, los estudios no han tenido resultados consistentes, por lo que se necesita más investigación.
3/ Sobrecrecimiento bacteriano.
Algunas personas con síndrome del intestino irritable también tienen un exceso de bacterias en el intestino delgado, una afección llamada sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (SIBO, por sus siglas en inglés).
No está claro si el SIBO puede ser una causa del SII, pero las personas con SII son más propensas que otras a dar positivo en la prueba de SIBO. Además, algunas investigaciones han encontrado que los síntomas del síndrome del intestino irritable a menudo disminuyen después del tratamiento con antibióticos que se enfoca en las bacterias en el intestino delgado.
El SIBO ocurre cuando las bacterias adicionales en el colon regresan al intestino delgado. En esta situación, las personas suelen tener síntomas típicos del SII, como hinchazón, estreñimiento, dolor abdominal y diarrea. Las estimaciones varían sobre cuántas personas diagnosticadas con SII también tienen SIBO, pero una investigación publicada en la edición de marzo de 2017 de Gut and Liver sugirió que podría estar entre el 19% y el 37%.
La mayoría de los estudios diagnostican el SIBO con una prueba de aliento que mide los gases liberados por la descomposición de azúcares en el cuerpo, como la glucosa y la lactulosa. Sin embargo, existe un debate sobre la fiabilidad de los resultados de las pruebas.
Detectar este síntoma y ponerle tratamiento es vital para prevenir el dolor, pero también para que no puedan derivarse de él otras enfermedades relacionadas con el estómago.
La prevención de los síntomas del colon irritable es posible. En primer lugar, debemos cuidar nuestra alimentación. Aumentar la ingesta de proteínas y fibras, a la vez que reducimos las grasas o los alimentos que provocan gases, así como el alcohol. También es importante que bebamos mucha agua (no olvides la recomendación médica de dos litros de agua al día) y que mantengamos una rutina de horarios, comiendo siempre a la misma hora.
Como hemos comentado antes en el apartado de las causas del colon irritable, la ansiedad o los nervios son enemigos de nuestra salud estomacal. Evita el estrés y trata de estar más relajado. Por último, el ejercicio también es un aliado para el ritmo de nuestro estómago, gracias a la movilidad intestinal. Plantéate una rutina periódica de ejercicio, aunque sea de intensidad moderada, y cúmplela.