Hay muchos corredores, incluso algunos de ellos situados entre la élite mundial, que no dejan de hacer algo de deporte ni un sólo día, bien sea con sesiones de descanso activo o introduciendo otro deporte diferente al que practican de forma habitual. Lo que hagan los deportistas profesionales no siempre tiene por qué ser lo mejor, de hecho muy probablemente, sea lo menos recomendable para la gran mayoría de nosotros.
Un día de descanso tras fuertes cargas de entrenamiento ayuda al cuerpo a adaptarse para las próximas sesiones de trabajo y continuar mejorando. Quizá a corto plazo pueda funcionarnos el no descansar completamente ni siquiera un día cada una o dos semanas, pero muy probablemente, a la larga, esta insistencia nos acabe pasando factura. Esa jornada de descanso ayuda al cuerpo a restablecer los niveles de glucógeno y a reducir la fatiga acumulada.
A nivel psicológico también ayuda, ya que podemos hacer mayores esfuerzos pensando en el día de descanso que nos espera, y quizá, por qué no, podemos aprovechar ese día para dormir un poco más, poner nuestros músculos en manos de un buen profesional del masaje o dedicarle tiempo, ese que normalmente no tenemos, a estirar bien.