Nutrición y Salud

Condenados a entenderse

Dieta y deporte

Fernanda Maciel

3 minutos

Condenados a entenderse

Algunos estudios recientes demuestran que hacer ejercicio regularmente es menos eficaz para bajar de peso que seguir una dieta dirigida por un profesional. Hay muchos deportistas que salen a correr cada día, en algunos casos haciendo muchísimos kilómetros, y no se preocupan -en principio- por si cogen peso; pero la mayoría de corredores no están capacitados ni tienen la disponibilidad para correr demasiados kilómetros. En ese caso sí que hay una mayor preocupación por mantenerse en su peso o incluso perder unos kilos. ¿Cómo lo pueden conseguir?

Aunque la mayoría cree que se pueden consumir muchísimas calorías con la práctica de ejercicio, a la hora de la verdad el gasto de calorías por esta vía es relativamente pequeño. Para reducir esos kilos de más la dieta es el mejor camino. No es posible bajar de peso con sólo hacer ejercicio y siguiendo con la rutina de comer mucho. Cada vez surgen más estudios científicos que hablan con seguridad sobre este tema. Se trata de una noción que a priori desafía toda lógica, pero que con el tiempo va recibiendo más adeptos.

“Si un hombre de 90 kilogramos desea perder medio kilo de peso tendrá que gastar unas 3.500 calorías de alguna forma. Siguiendo una dieta que le marque un régimen hipocalórico con una rebaja de 500 caloría diarias –nada descabellado–, lograría su objetivo en cinco días. Para conseguir la misma meta a base de ejercicio aeróbico continuo tendría que hacerse una maratón y media en ese mismo periodo de tiempo. Esta última vía no es que no resulte efectiva sino que para cumplirla se requiere demasiado tiempo y esfuerzo para llegar al mismo objetivo final”, comenta el médico Leonardo Velázquez.

“Si cualquier persona quisiera bajar medio kilo de grasa precisaría correr una distancia de 116 kilómetros, dice Paul Gately, experto en manejo de peso de Leeds Beckett University. “Pero si lo quiere hacer con dieta sólo tiene que quitar una comida al día durante una semana”. 

Ha surgido a nivel internacional un debate del que se ha hecho eco, entre otros, el prestigioso rotativo norteamericano The New York Times. En sus páginas se habla del impresionante énfasis que se pone en fomentar la práctica de ejercicio para reducir el peso teniendo en cuenta que es mucho más efectivo alimentarse con moderación.

Sin lugar a dudas que el mejor camino es unir ambas prácticas: dieta ejercicio. Pero el ejercicio sin un control de la alimentación es una ruta mucho más larga para la consecución del objetivo de la pérdida de peso o el mantenerse delgado. Además es algo absolutamente cierto que la actividad física aumenta el apetito. Cuando el corredor quema calorías entrenando o en una competición el cuerpo le pide que las reponga rápidamente. Cuando salimos a correr 2h30 por el monte, por ejemplo, al llegar a casa tan solo pensamos en comer para recuperar fuerzas. Muchas veces las calorías que ingerimos son más elevadas que las que hemos consumido.

Al final de un entrenamiento duro comemos 3 veces más de lo que nuestro cuerpo en realidad necesita y aquí es donde reside el peligro real: entrenar y ganar peso, porque quien hace ejercicio tiene más ganas de comer alimentos calóricos para compensar.

No quiero decir que correr o exponer el cuerpo a duras actividades sea malo, por favor, sabéis que nunca diría eso una persona como yo, enamorada de este deporte. Correr aporta los mejores beneficios para la salud física, mental y emocional. Nos ayuda para el buen funcionamiento del cuerpo y del corazón, previene muchas enfermedades y nos hace mejores personas, pero os aseguro que cumpliendo con una dieta todo puede llegar a ser más fácil, porque cuando la dieta y el ejercicio van de la mano, cuando hay rutina de ejercicio y dieta juntos se produce un incremento estadísticamente significativo de éxito en la población que persigue la pérdida de peso.

Podemos concluir que la vida sedentaria no es la única responsable de la epidemia de obesidad, sino que son las dietas altas en calorías las que juegan un papel más importante. Así, correr nos hace sudar, mejora nuestro bienestar y lo más importante, la salud. Pero si tu verdadera meta es reducir tu peso, lo que realmente necesitas es modificar tu dieta y ponerte en manos de un profesional que te guíe.

¡Kilómetros sí, pero con menos calorías!