Cultura Trail

De una primera vez... Zegama-Aizkorri

Porque Zegama es Zegama… y Zegama somos cada una de las personas que la respiramos

Texto @runmotherfuckerrunrunrun | Fotos @raulmihai

5 minutos

De una primera vez... Zegama-Aizkorri ©raulmihai

De una primera vez puedes esperarte muchas cosas.

Te han podido contar de todo, habrás imaginado mil situaciones o circunstancias, puedes tener ilusión, sentir nervios, hasta miedo… depende de qué signifique para ti lo que vas a vivir y del contexto.

Esta es mi primera vez en Zegama disfrutando de la carrera, pero desde la barrera.

He estado antes en el pueblo, claro, soy guipuzcoano. He disfrutado paseando y corriendo por sus/mis/nuestras tierras, he charlado con sus gentes y admirado su ritmo pausado, al fin y al cabo soy de la capital (San Sebastián) y vivo en Madrid por trabajo.

Hace unos meses sentí la posibilidad de correrla el 26 de mayo. Con dorsal. O sea cuando se convierte en un sueño para la mayoría de mortales que amamos la montaña y el trail, pero no ha podido ser… 

Eso sí, créeme mientras lees estas líneas que siento que antes o después será. Voy a correr la Zegama-Aizkorri, lo dejo escrito.

Una de las cosas que más me abruma es la cantidad de gente, publicaciones, entrevistas y atención que siento que se le presta… quiero oírlo, verlo y vivirlo todo.

Será la vitamina Z, esa que te aporta todo lo que mueve esta aventura antes, durante y hasta después del fin de semana en cuestión.

Tras gestionar viaje, alojamiento y hacer un Tetris que da más valor a todo lo que parece que me espera llego a la capital del mundo del trail durante estos días.

Por mi profesión (el mundo audiovisual, la tele, el cine, llámalo X) no estoy lejos de saber lo que significan las miradas de <<¿este no es el de…?>>, pero me flipaba sentirme al otro lado, ser uno más de los 800.000 que andábamos en el pueblo, en el Txanton o rondando el <<Ostatu>>, saludar a tanta gente de la que conoces, pero con la que hablas más a través de Whattsapp o redes que otra cosa e incluso ser el que sacaba las fotos a la gente que se acercaba a saludar al enorme Pol Makuri mientras tomábamos algo…

Este fin de semana yo iba a disfrutar, a dar abrazos, a gritar, a animar, a tomar algo, a descubrir ilusionado y emocionado el currazo que hace la organización, el ayuntamiento, el equipo que llega de fuera, y es brutal estar ahí, en lo que llamo <<el otro lado>> viendo la velocidad a la que van y las revoluciones a las que está todo el mundo por aquí.

Solo compartir un rato con Depa, animar a Iru, charlar un minuto con Ramón (30 segundos con él equivalen a leerte tres enciclopedias), compartir café con Izas ya es la leche… y entiendo que muchas veces solo somos nombres y otras son: el locutor por antonomasia (entre muchas otras cosas) en las mejores carreras del mundo, uno de los dos cámara runners más prestigiosos, una leyenda de Zegama y su organización o la jefaza de marketing en Forum Sport, pero cuando se convierten en, eso, su nombre o apodo, cuando les puedes conocer un poco más, cuando pasas esa barrera o filtro, el café sabe más rico, el tomarse algo relaja el tiempo y los abrazos cómplices no necesitan acompañarse de palabras.

Y en esas fiestas, porque eso es lo que es Zegama, hay que saber cuál es tu sitio. En la presentación de la élite estaba muy cerquita del escenario, viendo la sonrisa de mil peques tras conseguir los autógrafos de Rosita, Malen, Caitlin, Kilian o Aritz… al lado de las tropecientas cámaras y equipos de prensa que buscaban la foto, esa, la que pasas por privado a quien la protagoniza, la que sabes que sí merece estar en papel y no solo en redes sociales.

Ahí, sin necesidad de dar codazos, disfruté del momento, grité y aplaudí a lo loco, viví el homenaje a Capi y su equipo por la gesta que se avecinaba y la mayor de todas, que es el día a día siguiendo adelante con una enfermedad como la ELA a la que ojalá podamos ganar la batalla pronto (gracias por visibilizarlo y ayudarnos a entender, Capi y equipo) y sentí que todo lo que pasaba en el mundo sucedía en Zegama. Y agradezco tanto esa burbuja… hoy, ayer, da igual cuándo, volvemos a encender la tele y ver las noticias, pagar la casa y vivir en el mundo real, pero Zegama consiguió lo que solo recuerdo haber vivido cuando tenía ocho años en DisneyWorld, que no hubiera nada más, que todo lo que ocurría en el mundo era solo eso… lo que pasaba en Zegama.

Porque sí, Zegama es Zegama. Y hay que vivirla.

Tras las presentaciones, picar algo, más saludos, charlas y abrazos seguía habiendo mil opciones para civiles y pros: rueda de prensa, exhibición de deporte rural vasco, posibilidad de probar zapas por la zona, comerte unos pintxos en los diferentes <<stands>> de las marcas patrocinadoras… ¿y después? Pues ahí ya dependía de ti. Sabemos de gente que se retiró pronto y otra a la que le dieron las 5am… Hay hueco para todo el mundo.

Domingo, es el día. Toca madrugar.

Yo dormía en Zumarraga, el pueblito de mi familia y a las 6am salíamos en coche mi prima, sus amigas y yo hacia Zegama.

Ellas tenían localizada la zona del monte en la que situarse y nos despedimos antes de que subieran porque no quería perderme la salida.

Seguí las recomendaciones de Depa: Desayunar rico, ver el ambiente, pistoletazo de salida, la vuelta al pueblo y tirar a buen ritmo los 6km y pico hasta Sancti Spiritu, donde hay que vivir el ambientazo… En esa subida llevaba la retransmisión de Jorquera y Aitor para Evasión TV de fondo y comentábamos cómo iba la carrera entre los cientos de personas que íbamos en procesión… ritmo pausado, corriendo, a trote… daba igual, cada cuál como quisiera, pero al mismo destino.

De Sancti Spiritu y el rato ahí solo puedo decir que dan igual las imágenes que hayas visto, ¡tienes que vivirlo!

En serio, empieza a hablarlo con tu gente ya.

Estoy recordándolo ahora mismo, me cambia la respiración, paro un segundo… y sigo.

Toca bajar, he estado algo más de lo calculado arriba, hay que acelerar la bajada, llegar a meta ES LEY y lo hago para cuando Kilian está en el kilómetro 38. Veo en pantalla gigante rodeado de cientos de personas ese final y antes de darme cuenta tengo al número uno de la historia al lado… Qué llegadas, qué momentos… qué suerte haber tenido a la familia de Malen Osa y la de Rosita al lado, veo un nivel de emoción y cariño que solo el trail como deporte de élite te deja vivir.

Cuando os pregunten qué tiene de especial el trail podéis limitaros a decir que no hay ningún otro deporte en el que convivas y compartas con las estrellas de más alto de nivel de tú a tú.

Sigo en meta, disfruto del éxito y victoria de cada una de las personas que la cruzan… Sea con 3h36min y pico o con 6h, cada persona que cruza la meta es una campeona, una TXAPELDUNA bien en mayúsculas. De la primera a la última.

Entrega de premios, aplausos a rabiar, más llegadas y toca reposar un poco con un buen café y algo de comida para sumar energías…

Unas horas después toca despedirse, toca dar abrazos, toca saber que es pronto para irse, pero que ya queda menos para volver… la leyenda habla de la fiesta que me he perdido, lo que no saben quienes lo comentan es que una vez vives Zegama Aizkorri nunca te vas de allí.

Porque Zegama es Zegama… y Zegama somos cada una de las personas que la respiramos.

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