Cultura Trail

Código de humor: Luis Alberto Hernando y Nieves Hernández

La divertida historia de Luis y Nieves que nació en el chat de Facebook Messenger

Daniel Sanabria. Fotos: Marta Bacardit.

3 minutos

Código de humor: Luis Alberto Hernando y Nieves Hernández

En 1930 un pensador húngaro llamado Frigyes Karinthy lanzó una teoría en su cuento Chains ("Cadenas") asegurando que cualquier persona del mundo podía conectarse con otra a través de tan solo seis eslabones humanos. Su hipótesis, conocida entre muchos matemáticos que han intentado demostrarla, ha llegado hasta nuestros días con el nombre de Teoría de los Seis Grados de Separación. Pero en realidad fue el gigante de Facebook, la mayor red social del planeta, el organismo que más cerca ha estado de contrastar esta vieja conjetura. Su estudio, realizado en el año 2011 con más de 720 millones de usuarios activos, demostró que el 99,6% de sus miembros podían conectarse entre sí a través de cinco grados de separación. La media fue de 4,75 eslabones. Demasiados para Luis Alberto y Nieves, que tan solo necesitaron dos para empezar a chatear en Facebook Messenger. “¿Eres tú el amigo de Luis y Sara que corre por las montañas?".

Con esa pregunta empezó la historia exprés de una familia que recientemente recibió a su cuarto integrante. Nos remontamos al invierno del año 2013. Nieves, una empleada de banca entusiasta y soñadora, buceaba por las galerías de imágenes de Facebook. No lo hacía aleatoriamente. Seguía el rastro de un tipo llamado Luis Alberto Hernando del que sus amigos le habían hablado en varias ocasiones. Hasta que un día se decidió a escribirle un mensaje, a ver qué pasaba. “¿Que si yo sabía que Luis era campeón del mundo? ¡Yo no sabía ni quien era Kilian!", nos dice entre carcajadas la mamá de Martín y Oliver.

Tras varias charlas a través de Internet se conocieron en persona en el monte Oturia, en una reunión instigada por amigos comunes. Decían que eran igual de payasos. Y poco después se confirmaron los pronósticos. Sin confianza ninguna pero sabiendo ambos que de ahí podía salir algo bueno, planearon una escapada a Benasque para escalar en hielo. “El único hielo que vimos ese fin de semana fue el de los cubatas", asegura nuestra protagonista. Fue imposible escalar y se dedicaron a charlar y comer. “Lo que es de correr no tenía ni idea, llevaba pocos meses haciéndolo, pero me podía tanto la motivación que Luis pensó que yo controlaba de esto".

Aquello no podía salir mal. Broma tras broma, whatsapp tras whatsapp, todo fue muy fácil. En esos días de montaña en Benasque no pasó nada. “Fuimos los dos muy reservones", explica Nieves. Oficializaron su relación unos meses después.

LA FAMILIA CRECE

Martín, un deportista precoz

En el mes de diciembre la pareja aragonesa recibía a Oliver. Es el hermano pequeño de Martín, el niño esponja que imita todo lo que hacen sus papás. Anda con seguridad en bici de pedales, corretea, sube a la montaña y le encanta hacer bromas. Martín llegó cuando Luis y Nieves tan solo llevaban un año de relación, “pero es que rozábamos los 40 y tampoco podíamos estar esperando mucho", apunta ella.

Compartir techo con un tipo que compite en campeonatos del mundo y cuyos calendarios deportivos son una auténtica locura podría ser un obstáculo para cualquier pareja. Pero no para esta familia que ha sabido adaptarse al desorden y la improvisación. “Luis es una persona muy práctica, es fácil vivir con él y solo tienes que asumir este ritmo de vida de titiritero que lleva. Es muy conocido entre la gente y a él le encanta ser amable y hacerse fotos con quien se lo pide o firmar libros. Lo mejor que tiene es su cabeza, no se agobia y gestiona muy bien los nervios en todas las situaciones. Su único defecto es que es muy desordenado en casa jajajaja, pero de momento se lo perdono" –explica Nieves. Y continua deshaciéndose en elogios hacia el burgalés–. “Además, Luis es guardia civil de montaña y tiene sus turnos, pasa sueño, sale a entrenar a las once de la noche si hace falta, tiene una vida muy agobiante y, pese a todo, es un padrazo. Jamás me ha dicho que me quede con Martín porque él tiene que salir a entrenar. Al revés, soy yo quien se lo digo. Hay corredores populares que se agobian más", concluye.

Viven felizmente en el cuartel de la Guardia Civil en Jaca, pero ahora que la familia crece están construyendo la casa de sus sueños en el Pirineo Aragonés. Su día a día es como el de cualquier familia con hijos: guardería, trabajo, parque, baño, casa… La diferencia es que hablamos del tricampeón del mundo de una disciplina deportiva. “Pero lo mejor de Luis no es todo lo que ha ganado, sino que jamás presume de ello", sentencia Nieves orgullosa.