El pueblo de Chulilla, en Valencia, acogió la Fuji Elite Race, cuarta prueba del circuito que ASICS organiza para los corremontes principiantes y otros atletas más experimentados que desean probar distancias más cortas y desniveles menos severos. Varios acontecimientos previos a la salida amenazaron el inicio del evento, pero al final todo se desarrolló según lo previsto y sin incidente alguno.
Como ocurrió en muchas otras carreras de España de este fin de semana, el calor hizo que la organización tuviera que redoblar precauciones y la salida se retrasó hasta media hora debido al minucioso control de autorizaciones.
El circuito cambió respecto a ediciones pasadas, aunque se conservaron los tramos de mayor belleza y disfrute. El callejear por las encantadoras calles de Chulilla ayudó a estirar la carrera antes de entrar en la estrecha trialera que llevaría al pelotón a la zona de pinturas rupestres del kilómetro 8. En los avituallamientos, naranjas y agua fresca aportaban la energía necesaria para llegar a la meta. Antes había que superar la zona de los Calderones, cañones de vértigo donde se escucha la música del agua bajo puentes colgantes.
Una vez en meta, el buen rollo y el intercambio de opiniones y sensaciones se apoderaban de los participantes que iban llegando. Numerosos masajistas esperaban para devolver a las piernas de los corredores a un mejor estado. Mientras, la organización, consciente de alguno de los errores, trabaja para devolver a los participantes las camisetas finishers que faltaron al tiempo que piden disculpas por la falta de previsión, un detalle que les honra y humaniza.