EL ORIGEN
Corría el año 1973 cuando un tipo llamado Gordy Ainsleigh baja de su caballo. Apenas había cubierto el primer tercio del trazado de 100 millas que presentaba la Tevis Cup Ride, una prestigiosa prueba de equinos que transcurría por el legendario Western States Trail. Su rocín, con claros síntomas de cojera, no pudo continuar. Él no quiso marcharse a casa y decidió continuar a pie. Al año siguiente, ante el asombro de todos los presentes, aquel hombre de barbas blancas se presenta en la línea de salida sin caballo. Calzaba unas zapatillas deportivas.
Tardó 23 horas y 42 minutos en llegar a meta corriendo. Y así nació la Western States 100 miles, uno de los ultramaratones de montaña más famosos del mundo. Fue una carrera de caballos durante mucho tiempo, hasta que Ainsleigh demostró que se podía completar a pie en menos de 24 horas. Dos años después otro aventurero llamado Ken Shirk repite el desafío y en 1977 nace de manera oficial la WS100 Miles. A aquella primera edición se presetaron 14 atletas y solo consiguieron acabar tres. Ya en 1978 participaron más de 60 personas y el ultra-trail se separó por primera vez de la carrera de caballos.
EL RECORRIDO
La Western States 100 miles se celebra cada mes de junio en el estado de California, junto al monumental lago Tahoe. Su recorrido empieza en la estación de esquí de Squaw Valley y finaliza en el pueblo de Auburn, cerca de Sacramento. Entre la salida y la meta 160 kilómetros con 5.500 metros de desnivel positivo y 7.000 de negativo. En cada edición solo 400 afortunados, elegidos por sorteo, pueden participar en la prueba. Quien logra finalizar en menos de 24 horas (como Ainsleigh) recibe la hebilla de cinturón plateada, mientras que los que bajen de 30 horas reciben la de bronce. El resto quedan eliminados.
La prueba empieza a las 5:00 de la mañana desde el valle que albergó los Juegos Olímpicos de Invierno de 1960 y las primeras millas transcurren en ascenso hasta alcanzar el Paso del Inmigrante, rondando los 3.000 metros de altitud. A partir de este punto, en función de la climatología en cada edición, se busca la alternativa más favorable y menos peligrosa, ya que la ruta oficial pasa por zonas de alta montaña que en ocasiones sufren nevadas en el mes de junio. A continuación el circuito se estabiliza ofreciendo toboganes por pistas muy corribles, poco técnicas, y escondidas entre bosques. Se alcanza la cumbre de Montaña Calva y después se desciende hasta alcanzar la famosa zona de los cañones. En este lugar el termómetro puede subir de los 40 grados. El cañón de Deadwood y el Dorado son dos de los más populares.
En la segunda mitad de carrera el recorrido presenta varios ríos que los participantes deben cruzar, como el Rucky Chucky, donde los atletas son atados con cuerdas para ayudarse a pasar de un costado a otro. Algún año se han registrado lluvias tan intensas que la organización tuvo que ofrecer unas lanchas Zodiac para cruzar a los atletas. En el último cuarto de carrera se llega al Río Americano, sobre el emblemático puente Quarries, construido en 1912. Los kilómetros finales transcurren por sencillas pistas hasta alcanzar la pista de atletismo de Auburn. El campeón inscribe su nombre en la copa oficial y poco después la devuelve. Porque solo hay un trofeo y pertenece a la organización.
PALMARÉS Y ESPAÑOLES
Hay muchos nombres propios en los libros de historia de la Western States. Uno de ellos es el de Tim Twietmeyer, quien ostena 25 ediciones finalizadas en menos de 24 horas. Más conocido por todos nosotros es Scott Jurek, heptacampeón de la prueba entre los años 1999 y 2005. Aunque todos estos registros se quedan pequeños si hablamos de Ann Trason, para muchos entendidos la mejor ultrafondista de todos los tiempos. Una bióloga que competía contra los hombres y que logró colarse en el podio absoluto en algunas ediciones. En su palmarés cuenta con 14 triunfos en la WS100 (1989-1998 y 2000-2003). Un hito impensable a día de hoy.
En el histórico de la prueba californiana también destacan nombres como los de Tim Olson y Rob Krar, con dos entorchados cada uno, o Ellie Greenwood y Niki Kimball, con dos y tres victorias respectivamente.
En España la carrera empezó a coger relevancia en el año 2010. En aquella ocasión un joven Kilian Jornet viabaja hasta Squaw Valley para competir contra la armada americana. Todavía se recuerda la pelea que tuvo contra Anton Kupricka y Geoff Roes. El corredor de la Cerdanya sufrió algunos cuadros de deshidratación que le impidieron hacerse con la victoria. Aquél año ganó Geoff Roes, por entonces uno de los mejores ultramaratonianos del mundo.
En el año 2011 todo cambió. Con más experiencia y mejor preparado, Kilian regresó a California y esta vez no perdonó. El cartel fue tan duro como la edición anterior, con tipos como Jezz Bragg, Nick Clark o Mike Wolfe en la línea de salida, pero el catalán resistió todos los embistes americanos y se convirtió en el primer atleta no nativo en inscribir su nombre en el palmarés de la prueba. Su crono fue de 15 horas y 34 minutos, el tercero más rápido de la historia.
Kilian no ha sido el único atleta español en vivir el sueño americano de la Western. En el año 2014 un Miguel Heras pletórico viajaba hasta California con intención de llevarse el triunfo. El atleta salmantino llevaba buena carrera pero los problemas físicos le llevaron a abandonar poco después del ecuador del recorrido, cuando marchaba en segunda posición. En 2015 la catalana Emma Roca lograba una meritoria quinta posición en categoría femenina, mientras que en 2016 el mallorquín Tofol Castanyer registró un undécimo puesto en meta tras desviarse del trazado cuando marchaba dentro del top-5.
FAVORITOS 2018
Esta temporada ninguno atleta español puntero participará en esta clásica americana. Pero sí lo harán varios atletas locales que con serias opciones de victoria. Como favorito en las quinielas parte el 'chulo' Jim Walmsley, un auténtico depredador de kilómetros que llega con las espinas clavadas de 2016 (se salió del camino) y 2017 (problemas estomacales). Pocos atletas mejor que él conocen el recorrido y la estrategia a seguir para llevarse el triunfo.
Junto a Walmsley estarán en la línea de salida Mario Mendoza, otro consumado especialista en pruebas de ultrafondo; Tim Freriks, ganador de Transvulcania 2017 y el francés Francoise D’Haene, único europeo que aparece en los pronósticos de aspirantes al título. Tras coronar el pasado verano su tercer UTMB, el atleta galo quiere conquistar América e inscribir su nombre en el palmarés junto al de Kilian Jornet, único europeo en vencer en la WS100. Estaremos atentos.
Más información en la web oficial de Western States 100